EL NOMBRE DE LA ROSA

“El NOMBRE DE LA ROSA”

Una de las problemáticas que más capta mi atención es el hecho de que, según Jorge de Burgos, un hombre no debe reír pues induce a la vida pecaminosa y a la reprobación total de Dios, incluso llega a afirmar que Cristo nunca se reía, argumento que es refutado por Guillermo de Baskerville, quien dentro de la orden de los franciscanos tienen más tolerancia con la risa, al mencionar la risa como un recurso de apelación de algunos santos hacia sus enemigos. Pero el asunto a revisar es, ¿por qué negar la risa a los hombres, por qué sustentar que Dios no debía reír?; tal vez no debe meterme en un asunto tan contrastante pero es imperioso expresar que a mi vista, la razón de negar toda risa en Dios es para no desprestigiar el manto de divinidad que durante siglos la Iglesia a fijado sobre Cristo, pero divinidad que muchas veces fue confundida por dogmas y fanatismos religiosos, con el único afán de salvaguardar el miedo que como buenos creyentes debemos de tener, porque después de todo ¿quién tiene mayor efecto, un Dios amable y misericordioso o uno temible y vengativo?

Sin duda, el segundo es una mejor opción para cualquier confabulación que se dedica a saquear dinero y exprimir almas con la leyenda del eterno tormento. Pero más allá de una simple prohibición de alegría, es el hecho de que los hombres tienden a burlarse de lo que les parece inofensivo, razón de sobra por la que se prohibía la risa, ¿qué sería de la Santa Madre Iglesia sin sus arraigados temores y suplicios? Los creyentes no se desvivirían por quedar bien con Jesús y se perderían cuantificables bienes y diezmos en busca de la salvación y el perdón eterno. Incluso puede ir más allá de unos cuantos sobornos por entrar al reino de los cielos, se perdería el sentido de Dios.

No habría más Dios que venerar, pues si la humanidad no tiene el sentido del temor ya no hay necesidad de creer en algo que nos pueda salvar.

He aquí a importancia de ocultar escritos poco pertinentes para la humanidad, debido a que el conocimiento es un arma de defensa contra la ignorancia y los dogmas que plagaban la época de la Edad Media. Los libros son una ventana a la sabiduría y a la reflexión encaminada hacia la verdad, por tales motivos deben ser estudiados con sumo cuidado sin caer en negaciones y prohibiciones.

Y en mi opinión, eso es lo que desencadena todos los asesinatos, la búsqueda del saber, de los cuestionamientos hacia la Iglesia, hacia la propia fe; pues al atreverse a mirar en un libro que desafiaba muchas de las “verdades” impuestas para la preservación de la tranquilidad espiritual, se firmaba el acta de muerte, ese es el precio de la verdad.

Otra cuestión que me interesa es el hecho de que la mujer sea observada como la fuente de todo mal, que sea vista como una plaga dedicada a la corrupción

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