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El detective como arquetipo social


Enviado por   •  27 de Agosto de 2023  •  Ensayos  •  2.387 Palabras (10 Páginas)  •  66 Visitas

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El detective como arquetipo social

Por Repetto, J. Bautista

Profesor en Lengua y Literatura

Los debates y estudios en torno a la literatura policial son variados y extensos, hace falta tan solo dar un vistazo a la gran cantidad de bibliografía que se ha escrito al respecto para darnos cuenta de ello. Ya ha pasado mucho tiempo desde principios del s. XIX cuando Poe, quizá sin saberlo, escribía los primeros relatos policiales, y sin embargo, hoy en día el género pareciera seguir en vigencia. Aunque con el correr del tiempo hayan ido modificándose ciertas características complementarias, existe en el policial una estructura que debe ser respetada para que la obra sea considerada como tal.

Todorov, considera que esta especie de inmutabilidad del género es consecuencia de su pertenencia a la literatura de masas:

…la obra maestra de la literatura de masas es, justamente, el libro que mejor se inscribe en su género. La novela policial tiene sus normas; proceder “mejor” de lo que ellas reclaman es, al mismo tiempo, hacer mucho menos: quien quiere “embellecer” la novela policial hace “literatura”, no novela policial. La novela policial por excelencia no es aquella que transgrede las reglas del género, sino la que se conforma a ellas[1].

Dentro de estas reglas del género existe una que es fundamental para su constitución, aquel personaje que, valiéndose de su inteligencia y astucia, va a ser el encargado de resolver el crimen: el detective.

Pero esta figura, a diferencia de otras reglas del género, ha ido cambiando, adoptando diferentes características. Esta transformación del detective se hace claramente evidente si comparamos el policial clásico inglés del s.XIX y XX, con el policial negro surgido en Estados Unidos en la década del 20. Esto se debe a que el detective, en todas sus vertientes, está construido en la base de múltiples factores sociales, culturales y económicos que lo constituyen como un arquetipo social. Esta figura se presenta como una síntesis casi perfecta de los valores que rigen en el contexto social en el cual es creado.

A continuación nos encargaremos de describir cómo fue variando la figura del detective, teniendo en cuenta principalmente al género policial en sus dos vertientes, el clásico y el negro, con el fin de demostrar este aspecto arquetípico que presenta esta clase de personajes.

El detective y el policial clásico

El s. XIX es el período  histórico en el que comienza a surgir el policial como género literario, principalmente de la mano de E. A. Poe. Este siglo está marcado en gran parte por su carácter cientificista, donde la filosofía positivista comenzaba a tomar fuerza, consiguiendo un afianzamiento sobre todo en el ámbito de las ciencias sociales y el método hipotético deductivo se presentaba como el principal paradigma epistemológico de la mano de pensadores como Augusto Comte y Stuart Mill.

Este rasgo distintivo se ve retratado muy claramente en los detectives que se representan en esta época. Si prestamos atención en la metodología que utilizan los principales exponentes de las figuras detectivescas del momento como Dupin o Holmes, nos daremos cuenta de ello. En primer lugar, ambos personajes se limitan a informarse de la situación. Tanto en Los crímenes de la calle Morgue como en La carta robada, Dupin se pone al tanto del crimen en cuestión, pide detalles que podrían parecer superficiales, pero que resultan fundamentales para la elaboración de su hipótesis.

En segundo lugar, una vez formulada la misma, se lanzaran a la búsqueda de pruebas que vayan revalidando o refutando la hipótesis, la cual vale la pena aclarar que sólo el detective conoce y que sólo debelará una vez que esta esté comprobada empíricamente. En La aventura de los seis Napoleones, Holmes, al recibir los detalles del misterio (la destrucción de distintas figuras del emperador francés), formula una hipótesis, la cual, después de un recorrido recolectando diferentes pruebas, logra comprobar y debelar ante las asombradas expresiones de Watson y el Oficial Lestrade.  

Sin duda ambos detectives logran encarnar los valores racionales de la época, siendo los principales exponentes de un método hipotético deductivo que estaba en pleno auge durante el siglo XIX.

Otro rasgo que distingue a los detectives del policial clásico es su pertenencia a una clase aristocrática europea. De hecho el personaje de Dupin creado por Poe es un habitante francés, aunque este último sea un habitante norteamericano. Pareciera una condición imprescindible que debe poseer todo buen exponente del género. Esto se debe principalmente a la hegemonía cultural que tenían los comportamientos de la aristocracia europea occidental. Hace falta solamente echar un vistazo a Sherlock Holmes para darnos cuenta que en él se ven resumidos los más convencionales comportamientos de la aristocracia inglesa. Convirtiéndose en cierto punto en un modelo donde se ven reflejadas las formas en las que debe comportarse un “verdadero” caballero inglés.

Por último, al no estar desarrollado en su plenitud el sistema de consumo capitalista, el dinero encuentra en el policial clásico un papel muy secundario. En este tipo de relatos, el motivo principal del crimen muy pocas veces está relacionado con lo monetario, y aunque lo esté ocupa un rol secundario, ya que lo principal en este género es el misterio en la causalidad del crimen. Resolver un enigma que parecía no tener solución, utilizando para ello nada más que la razón y el ingenio, es el principal nudo argumental.

Es por ello que en Los crímenes de la calle Morgue, Dupin rechaza la recompensa que en un momento el marinero le ofrece, y a cambio sólo le pide que confiese todo el conocimiento que tenga sobre los asesinatos. Tampoco Holmes admite remuneración alguna, sino que la única recompensa que lo satisface es la de resolver el crimen en una especie de competencia planteada entre él y Lestrade. Esto demuestra que para los valores de la época lo principal no era una motivación económica por parte del detective, sino el poder racional e intelectual de los que éstos debían valerse.

La construcción del detective en el policial clásico, entonces, queda definido en primer lugar por la utilización de un método hipotético deductivo propio del positivismo característico del siglo XIX. En segundo lugar, con la pertenencia de estos personajes dentro de una aristocracia europea, reproduciendo los comportamientos y valores propios de esta clase social, aun cuando, como vimos en el caso de Poe, el escritor no sea Europeo. Y por último, el desinterés por lo monetario en beneficio de una motivación puramente intelectual y de ingenio. En resumidas cuentas, es a partir de estos aspectos por los cuales se construye la figura del detective en el policial clásico, constituyéndolo como un modelo arquetípico durante el siglo XIX.

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