Frankestein Educador

Resumen texto FRANKEISTEIN EDUCADOR

Por: Juan Ochoa

La historia de la educación está plagada por el mito de la fabricación de un ser humano nuevo. En su libro titulado “Frankestein Educador”, Philipp Meirieu, muy reconocida autoridad en pedagogía, desarrolla el mito de la educación como fabricación, a partir del mito de la novela Frankenstein, con lo cual cuestiona la concepción de la educación como el proyecto de dominio sobre el educando y de control completo de su destino. Utiliza metáforas tales como la leyenda de Pigmalión, el cuento de Pinocho, donde explica claramente la idea del hombre “hecho” por los docentes, a su imagen y semejanza, partiendo desde la base que la educación es una acción o acto netamente humano, que no es algo natural. En su texto, Philippe Meirieu, se centra en la formación del educador y como este debe formar al educando con saberes específicos y significaciones ya previstas.

El hombre es el único ser susceptible de educación, la cual recibe de otros hombres, que a su vez la han recibido de otros y en este proceso siempre se quiere educar al otro de manera que éste pueda decidir “libremente” querer ser como el educador quiere que sea. Cuando el autor hace referencia a la revolución copérnica en pedagogía, hace referencia a trasladar al estudiante al centro del sistema educativo. La finalidad de la institución educativa al centrar la educación en la “relación del sujeto con el mundo”, es acompañar a aquel que llega al mundo, introduciéndolo a los conocimiento del mundo, donde introducir no es moldear, ni ayudar, es fabricar. El autor en su reflexión, llama a renunciar a fabricar un ser que cumpla con nuestras exigencias, subordinado a nuestra decisión y sin libertad, reconociendo que no se puede fabricar un ser sin que este nos rechace, excluyéndose o enfrentándonos. Hay que aceptar que los conocimientos no se transmiten en forma mecánica, que es el sujeto quien debe construir los saberes que le serán útiles para su desarrollo, donde un buen aprendizaje depende de una decisión personal por parte del estudiante, que le motivara para seguir adelante a pesar de que haya obstáculos en el camino. El docente no debe confundir el no influir directamente sobre el estudiante, con motivarlo para que se decida a emprender el camino de la enseñanza. El estudiante, entonces seria autónomo dentro de la acción educativa y el docente asume su “no poder” sobre él.

Pensando en la crisis educativa actual, donde la educación en un mundo globalizado, históricamente ha surgido como una herramienta del Estado para formar los futuros ciudadanos que harían posible una nación en democracia, y que por distintos motivos, ese postulado ya no tiene vigencia en nuestros días pues el Estado ha perdido su credibilidad y autoridad, surge entonces la pregunta ¿Cuál es el papel del docente en este proceso? A lo cual podemos afirmar que en vez de un Estado que “fabrica” ciudadanos nos encontramos con un mercado que “fabrica”

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