El Historiador de Los mitos de la historia argentina
lucassh16 de Mayo de 2014
816 Palabras (4 Páginas)337 Visitas
obias nahuel orosEl 14 de noviembre de 1909 moría asesinado por el anarquista ruso Simón Radowitsky el coronel Ramón Lorenzo Falcón, pocos meses después de que éste dirigiera una brutal represión contra la manifestación obrera del 1º de mayo de aquel año. A continuación hemos seleccionado un fragmento del libro Los mitos de la historia argentina 2, para recordar el episodio.
Fuente: Felipe Pigna, fragmento para El Historiador de Los mitos de la historia argentina 2, Buenos Aires, Planeta, 2005.
El 1º de mayo de 1909, los gremios anarquistas y socialistas decidieron conmemorar en reuniones separadas el día de lucha de los trabajadores. Los socialistas lo hicieron en Constitución y los anarquistas en la Plaza Lorea, frente al Teatro Liceo, a pocos metros del Congreso.
Desde temprano comenzaron a llegar las familias obreras con sus banderas rojas y negras dispuestas a homenajear a los mártires de Chicago. Protestaban contra la desocupación, los bajos salarios y la indiferencia del gobierno ante los problemas sociales de la mayoría de la población. Durante el acto se sucedieron en el uso de la palabra encendidos oradores, hombres y mujeres que invitaban a la rebelión y a organizarse para cambiar la sociedad.
El coronel Ramón Falcón, jefe de la Policía de la Capital Federal, desde su auto, observaba atentamente la reunión. Muchos manifestantes lo insultaron al reconocerlo y volaron algunas piedras. Falcón dirigió personalmente la represión y dio la orden a la policía montada, al mando del comisario Jolly Medrano, jefe del Escuadrón de Seguridad, de dispersar la manifestación a sablazos y balazos.
El reportero del diario La Prensa escribía que Falcón se bajó del auto y dijo: “Hay que concluir, de una vez por todas, con los anarquistas en Buenos Aires”, y recurriendo a la obediencia debida, agregó que eran instrucciones del ministerio del Interior. Tras la orden del comisario, comenzó la masacre. El saldo fue de once obreros muertos y ochenta heridos, entre ellos, varios niños. (…)
El 4 de mayo, más de 60.000 personas se concentraron frente a la morgue, esperando la entrega de los cadáveres para acompañarlos hasta la Chacarita. En un acto de barbarie sin precedentes hasta el momento, pero que se tornará una tradición de aquí en adelante, la policía le arrebató los féretros a las familias obreras para impedir que se concretara el multitudinario cortejo fúnebre. Los “cosacos” dispersaron a la mayoría, pero 4.000 aguerridos militantes lograron llegar hasta el cementerio. A la salida, integrantes de la comisaría 21 volvieron a balear a los obreros.
Mientras tanto, en la Casa Rosada, dirigentes de la Bolsa de Comercio le rendían tributo al “heroico” coronel Falcón, que estaba siendo felicitado por el presidente José Figueroa Alcorta.
Inmediatamente las dos centrales sindicales, la UGT socialista y la FORA anarquista, convocaron a la huelga general y exigieron justicia y la expulsión de Falcón de la jefatura de Policía. La respuesta del gobierno fue la confirmación de Falcón con todos los honores. Durante toda esta “Semana Roja”, como se la conoció, la huelga fue total. Entre los presentes en el acto de Plaza Lorea se encontraba un joven anarquista ruso llamado Simón Radowitzky.
Había nacido en Kiev, Ucrania, en 1891. Con sólo catorce años de edad, Radowitzky participó activamente en las protestas y sublevaciones de 1905, conocidas en la historia como la primera revolución rusa. Huyendo de las persecuciones zaristas, llegó a la Argentina en marzo de 1908 y entró inmediatamente en contacto con los círculos anarquistas locales. Según cuentan los que lo conocieron, quedó profundamente impresionado por la represión de mayo de 1909 desatada por Falcón. Comentaba que la policía montada le recordaba a los cosacos zaristas que
...