El Laberinto De La Soledad

El laberinto de la Soledad

El pachuco y otros extremos

El laberinto de la soledad nos habla del Mexicano como ser, su comportamiento en la vida y su forma de ser. Octavio Paz nos habla sobre el mexicano como un conjunto de contradicciones, eso se refiere a que no es, no será pero no deja de ser. El libro comienza con el análisis de la persona según su edad, describe que tanto para los niños como para los adultos es fácil olvidarse de la soledad, para los primeros con los juegos y para los segundos, el trabajo. Pero existe una etapa intermedia entre las 2 ya mencionadas: la adolescencia, es en este punto en el que el hombre no tiene un refugio al cual acudir cuando se siente solo pues se comienza a crear una barrera entre el adolecente y el mundo, esta es su propia conciencia y percepción del mismo.

Sucede algo muy parecido con los países en crecimiento, ellos se preguntan ¿qué son? Y como realizarán eso que son. Los pueblos deben crear un concepto y tener una idea de si mismos para crear distintas cosas con originalidad. La diferencia entre México y otros países radica en el sentimiento de inferioridad con el que se manejan los mexicanos que disminuye el crecimiento pues existe un alto nivel de desconfianza en las capacidades que tienen como personas.

Volviendo a la comparación con el adolecente, el mexicano debe atravesar por el proceso de reflexión, volver a si mismo y contemplarse. Existe una minoría que si realiza esta acción, crea una conciencia y por medio de esta modela al país, y lo conquista

Cuando Octavio Paz vive Los Ángeles, comienza a crear una reflexión de la actitud del mexicano actual. En Los Ángeles viven mas de muchísimos mexicanos y aun así no se mezclan con la población estadounidense. Esto sucede también con las personas que viven en L.A, se notan diferentes pero no por sus rasgos físicos sino por su manera de evadir la mirada ajena; estas personas adquieren un nombre: Pachucos.

Los pachucos son grupos de jóvenes, principalmente mexicanos que pretenden por medio de su vestimenta, lenguaje y actitud crear una personalidad ajena y opuesta a los estadounidenses rechazando también a su origen mexicano. “La rebeldía mostrada por los pachucos no pasa de ser un gesto vano” () pues ni buscan crear un nuevo concepto, ni intentan seguir al modelo norteamericano, ni tampoco pretenden regresar a sus raíces y costumbres mexicanas.

La soledad del mexicano es diferente a la soledad que presenta el norteamericano. La del mexicano se basa en una realidad externa y la del estadounidense se centra en él mismo pues su mundo y toda su realidad fueron construidas con sus propias manos.

La diferencia entre los mexicanos y los estadounidenses radica en que los norteamericanos no conocen la realidad sino que la utilizan, además basan su vida en la realidad que conocen; los mexicanos viven hundidos entre costumbres y el pasado. Los mexicanos mienten; los americanos no mienten sino sustituyen la verdad. Los mexicanos son cerrados y buscan contemplar; los estadounidenses son abiertos y buscan comprender.

Mascaras mexicanas

Para el autor, el mexicano es alguien que se encierra y se preserva. Siempre se encuentra alejado de la sociedad, excluyéndose de los demás, pero mas que nada se esconde de si mismo. Nos podemos dar cuenta de esto analizando el lenguaje popular, que refleja nuestra forma de “defendernos” de los otros.

Existe el ideal de la inferioridad del sexo femenino. El mexicano, como cualquier hombre moderno, considera a la vida como una lucha y busca defenderse en ella por medio de la creación de un carácter defensivo “macho”. El mexicano tiene como objetivo y aspiración la creación de un mundo ordenado conforme a principios bien establecidos, es decir, tradiciones que se derivan, según el autor, del amor que tienen los mexicanos a la forma. Las formas no expresan la espontaneidad, sino que sustituyen los valores vitales por los abstractos, son mascaras que crean.

Estos valores se aplican, para los hombres en la reserva y para las mujeres en el recato, pero para ellas de una manera diferente pues son consideradas como un objeto. La mujer mexicana simplemente transmite, no crea nada dentro de la sociedad. La mexicana no tiene voluntad propia sino como “especie” ,“nunca es pregunta sino respuesta”. Esta concepción no la convierte en una cosa, sino en un símbolo que representa la estabilidad y el respeto, todo esto teóricamente pero en la realidad es simplemente una manera de sujetarlas e impedirles que se expresen.

Pero no basta con defenderse, el mexicano utiliza un proceso relacionado a éste: la mentira.

Todos santos, día de muertos.

Este capitulo comienza con la descripción de las fiestas mexicanas, estas son parte esencial del mexicano, cualquier pretexto es bueno para celebrar, para detener el tiempo y no ir al trabajo, el mexicano ama las fiestas, a diferencia de los países ricos que tienen pocas pues ellos tienen mejores cosas que hacer.

Desde que comienzan las fiestas a la patria, el mexicano se siente completo, éste momento es algo que el mexicano espera y cuando por fin llegan se siente completo, liberado de su mundo ya no le falta nada. Por lo que se dice “las fiestas son el único lujo de México”. Pero después de esto el circulo de la soledad se vuelve a cerrar, el gasto de esas fechas son tal vez algo innecesario pero por lo menos aparenta estar feliz.

En México existe un festejo muy peculiar, este es el día de muertos, esto habla de lo que el mexicano piensa de la muerte, como cree el mexicano, que se puede cubrir todo con la mascara de la muerte. Los indígenas pensaban que la muerte era el comienzo de algo nuevo, se pensaba que la vida verdadera comenzaba con la muerte, no había algo mejor que ser sacrificado para los dioses. Pero actualmente todo funciona, según Octavio Paz, como si la muerte no existiera, la muerte se piensa como algo de juego.

Las circunstancias históricas explican el carácter del mexicano a medida que su carácter también las explica a ellas. Ante todo esto se dice Viva México y con esto se desencadenan una serie de malas palabras que caracterizan al pueblo mexicano: Las groserías; ese lenguaje vulgar lo llevan muy dentro de ellos y lo dejan salir en cualquier situación. Hay una de esas palabras que místicamente lo significa todo, es el verbo ¨chingar¨ esta palabra cambia radicalmente, es la palabra “camaleónica”.

Los hijos de la Malinche

La confusión que provoca el misticismo del mexicano ha

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