EL ENSAYO

EL ENSAYO

Un ensayo no es un comentario, ni mucho menos la libre opinión de alguien sobre un tema, tampoco es un resumen, una reseña, una recopilación de información o un escrito “libre” donde se expresan muchas ideas. Un ensayo es un escrito con alto sentido crítico; es un discurso lógico, una reflexión que se propicia, casi siempre a partir de la reflexión de otros (a quienes por lo general se les menciona a pie de página y en las referencias bibliográficas). El ensayo se caracteriza por su contenido argumentativo, en él se sustentan las ideas de manera estructurada. Un ensayo no es una narración, no se elabora bajo el ejercicio descriptivo, sino más bien bajo el análisis riguroso de conceptos, la confrontación adecuada de criterios y la comprensión a fondo de una problemática. Más aún, la calidad del ensayo se mide por la calidad de los argumentos, por la forma como se exponen, por las ideas que confronta, la tesis que sustenta y la estructura lógica que pone en consideración tanto ideas simples como complejas bajo el tamiz de la duda y la sospecha, lo cual suscita el interés por generar nuevos ensayos. Más aún, si no hay buenos argumentos que sustenten una tesis central, si no se han trabajado con esmero los argumentos, los juicios de valor, el ensayo cae en la opinión gratuita, en el mero parecer o suposición.

En el ensayo los argumentos se encadenan de forma coherente. No es poniendo ideas sueltas como se estructura un buen ensayo. El ensayo reclama una arqueología del saber, en el ensayo se van hilvanando los argumentos de manera organizada, jerarquizada; hay ideas principales y secundarias. Tal como en el mapa conceptual, hay una tesis central, conceptos, proposiciones y enlaces. Téngase presente que ensayo se deriva de la palabra latina “exagium” que significa medir, pesar, sopesar, poner en la balanza. Es construyendo una estructura equilibrada, una lógica de composición para las ideas, como se advierte el compuesto orgánico del ensayo: la sustentación más elevada. Más aún, el ensayo se defiende por sí sólo, en él están todos los soportes necesarios de la argumentación lógica requerida para sustentar una tesis puesta en cuestión.

El ensayo requiere el buen uso de los conectores para unir los argumentos y darle orden lógico al discurso. Los conectores se constituyen en los enlaces necesarios para que la reflexión no aparezca desvertebrada. Además es indispensable un excelente manejo de los signos de puntuación para darle equilibrio a la estructura del ensayo. Veamos algunos tipos de conectores útiles para enlazar los argumentos en los ensayos:

AUMENTO: De igual manera, en otras palabras, es decir, al mismo tiempo, asimismo, en el mismo sentido, en otros términos, de la misma forma, en igual sentido, con el mismo propósito.

CAUSA / EFECTO: Porque, por consiguiente, por esta razón, de ahí que, en consecuencia, por este motivo, según, por lo tanto, por ende, por consiguiente, de donde se sigue que, de tal manera que, de esta manera, por eso, de lo anteriormente dicho.

ÉNFASIS: Sobre todo, repetimos, especialmente, lo que es más, lo que es más conveniente.

REAFIRMACIÓN: En efecto, en realidad, con todo, precisamente, a pesar de todo, decididamente, de todos modos, decisivamente, aún más, más aún, es más.

CONTRASTE: Por otra parte, por el contrario, por otro lado, de otra manera, en cambio, en contraste con, ahora bien.

CONDICIÓN:

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