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Didactica Magna Capitulo 1 Y 2

becaaguirr26 de Octubre de 2014

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En los primeros cuatro capítulos trata de la dignidad humana y la trascendencia del hombre a una vida eterna después de la muerte, dando fundamentos teológicos. Aún cuando no se esté de acuerdo con esa fundamentación, sí debemos tener en cuenta previo a un pronunciamiento pedagógico, cuál es nuestra concepción de hombre, si educar es conducir a una persona, debemos definir hacia dónde se le conducirá.

En el capítulo V, titulado: “La Naturaleza ha puesto en nosotros la semilla de los elementos antedichos (erudición, virtud y religión)”, además de la divinidad, hace referencias a la naturaleza y cita además de textos bíblicos, a clásicos griegos y romanos, así como a Luis Vives (1492-1540) iniciador del humanismo español, con este autor se identifica por su tendencia a la paz y optimismo respecto a la naturaleza humana.

Afirma que “Es inmanente en el hombre el deseo de saber, y no solamente tiene tolerancia en los trabajos, sino inclinación a ellos. Resulta esto de un modo visible en la primera edad y no nos abandona durante toda la vida.”

Para fundamentar este tipo de afirmaciones recurre a una argumentación más secular, nos dice: “Los ejemplos de quienes se instruyen por sí mismos demuestran con toda evidencia que el hombre puede llegar a investigarlo todo con el solo auxilio de la Naturaleza.”

Para Comenio, el hombre no solamente tiene una inclinación natural a saber, sino que su capacidad de saber “…jamás hallará término, porque es ilimitado.”

Su optimismo sobre la naturaleza del hombre lo lleva a concebir una tendencia natural hacia la virtud y basa su argumentación en la razón: “Dos son las razones en que nos fundamos para asegurar que son innatas en el hombre ciertos gérmenes de virtud: primero, que el hombre se complace con la armonía, y segundo, que el mismo hombre no es sino armonía por dentro y por fuera.”

Puede haber autores que también basándose en citas bíblicas planeen el que la naturaleza humana tiende a la maldad, el optimismo sobre la naturaleza humana de Comenio, más que una inspiración en textos sagrados, busca el sostener su propio pensamiento con argumentos teológicos.

En el capítulo VI, titulado: “Conviene formar al hombre si debe ser tal”, plantea los casos de “niños salvajes”, criados fuera de una sociedad humana, para fundamentar que el hombre debe ser educado en la sociedad y una cultura. Concluye este capítulo afirmando: “Quede, pues, sentado que a todos los que nacieron hombres les es preciso la enseñanza, porque es necesario que sean hombres, no bestias feroces, no brutos, no troncos inertes…”

Está convencido de que la niñez es una etapa privilegiada para la educación, al capítulo VII, lo llama: “La formación del hombre se hace muy fácilmente en la primera edad, y no puede hacerse sino en esta”.

En síntesis, para él, las metas de la educación serán el formar n hombre racional, sabio, honesto y piadoso, que reserva sus sentidos a la “contemplación de las cosas, lo cual tiene mucho que conocer, experimentar y conseguir.”

Para lograr esto es importante aprovechar la primera edad: “El que pretenda ser buen escribiente, pintor, sastre, artesano, músico, etc., debe dedicarse al arte en la primera edad, durante la cual la imaginación es ágil y los dedos flexibles; de otra manera jamás llegará a serlo.”

En cuanto al momento adecuado para lograr los conocimientos con solidez y estabilidad, es durante la primera edad, de otra manera habrá espacio para cosas vanas y aun nocivas.

En el capítulo VIII “es preciso formar a la juventud conjuntamente en escuelas”, explica que la responsabilidad natural para educar a la juventud son los padres, sin embargo, por razones prácticas, desde la antigüedad se han abierto escuelas y se ha establecido que “…personas escogidas, notables por el conocimiento de las cosas y por la ponderación de costumbres, se encargasen de educar el mismo tiempo a los hijos de otras muchas. Y a estos formadores de la juventud se llamaron preceptores, maestros, profesores…”

Fundamenta el que se eduque a la juventud conjuntamente: “…es mucho mejor que se eduque a la juventud reunida, porque el fruto y satisfacción del trabajo es mayor cuando se toma el ejemplo e impulso de los demás.”

El capítulo IX se titula: “Se debe reunir en las escuelas a toda la juventud de uno y otro sexo. Expresa ideas que para su tiempo se nos antojan avanzadas, ya que en fechas posteriores a la publicación de su obra, se han sostenido ideas y hechos, contrarios a los principios que nos presenta Comenio. Inicia este capítulo afirmando: “Lo que a continuación expondremos nos demostrará cumplidamente que no sólo deben admitirse en las escuelas de las ciudades, plazas, aldeas y villas a los hijos de los ricos o de los primates, sino a todos por igual, nobles y plebeyos, ricos y pobres, niños y niñas.

En primer lugar, porque todos los que han nacido hombres lo fueron con el mismo fin principal, a saber para que sean hombres; esto es, criaturas racionales…”

Este derecho a la educación también lo sostiene para quienes tienen discapacidad intelectual: “…Por lo mismo que hay quien es de naturaleza más tarda o perversa, hay que ayudarle más para que en lo posible se vea libre de su brutal estupidez […] la experiencia atestigua que muchos tardos por naturaleza han llegado a dominar la ciencia de las letras de tal modo que han aventajado a los de mayor ingenio; con gran verdad exclamó el poeta: todo lo vence el trabajo continuado.”

Actualmente, el lema de la exitosa compañía Mc Donald´s, en un cartel llamado “Sigue adelante” dice algo que parecería recién ideado, pero guarda gran paralelismo con lo escrito por Comenio hace más de tres siglos. El texto publicado por esta trasnacional nos dice:

Nada en el mundo puede sustituir a la perseverancia.

No el talento; no hay nada más común que hombres de talento sin éxito.

Ni el genio; el genio sin recompensa está en boca de todos.

Ni la educación; el mundo está lleno de fracasados educados.

Sólo la perseverancia y la determinación son omnipotentes.

Esta idea aplicada a la educación de los menos dotados intelectualmente o con otras discapacidades, se antoja “omnipotente”, como la fuerza de la constancia y determinación de Comenio.

“No existe ninguna razón –escribe más adelante- por la que el sexo femenino deba ser excluido en absoluto de los estudios científicos…” Estas ideas las defiende al final del capítulo con lucidez y emotividad: “Si alguno dijera: ¿Qué va a ser esto si se hacen literatos los artesanos, los campesinos, los gañanes y hasta las mujercillas? Respondo: Ocurrirá que formada de un modo legítimo esa universal instrucción de la juventud, a nadie han de faltarle ideas para pensar, desear, conseguir y obrar el bien; todos sabrán en qué hay que andar y cómo proteger la posición de cada uno…” (Añade algunas consideraciones más de tipo teológico).

El capítulo X lo titula: “La enseñanza en la escuela debe ser universal”. Afirma que se debe enseñar a todos, y para sostener este principio argumenta: “…todos los que hemos venido a ese mundo, no sólo como espectadores, sino también como actores, debemos ser enseñados e instruidos acerca de los fundamentos, razones y fines de las más principales cosas que existen y se crean […] durante nuestro paso por el mundo, que no sea tan desconocido que no lo podamos juzgar modestamente y aplicarlo con prudencia a su uso cierto sin dañoso error”.

Señala tres facultades del hombre que tienen que educarse: la voluntad, el entendimiento y la memoria. Las tres facultades deben cultivarse armónicamente. Prevé una enseñanza general a los jóvenes aunque algunas cosas “…hayan de ser después de mayor uso para unos que para otros”.

En el capítulo XI. “Hasta ahora hemos carecido de escuelas que respondan perfectamente a su fin”, cita a Lutero cuando en el 1525, exhortó a las ciudades del Imperio para que erigiesen escuelas, exigiendo dos requisitos:

Primero: “Que en todas las ciudades, plazas y aldeas se creen escuelas para educar a toda la juventud de uno y otro sexo; de tal manera, que aun aquellos que estuviesen dedicados a la agricultura o a los oficios, acudiendo a la agricultura o a los oficios, acudiendo diariamente a la escuela durante dos horas, se instruyesen en letras, costumbres y religión.”

Segundo: “Que se establezcan las escuelas con algún método, mediante el cual, no sólo no se les hagan huir de los estudios, sino que, por el contrario, se les atraiga con toda suerte de estímulos; y conformes, dice, que no experimenten los niños menor placer en los estudios que el que gozan jugueteando el día enero a las nueces, la pelota o la carrera.”

“En cambio –dice Comenio- vemos todo lo contrario, puesto que todavía no se han creado escuelas en las localidades pequeñas, aldeas o lugares.

Donde existen escuelas no son justamente para todos, sino para algunos pocos, los más ricos, en realidad; porque siendo caras, los pobres no son admitidos a ellas…”

Siglos después en México, el Lic. Benito Juárez, siendo gobernador del Estado de Oaxaca, en 1848 durante un informe de gobierno, afirmaba “…No obstante que la instrucción es gratuita, hay menos concurrencia de niños que la que era de esperarse, atendida la población; de manera que, aunque se multipliquen el número de escuelas y cátedras en un grado excesivo, dotadas completamente, habrá siempre escasez de alumnos, mientras no se remueva la causa que, especialmente en nuestro Estado, impide la concurrencia de los niños a la enseñanza. Esa causa

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