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Historia Argentina


Enviado por   •  23 de Mayo de 2014  •  3.069 Palabras (13 Páginas)  •  185 Visitas

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Rosas es nombrado gobernador de Buenos Aires el 8 de diciembre de 1829 y bajo el título del Restaurador de las leyes y con el poder de las facultades extraordinarias. Con el fin de fortalecer su gobierno implementará una serie de medidas para controlar y disciplinar a los considerados enemigos del régimen; las cuales detallaremos a continuación:

Según Gabriel Di Meglio, Rosas, a pocos días de asumir el poder mandó a arrestar al grupo federal opositor, denominado los Cismáticos. Luego avanzó sobre la oficialidad del ejército regular y la administración pública despidiendo a varios empleados contratados en la época colonial y sustituyéndolos por empleados calificados. Cabe destacar los fusilamientos a supuestos conspiradores, un claro ejemplo de este accionar fue el asesinato de ochenta indios capturados en la “campaña del desierto”, en la plaza de Retiro.

El Restaurador fortaleció su relación con la población de origen africano, atendiendo a sus demandas y ayudando económicamente a las Sociedades Africanas de la época. Uno de los beneficios otorgados a este grupo consistió en derogar la ley que establecía que todo aquel esclavo que fuese liberado debía alistarse a los quince años al servicio militar1 . Esta medida fue muy celebrada en la comunidad africana. Otro ejemplo del control implementado sobre este grupo consistió en las tareas de espionaje que realizaron con el propósito de denunciar a sus amos por opiniones unitarias o por conspirar contra el régimen.

Di Meglio sostiene que uno de los ejes políticos del gobierno fue ganarse la adhesión de los grupos artesanos de la provincia, que incluían a una gran parte de la población masculina, a través de la sanción de la Ley de Aduanas de 1835, otorgando cierta protección a las tareas artesanales.

El método de control y disciplinamiento contra la elite porteña fue el mayor problema para el régimen rosista debido a que esta elite dominaba los hilos económicos de la provincia y la oficialidad del ejército; por lo tanto la policía que tenía gran peso sobre los vagos a los que capturaba y alistaba al ejército; no tenía la misma autoridad sobre la elite porteña. Fue necesario la creación de un cuerpo parapolicial paralelo, compuesta por policías en actividad, denominada La mazorca, que era la encargada de eliminar a los enemigos al régimen rosista, este grupo tenía la particularidad de realizar estos actos en lugares públicos para que el resto de la sociedad se adhiriera al régimen. “El método preferido de los mazorqueros era el degüello a cuchillo, sometiendo a sus víctimas a rituales humillantes”2. La mazorca respondía a la Sociedad Popular Restauradora que estaba formada por integrantes que no eran parte de la elite porteña, este fue un rasgo distintivo para una Sociedad en esta época. Su función principal consistía en prestar apoyo a Rosas a través de su glorificación en las calles, presionando a los enemigos del régimen, vigilando a sospechosos de ser unitarios u opositores al gobierno. Por tal motivo, muchos miembros de la elite porteña se adhirieron a la Sociedad Popular Restauradora temiendo por sus vidas y/o sus bienes. Aún así la mazorca se cobró miles de víctimas.

Rosas controló a la prensa a través de la censura, moderando el contenido de sus críticas y cerrando periódicos luego de 1840, muchos publicistas opositores emigraron al ver la restricción de sus ideas3. Otro método de exclusión política fue el uso de la divisa punzó y el cintillo federal. Sus usos fueron obligatorios para no ser considerados enemigos del régimen, ya que el color rojo era característico de los federales.

En lo que respecta al clero, Rosas manipulaba a la Iglesia al reclamar el derecho de Patronazgo, y lo usaba para nombrar a federales en el ámbito eclesiástico y fuera de la Argentina a la jurisdicción papal4. Luego de autorizar el regreso de los jesuitas en 1836, y al darse cuenta del éxito y el respaldo que habían alcanzado en sus misiones, provocando en el gobernador cierto resentimiento al ver a los jesuitas como un posible grupo rival de influencias e intereses; por tal motivo los acusó de pro unitarios, y fueron blanco de la mazorca. Y en marzo de 1843 los expulsó de Buenos Aires, luego logró que los expulsaran del país, argumentando la búsqueda de dominación y poder y que aceptaban el poder de Roma5.

En el ámbito rural, para controlar y disciplinar al gaucho, -que debido a su nomadismo, vivía de la violencia, del robo de estancias, asesinatos, juegos y el contrabando de cueros- se dictó la “Ley de Vagos y Malentretendidos”, la cual fue demandada por los terratenientes afectados por estas prácticas gauchas y además para obtener mano de obra para sus campos, ya que en esta época se carecía de la misma debido al reclutamiento de sus peones. “La milicia se convirtió en una prisión a cielo abierto”6.

Estas fueron las principales medidas que implementó el gobierno de rosas para controlar y disciplinar a los enemigos del régimen.

Respuesta 1 – Ítem b

La política del terror se legitimó en el régimen rosista a través de la sacralización de la causa federal, impulsada por sus dirigentes que contribuyeron a legitimarla entre las clases populares. “Combatir a una causa santa demonizaba a quienes lo hacían y justificaba que se los eliminara”7. Los unitarios eran considerados herejes, perversos y salvajes y estaban predispuestos a socavar el orden institucional, constituyendo la principal amenaza. Esta imagen consiguió una fuerte credibilidad en los seguidores de Rosas.

El rosismo adoptó la defensa del “Sistema Americano” para hacer frente a las potencias europeas y así defender la Causa Federal y la soberanía e integridad de la Confederación Argentina revitalizando los fuertes contenidos emotivos y afectivos para con la patria; más aún en tiempos del bloqueo francés , cuando Rosas emergió como el salvador y defensor de la patria. El Restaurador sostenía que mientras la provincia esté bajo su gobierno, la ley regiría para todos los ciudadanos independientemente de su condición social.

En lo que respecta a la legitimación eclesiástica, el gobernador contaba con el apoyo de la Iglesia, la cual a través de sus discursos inducían a la sociedad a adherirse a la causa federal porque Rosas era un defensor de la religión al defenderla de los ataques de los unitarios ateos.

La política de terror era derivada por el gobernador a acciones espontáneas de la plebe contra aquellos que adherían a la causa federal. Este argumento era utilizado para legitimarse ante la misma plebe y así desmovilizarla.

Salvatore, sostiene que a través de mecanismos legales se había instaurado una “República de excepción”. “Que debía

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