Gerente de vts
miriguInforme6 de Septiembre de 2012
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Gerente de vts
Saber escuchar no es una cualidad fácil de alcanzar, a pesar de que todos conocemos su importancia pues deseamos de manera ardorosa ser escuchados y nos incomoda, frustra o indigna si nuestras ideas y opiniones son ignoradas o subestimadas.
Podría alguien en su más sana curiosidad, preguntarse un "para qué" escuchar a los demás. Les presento diez razones, poderosas, todas ellas beneficiosas:
1. - Para poder conocer a los demás, sus ideas, intenciones y expectativas.
2. - Para mostrar cordialidad y respeto.
3. - Para ganar la buena voluntad de los demás y acercarnos a ellos.
4. - Para poder tomar mejores decisiones con respecto a ellos.
5. - Para estimular que nos traten igual y nos escuchen cuando hablemos.
6. - Para saber los puntos de coincidencia y de divergencia.
7. - Para lograr acuerdos y desarrollar acciones conjuntas más fácilmente.
8. - Para poder influirlos positivamente.
9. - Para brindar una buena imagen
10. - Para hacerlos sentir bien.
Al sentirse escuchadas, las personas se relajan se abren y nos muestran su mundo interior, sus creencias y valores. Cuando les prestamos atención sincera, les damos una oportunidad de acercarse, de desahogare y de crear o ampliar un vínculo franco y duradero. Tener la paciencia de escuchar sin interrumpir, posibilita que el conversador atento escoja con cuidado sus palabras, ideas y planteamientos.
Lamentablemente, no somos tan buenos oyentes como podríamos serlo, pues pocas veces valoramos con justicia la importancia de saber escuchar, y no estamos entrenados en esta habilidad. Algunos de nuestros errores conversacionales más frecuentes, son:
- Brindamos poca atención a nuestros interlocutores.
- Interrumpimos repetidamente la conversación.
- Reaccionamos impulsivamente ante cualquier discrepancia.
- Tratamos temas delicados y polémicos que pueden crear enemistad.
- Desviamos la conversación hacia donde deseamos, ignorando el interés del otro.
- Mostramos con nuestro tono de voz, apatía o agresividad.
- Criticamos a personas ausentes o rechazamos opiniones que no compartimos.
Todos podríamos coincidir en afirmar que millares de relaciones afectivas y de negocios se han complicado o han fracasado, debido a que las personas involucradas no dedicaron el tiempo y el esfuerzo necesarios al desarrollo y aplicación de una escucha de calidad.
Para convertirse en un buen comunicador basándonos en el poder de escuchar, podemos implementar algunas medidas inteligentes basadas en el respeto y el sentido común, tales como:
- Valorar la capacidad de escuchar como una cualidad importante.
- Conversar de manera consciente.
- Respetar los estilos de personalidad individuales.
- Evitar la tendencia a juzgar y contradecir, a menos que se requiera.
- Practicar el control verbal (hablar lo necesario) y acostumbrarse a escuchar.
- Controlar el impulso de interrumpir, desmentir o aconsejar.
- Respetar los valores, objetivos y emociones de los otros.
- Brindar atención completa, tanto auditiva, visual o corporal al otros.
- Responder a preguntas o afirmaciones con palabras o gestos.
- Estimular con preguntas al otro, para que se exprese fluidamente.
En conclusión, ser escuchados es una necesidad, por lo que saber escuchar es una mecanismo de conexión con los otros muy poderoso y lamentablemente subestimado. Puede aprenderse y existen técnicas que favorecen la buena comunicación y por ende las relaciones positivas. La idea es querer, saber cómo y ponerlo en práctica hasta alcanzar dominio.
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