Fahrenheit 451

Fahrenheit 451.

Vaya sociedad la que nos muestra el señor Bradbury, Fahrenheit 451, tal vez por demás dicho, un descripción profética de lo que ahora puedo ver, a medio siglo de distancia respecto a la época del libro, es interesante.

Nos adentramos en una sociedad donde lo más importante es la “felicidad de la gente”, pero para lograr este esta felicidad es necesario imponer el orden, mismo que se hace de una manera bastante dura, a cargo de los cuerpos de bomberos y de policía, ambos instrumentos del sistema. Principio contrario a la filosofía griega, que planteaba en la concepción de felicidad, que se podrá lograr a través de aquello que el hombre más desee, principalmente del conocimiento, debido a que este llega directamente al alma.

El cuerpo de bomberos no es el tradicional grupo de hombres encargados de controlar incendios, o no, es quien se encarga de provocarlos, entendiéndose por incendio la quema de libros, porque ya mencionado, la felicidad es prioridad, pero esta felicidad se ve amenazada por los libros, ya que el hombre al dedicarse a la lectura, comienza a cuestionarse el porqué de las cosas, ¿por qué crecen los arboles? ¿por qué sale el sol?, ¿Por qué el sistema toma tal o cual decisión?, esto lleva al hombre a sentirse infeliz, por no poder hacer ciertas cosas, y al Sistema, más difícil controlar a sus individuos, así los bomberos tienen la encomienda de erradicar toda vía de cultura, toda posible causa de infelicidad.

Pensemos, ¿en verdad deberíamos quemar los libros? Creo que la respuesta es clara, más si la finalidad es no leer, nuestra sociedad está siguiendo dicho camino, pues la lectura es una actividad cada vez menos practicada, ¿para qué quemar libros si ni siquiera se lee?

Nuestro personaje principal Guy Montag, miembro del cuerpo de bomberos, es un hombre que sigue la ruta, hace su trabajo como todos los demás, sin embargo tiene una característica importante, la tendencia, aun pequeña, de dudar de las cosas.

En un principio podemos ver a un Montag, que es el reflejo de la genta actual, siguen sus deberes sin cuestionar nada, una persona promedio, con una esposa que cumple con todos los requerimientos sociales, conformismo, consumismo, e irreflexión.

La vida de Montag seguía su camino de forma normal hasta que se encuentra con Clarisse McClellan, esta chica con un brillo especial, el cual creo yo todos deberíamos tener, con la visión de un niño que se pregunta el porqué de todo lo que ve, ella se detiene a disfrutar del agua un día de lluvia descubriendo su sabor, así como el aroma de las hojas secas de los árboles, ahora nadie se detiene observar nada, damos por hecho que ya todo los conocemos, la gente cree que nada le incumbe y solo se preocupa por su asuntos, estas preocupaciones no van más allá de tener el teléfono de moda.

Así Clarisse, deja en Montag la duda, esa espinita, que le lleva a comenzar a reflexionar sobre su trabajo, es quien humaniza al protagonista, y le obliga a cuestionar la validez de su propia existencia, un choque entre mundos que son aparentemente incompatibles, por un lado la chica, mente abierta, reflexiva, tranquila y relajada que es totalmente diferente al resto de sus compañeros de clases y supuestos amigos; por la otra parte está el hombre que forma parte del instrumento de control, sigue su vida como se cree debe ser, mira lo que tiene frente a si, mas no lo que hay detrás.

Es en este punto donde Montag va cambiando paso a paso, comienza a preguntarse ¿Por qué su trabajo es así?, pero también porque de pronto está cuestionándolo todo, ¿es que acaso la vida debería ser diferente?, lo sabe pero no está completamente seguro, cada vez va dándose cuenta de que la vida es vacía y sin emociones. Piensa en todas las palabras que le ha dicho la dulce joven, cada una de ellas le dan vueltas en la cabeza.

Durante un día de trabajo, Montag y el cuerpo de bomberos atienden una alarma, y acuden a la casa de la Sra. Black, una vieja mujer que ha mantenido en secreto su afición por la lectura, al llegar la situación se complica (pues normalmente antes de que los bomberos aparezcan, la policía ya ha intervenido para el arresto de los delincuentes), cuando la Sra. Black decide no salir de la casa para que los bomberos actúen quemando todos sus libros, tras varios intentos, finalmente,

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