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Historia Argentina

totifueyo23 de Septiembre de 2014

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POLÍTICA Y SOCIEDAD EN ARGENTINA, 1870-1916.

Argentina en la década de los setenta.

En 1878 se encontraba en los comienzos de un increíble proceso de transformación social. Poco había sucedido en la década de los setenta. Durante las presidencias de Sarmiento (1868-1874) y de Avellaneda (1874-1880), los avances, aunque significativos, habían sido lentos y dificultosos. La ganadería seguía siendo de baja calidad; el país importaba trigo; la red de transportes cubría una pequeña parte del territorio; la banca se encontraba en un estado rudimentario, y capitales e inmigrantes entraban en cantidades reducidas. Esos tímidos progresos se vieron interrumpidos por la fuerte crisis económica del trienio 1874-1877.

El Primer Censo Nacional (1869) había dado cifras elocuentes del atraso en que se desenvolvía Argentina. La pobreza se reflejaba en la baja calidad de la vivienda. El atraso, en el número de analfabetos. Una gran parte del territorio se hallaba despoblado, y las que luego serían las fértiles praderas de gran parte de las provincias de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba, estaban escasamente explotadas. El “desierto”, obsesión de los argentinos, se mostraba indócil. Las invasiones de los indios fueron una permanente pesadilla para las autoridades y productores rurales.

Avellaneda decía “la cuestión frontera es la primera para todos…es el principio y el fin…suprimir los indios y la frontera significa…poblar el desierto”. La campaña militar dirigida por el general Roca puso fin al viejo problema.

La violencia no estaba limitada a la frontera india. En 1870 llegaba a su fin la largaguerra con Paraguay. No sucedía lo mismo con los enfrentamientos armados interregionales. En 1880 la más temible fuerza se levantó en armas contra las autoridades nacionales, con el gobernador Tejedor al frente. En 1874 un levantamiento encabezado por el general Mitre procuró impedir la asunción al mando del electo presidente Avellaneda.

Los años subsiguientes se caracterizaron por fuertes disputas entre los dos partidos porteños (el otro, Partido Autonomista, era liderado por el doctor Alsina). En 1877, el presidente Avellaneda intentó superar la crisis institucional mediante la llamada política de la conciliación. La paz duró poco, y para las elecciones presidenciales de 1880 los argentinos volvieron a dividirse e dos bandos irreconocibles. Unos apoyaron la candidatura del general Roca y otros se volcaron a favor del gobernador Tejedor.

La compleja situación institucional se agravaba por la debilidad de la autoridad central. Argentina contaba con una Constitución (la de 1853-1860) y con una serie de leyes complementarias (el Código Civil, entre otros). Toda esta sofisticada legislación era importante para asegurar el orden y la seguridad de personas y bienes.

Si bien la mayoría de la opinión de Buenos Aires apoyaba a Tejedor, Roca había logrado aliados valiosos en sectores importantes de la vida política y económica de la primera provincia argentina. Roca y sus partidarios salieron triunfantes de la gran confrontación del año 1880. La clave del éxito debe buscarse en la amplitud y solidez de la coalición política que se gestó en los tres últimos años de la década de los setenta.Roca inauguró las sesiones parlamentarias de 1881. Los años posteriores se caracterizaron por la aprobación de una serie de leyes que traspasaron vertiginosamente atribuciones al poder central. Se federalizó la ciudad de Buenos Aires, con lo cual se debilitó la provincia de Bs. As.

En 1880 el futuro depararía un gobierno central tan fuerte que terminaría por absorber “toda la fuerza de los pueblos y ciudades de la República”. La legislación votada en la década de los ochenta consolidó la autoridad del gobierno central y colocó las riendas del poder en las manos del titular del Ejecutivo nacional. El fuerte presidencialismo resultante era la consecuencia de habar instituido la doctrina que informó el pensamiento de los constituyentes de 1853.

Asegurados el orden y la seguridad jurídica, una circunstancia internacional desató un boom económico de características y duración anormal.

La sociedad (1869-1914).

La causa principal del fuerte incremento fue la entrada masiva de inmigrantes extranjeros; de los que se radicaron definitivamente, una altísima proporción lo hizo en las provincias del litoral pampeano (Capital Federal, Buenos Aires, Santa Fe, Córdoba y Entre Ríos).

El rápido crecimiento de las ciudades fue uno de los factores que, junto a la extensión de la red ferroviaria, contribuyó a suavizar el temporal aislamiento de las zonas rurales. En un primer momento, la expansión de la cría del lanar trajo aparejada una sensible reducción en la escala de la empresa ganadera y una mayor división del trabajo dentro de la misma. Ambos factores promovieron una mayor radicación depersonas en la región y una visible diversificación de la estructura ocupacional. Muchísimo mayor fue el impacto producido entre 1880 y 1914 por la expansión de los cultivos cerealistas.

Al mismo tiempo, se produjeron cambios significativos en la estructura socioocupacional del país. En el período intercensal 1869-1895, la expansión del sector agrícola y de las actividades terciarias coincidió con una fuerte caída de la ocupación en las viejas artesanías y en el antiguo sistema de transportes. En el período siguiente (1895-1914) la mecanización de la agricultura y el aumento del tamaño de la empresa cerealista produjeron una caída relativa en los niveles de empleo del sector primario. El sector terciario siguió creciendo y se registró un fuerte incremento en la industria de la construcción, especialmente en las grandes ciudades del litoral.

La disparidad entre el sector urbano y el rural respondía al hecho de que el comercio y la industria estaban concentrados en la misma región (el litoral) donde se hallaba radicada la gran mayoría de los inmigrantes. Por el contrario, las empresas rurales se distribuían homogéneamente por todo el país. Por otra parte, las diferencias entre la agricultura y la ganadería se debían a dos razones. La ganadería era la actividad productiva de mayor desarrollo antes de la llegada masiva de los inmigrantes, mientras que la expansión agrícola fue contemporánea a dichas llegadas.

Una de las consecuencias de este rápido proceso de movilidad social fue la fuerte expansión de las capas intermedias de la sociedad. También fue importante el crecimiento del aparatoadministrativo y del sistema educativo. Al mismo tiempo, la mayor complejidad de la empresa cerealista determinó la aparición de una serie de actividades vinculadas (comercio, industria y transporte) que emergieron en los poblados y villas que se formaron durante aquellos años.

La condición del arrendatario argentino era al frente de una explotación que oscilaba entre las 200 y 400 hectáreas, era a su vez empleador de mano de obra; su situación era mucho mejor que la prevalente en los países de origen, pero no todos accedieron a posiciones superiores o intermedias dentro de la sociedad. Muchos continuaron en las mismas labores que venían ejerciendo desde su llegada.

Dentro del país, las condiciones generales tendieron a mejorar sensiblemente durante un período. Se registró una sustancial caída del analfabetismo que descendió. Además, mejoraron sensiblemente las condiciones sanitarias y desaparecieron de las grandes ciudades las epidemias. También se registraron progresos en la calidad de la vivienda. El ingreso masivo de inmigrantes creó serios problemas en este aspecto: se produjo un aumento en el número de personas por habitación. Los avances en materia de legislación laboral fueron tímidos y lentos, aunque se dictaron leyes sobre descanso dominical y feriados nacionales, se reglamentó el trabajo de mujeres y niños, y se legisló sobre accidentes de trabajo.

Las condiciones prevalecientes en el litoral pampeano no se reproducían en el resto del país. Si bien en casi todas partes se produjeron avances, las desigualdades regionales continuaron siendo muy grandes. Estas disparidadesregionales influyeron en el desigual crecimiento de la población.

Un proceso de la naturaleza del descrito produjo, naturalmente, víctimas individuales. El caso más llamativo es el de aquellas personas cuyos oficios desaparecieron como consecuencia de la modernización de la economía. El impacto de la expansión no incidió en la caída de los ingresos, pero sí en las condiciones de vida imperantes en las regiones afectadas. La reorganización y modernización de la estancia ganadera modificó notoriamente los ritmos de trabajo y el estilo de vida prevaleciente en otras épocas.

En 1854 se formó la FORA (Federación Obrera Regional Argentina) controlada por anarquistas hasta 1915 cuando los sindicalistas pasaron a controlar la mayoría del movimiento obrero. En 1907 se formó la UGT (Unión General de Trabajadores), entidad minoritaria que agrupó a los sindicatos de tendencia socialista. En 1912 apareció la Federación Agraria Argentina, institución que agrupó a los arrendatarios de la región cerealista.

El arribo masivo de inmigrantes, su asimilación a la sociedad, el ascenso y descenso de grupos y la rapidez del proceso de cambio social condujeron naturalmente a una serie de conflictos y tensiones. Conflictos de vieja raíz desaparecieron o decrecieron (guerras interregionales civiles de frontera, choques armados entre facciones políticas), pero fueron suplantados por enfrentamientos de nueva marca: enfrentamientos entre empleadores y obreros, y, a veces, entre los sindicatos y las autoridades nacionales.

Además de la inmigración, los usos y costumbres locales fueron

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