Historia Argentina
feermale27 de Noviembre de 2013
6.703 Palabras (27 Páginas)276 Visitas
a firma del Tratado Del Pilar, el 23 de febrero de 1820, significó el origen del federalismo nacional. por este hecho relevante se reconoce al Partido de Pilar como "Cuna del Federalismo" Rubricado en la primitiva capilla Del Pilar, puso fin a la guerra entre las provincias de entre Ríos y Santa Fe contra Buenos Aires. En laConstitución Nacional se lo incluye como "Pacto Preexistente"
• EL TRATADO DEL PILAR:
Sarratea. Ramírez y López firmaron el tratado del Pilar el 23 de febrero. Buenos Aires figuraba en el mismo como provincia autónoma, en igualdad de condiciones con las demás. A todo esto, el ejército de Artigas había sido vencido en Tacuarembó por los portugueses el 20 de enero de 1820 y este hecho se hizo sentir en el tratado: si bien se disponía la reunión del Congreso de San Lorenzo y se mencionaba el reclamo del jefe oriental respecto al auxilio ante el invasor, Artigas era desplazado políticamente y ello condujo a su posterior choque con Ramírez y, tras su derrota. a su exilio en el Paraguay.
El tratado sentaba las bases para un régimen federal. Buenos Aires perdía temporariamente el dominio político pero, de hecho, conservaba sus privilegios económicos.
Su recuperación fue cuestión de tiempo gracias a sus recursos superiores, al igual que el triunfo final de su política, tras largos años de guerra civil.
• RESUMEN DEL TRATADO DEL PILAR
El Tratado del Pilar, después de una introducción, en la que se deja constancia de que las partes contratantes resuelven poner fin a la guerra, para "concentrar sus fuerzas y recursos en un gobierno federal", contiene doce artículos, cuya síntesis es la siguiente:
1º Las provincias signatarias se pronuncian a favor de "la federación", cuya existencia "de hecho admiten", con la aclaración de que tal pronunciamiento deberá ser confirmado o no por los diputados de todas las provincias, en un Congreso que ha de reunirse en el Convento de San Lorenzo "a los sesenta días contados desde la ratificación de esta Convención".
2º Las hostilidades cesan el mismo día de la firma del tratado, debiendo retirarse "las divisiones beligerantes de Santa Fe y Entre ríos a sus respectivas provincias". Este segundo artículo, cuyo acatamiento por parte de los federales está condicionado al cumplimiento de las cláusulas de un segundo convenio, al que no se menciona, pues es valor secretamente entendido entre él y Sarratea, que los federales sólo han de retirarse cuando se les cancelen los "gastos de guerra".
3º Los gobernadores de Santa Fe y Entre Ríos, "recuerdan a la heroica provincia de Buenos Aires, cuna de la libertad de la Nación", la difícil situación en que se encuentra la Banda Oriental, invadida por un ejército extranjero, "y aguardan de su generosidad y patriotismo auxilios proporcionados a la orden de la empresa,seguros de alcanzar cuanto quepa en la esfera de lo posible".
4º Establece que las aguas de los ríos Paraná y Uruguay sólo podrán ser navegadas libremente por embarcaciones de las provincias amigas "cuyas costas sean bañadas por dichos ríos".
5º Decreta una amnistía general.
6º Fija ante cualquier diferencia que pueda surgir, respecto de los límites provinciales, será sometida "a la resolución del Congreso General de Diputados".
7º Las partes contratantes admiten, "porque esta medida es muy particularmente del interés de los jefes del ejército federal", que la causa principal de la guerra, la deposición del régimen directoral, "ha sido obra de la voluntad general por la repetición de crímenes con que comprometía la libertad de la Nación, con otros excesos de una magnitud enorme".
8º Declara libre el comercio de armas entre las provincias federales.
9º Ordena la libertad de todos los prisioneros de guerra "después de ratificar esta convención".
10º Aunque las partes contratantes estén convencidas de que todos los artículos arriba expresados son conformes con los sentimientos y deseos del excelentísimo señor Capitán General de la Banda Oriental, don José Artigas, según lo expresado el señor Gobernador de Entre Ríos, que dice estar autorizado por dicho señor excelentísimo para este caso; "no teniendo suficientes poderes en forma, se ha acordado remitirle copia de esta acta para que, siendo de su agrado entable desde luego las relaciones que pueda convenir a los intereses de la provincia de su mando, cuya incorporación a las demás federadas se miraría como un dichoso acontecimiento".
11º Determina las condiciones en que abandonarán la provincia de Buenos Aires las tropas federales, "a las 48 horas de ratificados estos tratados".
12º Por fin, precisa en dos días el término concedido para aquella ratificación, "o antes, si fuese posible".
El Tratado del Cuadrilátero (1822)
El 25 de enero de 1822 se realizó el Tratado del Cuadrilátero entre Buenos Aires, Santa Fe, Entre Ríos y Corrientes. El pacto era principalmente un tratado ofensivo-defensivo ante la amenaza portuguesa y un acuerdo de libre navegación de ríos entre las cuatro provincias. El pacto establecía:
• La paz y unión de las cuatro provincias y una alianza ante una posible agresión extranjera, de españoles o portugueses.
• La libre navegación de los ríos para las provincias firmantes.
• El retiro de los diputados del diminuto congreso de Córdoba.
• Cualquiera de las provincias contratantes podía convocar un congreso cuando creyese llegada la oportunidad conveniente.
• La alianza de Buenos Aires con las provincias del litoral, asegurada mediante subsidios a los gobiernos, le dio oportunidad de neutralizar a Bustos, organizarse y preparar un futuro congreso
El tratado de Benegas: paz con Santa Fe (noviembre de 1820)
Rodríguez trató de concluir la guerra con Santa Fe, para lograr restablecer la paz y seguridad en la campaña. El caudillo santafesino Estanislao López, con la economía de su provincia devastada, aceptó las negociaciones, para lo cual tuvo que renunciar a la alianza del caudillo chileno Carrera. Bustos, gobernador de Córdoba, realizó la mediación.
Finalmente, en noviembre de 1820 se firmó el llamado Tratado de Benegas, que reafirmó la paz entre Buenos Aires y Santa Fe. Se acordó que Buenos Aires le entregase a Santa Fe 25.000 cabezas de ganado como indemnización por los gastos de la guerra.
Concepto de caudillo
El Caudillo
Entre 1820 y 1824 en las provincias se consolida el sistema federal y es ahí cuando aparecen los caudillos como jefes locales, político y militar.
Estos se destacan, cada uno en su ámbito, por sus condiciones de líderes, sus grandes influencias sobre los distintos estratos de la sociedad, en particular sobre la masa popular, y por sus capacidades políticas.
El caudillo en gran manera era la expresión de la provincia.
Su autoridad fue reconocida por los distintos sectores de la sociedad. Las clases altas encontraban en ellos a los sostenedores del orden; las clases populares, en especial los gauchos y peones, los consideraban defensores de sus intereses inmediatos y sus formas de vida.
El caudillismo fue el fiel reflejo de una sociedad primaria que reunía pocas condiciones para la participación política. Esta estructura política primitiva, basada en el poder individual, en la lealtad personal, en la autoridad del patrón y la dependencia del peón, se convirtió en el modelo del caudillismo, reproduciéndose desde las estructuras locales a las nacionales.
El pillaje fue una característica del sistema caudillista: un modo de hacer la guerra que benefició a ambas partes, directa o indirectamente, porque conseguía ejércitos y recursos para la guerra. El caudillo a menudo nacía sin convicciones políticas, y aunque no fue un militar profesional, frecuentemente actuó como tal. Los intereses de los hacendados solían ser de carácter regional, por lo que los caudillos los defendían frente al centralismo. Sin embargo, los espectaculares avances de algunos caudillos hicieron que pasaran de ser locales a transformarse en nacionales y federalistas, hasta que se convirtieron en defensores del poder central.
Otra imagen surgida en este periodo fue la del caudillo benefactor. La gente se vinculaba con el caudillo en espera de recompensas. Se confiaba más en la promesa de un caudillo que en la de una institución. Una de las recompensas más apreciadas fue la tierra. Los caudillos no eran líderes populares, sino que manipulaban sectores populares encabezando una coalición de fuerzas de elite.
Buenos Aires contaba con abundantes medios económicos es por eso que podía formar un ejército numeroso y bien pago, equipado y capaz de mantener a sus soldados; el resto de las provincias en cambio, sólo podía brindar al caudillo aquello que ofrecía la campaña, que era muy poco. Debido a esto los caudillos del interior poseían escaso armamento.
Era creencia general que los caudillos tenían escasa formación cultural. Es cierto que López y Ramírez sólo reconocían una educación básica, pero otros como Alejandro Heredia y Juan Bautista Bustos eran militares de carrera. Juan Facundo Quiroga era un hombre muy culto, esto es visto en su correspondencia, la cuál revela un espíritu sutil y una redacción refinada. El ya nombrado Heredia además de ser militar, era graduado en leyes y Ramírez -tal vez el menos instruido de todos ellos- hizo de la educación una de sus grandes inquietudes como gobernante.
Los caudillos formaban parte de la clase dirigente
...