El Laberinto De La Soledad

El Laberinto de la Soledad

Resumen:

El libro es una revisión de la historia y la identidad de los mexicanos y analiza críticamente la sociedad mexicana sobre la base de su historia, sus relaciones con otras culturas, así como el carácter colectivo de los mexicanos. A través de su obra, Paz logra mostrarnos la mexicanidad de una manera clara e inteligente.

El Pachuco y otros extremos.

Este capítulo comienza hablando sobre el adolescente y el descubrimiento de uno mismo, lo cual nos lleva a buscar nuestra identidad ¿Qué somos y cómo realizaremos eso que somos? A continuación, la adolescencia es comparada con los pueblos “en trance de crecimiento” quienes también buscan una identidad.

Mientras vivía en los Ángeles, Octavio Paz se dio cuenta que los mexicanos que ahí residen no se mezclan con los norteamericanos y se auto nombran Pachucos. Se trataba de “Bandas de jóvenes generalmente de origen mexicano, que viven en las ciudades del sur, que se dan a ver por su vestimenta conducta y lenguaje”. Personas que no quieren volver a su origen mexicano, pero que tampoco quieren pertenecer al sistema americano. El Pachuco, según Octavio Paz, “Es uno de los extremos a los que puede llegar el mexicano”.

Máscaras mexicanas.

En general, el hombre se encierra y se aleja de todo y hasta de sí mismo. Siente que una mirada con el vecino puede desencadenar una serie de sucesos.

El mexicano también se encierra en sí mismo porque es parte de su hombría, el abrirse a los demás es símbolo de traición; no puede abrirse a nadie y expresar sus sentimientos porque los demás no lo entenderían y eso sería rajarse. El mexicano dice: “Me he vendido con fulano”, cuando ha contado sus secretos a alguien y considera que se los dirá a todos.

Por eso, nos escondemos tras mascaras que nos hacen improvisar y nos llevan de mentira en mentira, nos ninguneamos; y esto tiene un gran valor. Don “ninguno” es muy poderoso en nuestras vidas y aunque parece no ser nadie, es la mayor máscara que tenemos, disimula nuestra existencia y la de los demás, aunque puede llegar a ahogarnos o desaparecernos.

Todos santos, día de muertos

Cualquier cosa es un motivo de fiesta para el mexicano y todo el calendario se encuentra lleno de festejos. Los colores, la gente y su vestuario distinguen a las festividades. Así, el 15 de septiembre el mexicano grita con alegría y el 12 de diciembre se entrega a la virgen de Guadalupe. Aquí es donde el mexicano tiende a abrirse y desahogarse.

Otro de los festejos que más llama la atención: es el día de muertos. Ya desde antes que llegaran los españoles, los distintos pueblos creían que la vida se continuaba con la muerte, y que la vida misma se alimentaba de la muerte. Nada más privilegiado en vida, que ser sacrificado para los Dioses. Mientras que para los cristianos la muerte es la resurrección a otra vida, para los aztecas, es la manera de participar con las fuerzas creadoras. Para los aztecas, ni la vida ni la muerte les pertenecía, todo era un capricho de los dioses.

Los hijos de la Malinche.

A pesar de sus contrariedades, el mexicano también expresa que es parte de un pueblo y se siente digno de él. Un ejemplo de esto se da el 15 de septiembre, cuando dice que los demás son los “Hijos de la chingada”, refiriéndose así a los extranjeros y a los malos mexicanos. La chingada es una representación de la maternidad, se dice que esta palabra puede ser origen azteca, palabra que se usa en toda América y parte de España, en donde su significado varía. Muchos dicen que es una palabra hueca y que no significa nada.

El mexicano trata de encontrar su origen y volver al mismo, reanudar su relación y romper su soledad. Por este motivo el mexicano le rinde culto a la virgen que refleja su situación espiritual−material.

Después que la Malinche se entrega a Cortés, se dice que la olvida cuando deja de servirle. México no perdona su traición. Los malinchistas son partidarios de que México se abra al exterior. Cuando el Mexicano repudia a la malinche, es señal de que rompe su relación con el pasado, reniega de su origen y penetra en la historia y es así como el mexicano no quiere ser ni indio ni español, tampoco quiere descender de ellos.

Conquista y colonia.

Aquí se comenta la permanencia de antiguas creencias y costumbres que provienen de las sociedades mesoamericanas por una parte y por la otra, se funden con las provenientes de la herencia española.

Los españoles impusieron en nueva España un mismo idioma, una sola fé, que era la católica y un solo señor, que era el virrey. Se considera al catolicismo como el centro de la sociedad colonial. A través del bautismo, el catolicismo abre las puertas al individuo hacia la sociedad y la convierte en un orden universal. Después, la iglesia se inmoviliza en Europa cuando el catolicismo llega

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