El Túnel - Ernesto Sábato
manetta15 de Agosto de 2014
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1) RESEÑA BIBLIOGRÁFICA DEL AUTOR
Rojas, Argentina, 1911 - Santos Lugares, 2011) Escritor argentino. Ernesto Sábato se doctoró en física en la Universidad de la Plata e inició una prometedora carrera como investigador científico en París, donde había ido becado para trabajar en el célebre Laboratorio Curie. Allí trabó amistad con los escritores y pintores del movimiento surrealista, en especial con André Breton, quien alentó la vocación literaria de Sábato. En París comenzó a escribir su primera novela, La fuente muda, de la que sólo publicaría un fragmento en la revista Sur.
En 1945, de regreso en Argentina, comenzó a dictar clases en la Universidad Nacional de La Plata, pero se vio obligado a abandonar la enseñanza tras perder su cátedra a causa de unos artículos que escribió contra Perón. Aquel mismo año publicó su ensayo Uno y el Universo (1945), en el que criticaba el reduccionismo en el que desembocaba el enfoque científico. El ensayo prefiguraba buena parte de los rasgos fundamentales de su producción: brillantez expositiva, introspección, psicologismo y cierta grandilocuencia retórica.
Su carrera literaria estuvo influida desde el principio por el experimentalismo y por el alto contenido intelectual de sus obras, marcadas por una problemática de raíz existencialista. Así, El túnel (1948) ahonda en las contradicciones e imposibilidades del amor, mientras que Sobre héroes y tumbas (1962) presenta una estructura más compleja, en que los diversos niveles de la narración enlazan vivencias personales del autor y episodios de la historia argentina en una reflexión caracterizada por un creciente pesimismo. Ambas novelas tuvieron gran repercusión y situaron a Sábato entre los grandes novelistas latinoamericanos del siglo.
El Túnel fue rápidamente traducida a diversos idiomas y llevada al cine. La narración tiene indudable originalidad y valores psicológicos relevantes: la confesión de Castel, que ha cometido un crimen, enfrenta al hombre de hoy con una sociedad desquiciada y resalta los contrastes con pincel agudo y lleno de color. El estilo está en consonancia con el tema, dentro de un desequilibrado equilibrio.
Sobre héroes y tumbas (aunque publicada en 1962, la edición definitiva es de 1966) es su obra más ambiciosa. La compleja construcción de esta novela, y los diversos registros del habla rioplatense que el autor plasma en ella se alejan tanto del tecnicismo formal como de la dispersión. La pericia narrativa de Sábato consiste, justamente, en hacer pasar desapercibidas para el lector las evidentes dificultades compositivas que supone la historia de la joven Alejandra y, a través de ella, la del país. Destaca sobre todo el capítulo titulado "Informe sobre ciegos", que puede ser leído, como de hecho lo fue, con entera autonomía.
Sobre héroes y tumbas obtuvo un éxito de público impresionante, que acabó por convertir a su autor en una autoridad moral dentro de la sociedad argentina, una suerte de formador de opinión que, por paradójico que parezca, al asumir ese papel se fue alejando progresivamente de la actividad literaria. Su tercera novela, Abaddón el exterminador (1974), se centra en torno a consideraciones sobre la sociedad contemporánea y sobre el pueblo argentino, su condición «babilónica» y su presente, que adquieren en la novela una dimensión surreal, en que se funden realidad y ficción en una visión apocalíptica.
A partir de la década de 1970, más que un escritor, Sábato representó una conciencia moral que actuaba como un llamado de alerta frente a una época que él no dudó en calificar de "sombría". Esa identificación entre Sábato y la autoridad ética quedó muy reforzada por su labor como presidente de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (CONADEP), para la que fue designado en 1983 por el entonces presidente de la República, Raúl Alfonsín. Los años que dedicó a investigar "el infierno" de la represión durante el anterior gobierno militar, según sus propias palabras, no le dejaron aliento ni espacio para la literatura. Las conclusiones de la comisión quedaron recogidas en el llamado Informe Sábato. En 1984 fue galardonado con el Premio Cervantes.
La obra de Sábato, que ha sido prestigiada con numerosos premios internacionales y difundida en múltiples traducciones, incluye además multitud de ensayos como Hombres y engranajes (1951), El escritor y sus fantasmas (1963), El otro rostro del peronismo (1956), Tango: discusión y clave (1963), La cultura en la encrucijada nacional (1973), Tres aproximaciones a la literatura de nuestro tiempo (1974), Apologías y rechazos (1979), Antes del fin (1998) y La resistencia (2000). Aquejado de un grave problema de visión, se dedicó además a la pintura, otra de sus pasiones.
2) ARGUMENTO
El Túnel nos relata las atormentadas pasiones de un pintor -Juan Pablo Castel- al conocer a María Iribarne. El drama se centra en la persecución psicótica del personaje a raíz de su deseo de inserción en la sociedad, enmascarado por su ferviente odio a lo humano, desencadenando en una especial obsesión hacia una mujer que se detiene ante una imagen de uno de sus cuadros.
Se supone que esta imagen no ha tenido significado para nadie, salvo para el pintor y la mujer que lo presencia. Ella es María Iribarne, con quien de a poco teje una relación que aduce cierta presión sicológica en Juan Pablo y cierta permisividad de invasión por parte de María. Es ella quien le presenta dos personajes de su vida, Allende, su marido ciego y Hunter, su primo y presunto amante. Ante esta presunción, Juan Pablo sorprende a María y a Hunter en un affaire (o Castels así lo cree) lo que conduce al hecho de sangre que marcará para siempre la vida del pintor. Juan Pablo asesina a María y se sumerge en su propio túnel...
El pintor Juan Pablo Castel nos cuenta en primera persona el asesinato que realizó, por qué mató a su amante. El motivo del porqué nos cuenta dicho acto es el querer ser comprendido. Juan Pablo es un personaje complicado, racionalista, neurótico y una infinidad de adjetivos que sobre todo nos muestra el cómo no debemos ser. Una persona de una soledad impresionante se angustia ante la posibilidad de ser engañado. No es que María ame a otro hombre, sino que el temor de Juan Pablo radica en no ser realmente amado. Una angustia nacida del perderse nuevamente en su soledad y de aferrarse intensamente a una persona que como él, vivía en un túnel oscuro y pequeño donde la entrada era restringida a los demás. La palabra final insensato, pronunciado por el esposo de María(el ciego) nos da a entender que Sábato se da cuenta que la necesidad de aferrarse a alguien para dejar de lado la soledad puede llevarnos a pensar o cometer, pensamientos o hechos, que no necesariamente son ciertos. En pocas palabras, Sábato con esa palabra final nos muestra a un Juan Pablo Castel completamente errado no solo en su decisión final da matar a María sino también en todas las deducciones lógicas que tenía
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Juan Pablo Castel y María Iribarne inician una relación amorosa cuando descubren que ambos se sienten solos y desesperados. Ella está casada y desde el primer momento decide no eludir sus responsabilidades para con su esposo ciego, y manifiesta su certeza de que la relación no será fácil. Pero, a pesar de que los celos son una obsesión para él, esto no es la causa de la incomunicación entre ellos. Ambos se encuentran en un estado emocional difícil y doloroso, por lo tanto la relación también será difícil, pero hay una diferencia entre ellos. María sí es capaz de comunicarse y lo intenta con Juan Pablo, incluso toma un papel maternal; se podría decir que da de ella misma lo mejor que puede dar (del que recibe queda la función de valorarlo). Esto queda patente con la reacción del marido ciego cuando Castel le comunica el asesinato de María y su posterior suicidio: a pesar de todo, hay algo en María que le compensa; justamente a un ciego, el símbolo del sabio y el visionario. Al contrario que María, Castel toma una actitud del todo destructiva.
Castel descubre a alguien que sufre como él, que es como él, y siente una atracción irreprimible. Él es quien se lanza en su búsqueda necesariamente. La encuentra y se reconoce en ella, pero tal vez equivoca el grado de similitud que existe entre los dos: a pesar de su esquizofrenia y sus desvaríos, de su soberbia y de su orgullo, Castel se conoce a sí mismo, conoce su mezquindad, y piensa que María es igual; la juzga con los mismos patrones que se juzga a él. La ama y la odia porque se parece a él, odia lo que reconoce de sí mismo en ella.
Castel no odia a María, sino que se odia a sí mismo, o bien la odia porque se odia. Juzga y rechaza aquello que al mismo tiempo admira y desea. Pero él está sumido en la soberbia de la razón (solo en su túnel) y no puede alcanzar la humildad del espíritu, como tampoco puede alcanzar el goce de una relación apasionada con María. Ella se convierte en motivo de su definitiva autodestrucción: destruyéndola a ella se destruye a sí mismo. Se convierte en una suerte de justificación o de vehículo hacia la autodestrucción.
La crueldad, o violencia, que Castel ejerce sobre María surge de la vertiente instintiva y espiritual de él, que rápidamente la vertiente racional analiza, juzga y justifica (éste desdoblamiento del personaje es referido por él mismo en diferentes puntos de la novela). Al mismo tiempo, María padece en silencio e intenta reconducir las situaciones.
3) ANÁLISIS DE LA NOVELA
I. Título: “El Túnel”
Es obvio que
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