Enfoques Integrales Ambientales
yurismayr20 de Octubre de 2014
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Concepción de desarrollo en la perspectiva crítica, conservadora y economista:
Los sentidos actuales de la palabra desarrollo apuntan a los avances y progresos en el campo económico y social. Aparece asociada a ideas como progreso, modernización, crecimiento, bienestar y otras similares. Desarrollo también tiene un amplio uso en otros campos, como la embriología y la evolución. Finalmente, no sólo existen disciplinas, como la “economía del desarrollo”, sino que la palabra aparece nombrando instituciones muy diversas, que van desde agencias gubernamentales de desarrollo a bancos internacionales, y es el objeto de los más variados proyectos gubernamentales.
La vertiente económica del desarrollo surgió inmediatamente después de la segunda guerra mundial, para abordar asuntos teóricos propios de la economía, como respuestas practicas frente a desafíos como la pobreza o la distribución de la riqueza. La palabra desarrollo se difundió simultáneamente con la idea del “subdesarrollo”. Para reflejar que unas naciones estaban en mejores condiciones y más adelantadas en un mismo camino que todas debían recorrer. Es común citar como ejemplo el discurso del presidente Harry Truman, del 20 de enero de 1949, anunciando un “programa de desarrollo basado en los conceptos del trato justo y democrático”, fundamentado en ideas como el uso del conocimiento técnico y la necesidad de “producir más”.
Ese nacimiento coloca a la idea del desarrollo recostada sobre la economía, enfocada especialmente en la problemática del crecimiento económico, y con una mirada parcial sobre los temas del bienestar humano.
Un examen más atento de aquellos usos iniciales del desarrollo muestra que se inscribían en la defensa del progreso de base material, económico y del productivismo, compartida por muchos pensadores. Entre ellos destacan en el siglo xix: David Ricardo, William Petty, Friedrich List, Karl Marx y Alfred Marshall. Sus contribuciones en buena medida se inscriben en discusiones que se pueden rastrear por lo menos hasta el clásico de Adam Smith La riqueza de las naciones (1776). Ya entrados en el siglo xx, en las primeras décadas destacan los aportes de Michal Kalecki, J. M. Keynes y Nicholas Kaldor, entre otros, los que se convirtieron en antecedentes inmediatos de las formulaciones que organizarían desde la década de los cuarenta.
A mediados del siglo xx, las formulaciones iniciales del desarrollo eran casi indistinguibles de las de crecimiento económico, y los dos términos se intercambiaban en más de una obra clave. Por ejemplo, el clásico de Arthur Lewis, que se titulaba en inglés lo que en español sería “La teoría del crecimiento económico” (1955), mientras que se publicó como Teoría del desarrollo económico (1958). Lewis planteaba que el desarrollo tenía por objetivos hacer crecer la producción y el ingreso por persona, y esa expansión, por sí sola, sería positiva para todos. El espíritu evolucionista se refleja en un modelo del desarrollo por etapas, planteado por Rostow (1961), mientras que la vertiente sociológica reforzó la idea de emular el ejemplo de las sociedades occidentales. Se desembocó en un programa modernizador, que ajustado a América Latina imponía pasar de una sociedad atrasada o tradicional a ser una moderna o desarrollada. Se insistía en que el tema central era el crecimiento y no la distribución, y desde ese tipo de posturas se cimentó la insistencia en apelar a indicadores como el Producto Interno Bruto.
A medida que pasaban los años, proliferaron las visiones sobre el desarrollo, se acumularon críticas desde diversos frentes, que resultaban en nuevas formulaciones. Ese campo se volvió más transdisciplinario, y sus prácticas han padecido de luces y sombras. Surgieron las posturas alternativas, como la defensa de “otro desarrollo” o el enfoque sobre las
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