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Gris De Ausencia


Enviado por   •  3 de Junio de 2013  •  2.916 Palabras (12 Páginas)  •  649 Visitas

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La antecocina de la "Trattoría La Argentina", en el barrio del Trastevere, en la ciudad de Roma. Es un ambiente amplio que se usa como lugar de estar. A la derecha está la cocina, que el espectador no ve; a la izquierda una salida hacia los dormitorios de la casa y a foro otra que da al salón del restaurante. Al iniciarse la acción se escucha el sonido de un acordeón a piano. Es el Abuelo, que toca torpemente el tango "Canzoneta", sentado en un extremo del ámbito. En el otro, Frida trata de cerrar una valija desbordada de ropa.

ABUELO– "Cuando escolto o sole míoooo... sensa mama e sensa amore... sento un frío cui nel cuore... que me yena de ansiedaaa... Será el alma de mi mamaaaaa... que dequé cuando era un niño.... yora, yora o sole mío... Yo también quero yorar". (Prolonga los compases finales de la canción.)

(Un instante después ingresa Lucía, desde la cocina, trayendo un mate que tiende a Frida.)

FRIDA– (con marcado acento español.) ¡Coño! Esta maleta es muy pequeñita. Debí haber cogido la más grande. Siempre sucede lo mismo: retorno con más cosas de las que traje.

LUCIA– ¡A qué lora sale lu avione?

FRIDA– Aún tengo tiempo. (Sorbe el mate.) Madre: no quiero que vengas a despedirme. ¿Me oyes?

LUCIA– Sai que no me piácheno la despedida.

FRIDA– ¡Vale! En cuanto llegue a Madrid te escribo. (Frida termina de tomar el mate y se lo tiende a Lucía.)

LUCIA– E cuándo va a retornar a Roma?

FRIDA– No lo sé madre. En el verano, tal vez.

LUCIA– ¿Cosa é tal vez?

FRIDA– Bueno... quiero decir a lo mejor. (Lucía la mira sin entender.) Que no es seguro. Eso quiero decir. Que no es seguro.

LUCIA– Dentro de sei mese, e no é securo. ¿Qué hace osté a Madrí? ¿Qué tene que hacer a Madrí que no pueda fachar a Roma?

FRIDA– Mi lugar está en Madrid.

LUCIA– Tu lucar... tu lucar... ¿Quié lo a deto? ¿Dío a deto que tu lucar está a Madri? ¿Dio a deto que mi lucar está a Roma?¿Que el lucar de Martín está a Londra? ¿Eh? ¿Dío lo a deto? ¿Qué é Dío?¿Una ayencia de turismo'?

FRIDA– (Con cansancio.) Cada vez que vengo a Roma discutimos lo mismo.

LUCIA– Cada veche lo discutimo meno, entonche. Porque osté viene cada veche meno. Al princhipio venía todo lo mese. Dopo cada tre mese. Alora, dentro d, sei... ¡E no é securo!

FRIDA– Anda, madre: tráeme otro mate. (Lucía sale hacia la cocina con el mate.)

FRIDA– ¿Sabes, madre? Le enseñé a Manolo a tomar mate. ¡Vieras cómo le gustó! Al comienzo creÍa gue era una droga... algo así como la marihuana...(Ríe) Pero oye, le dije... En mi país lo toman hasta los niños. ¡No lo podía creer!

(En ese instante ingresa Chilo, con un ejemplar del diario "Clarín" bajo el brazo, mascullando insultos por lo bajo.)

FRIDA– ¿Qué sucede, tío? Estás alterado.

CHILO– ¡Tano hijo de puta! ¡Guacho! (Frida lo mira.) El canilla... ¡El diarero! Es un tano guacho. Hace veinte años que le compro el "Clarín", todos los días. ¿Y vos querés creer que todos los días se lo tengo que pedir? Sabe que voy a buscar el "Clarín". Pero no. Se lo tengo que pedir: "Me da el Clarín de Buenos Aires". Todos los días lo mismo. Pero oíme... En Buenos Aires le comprás tres días seguido el diario a un canilla y apenas te ve venir ya te espera con el diario en la mano. Yo compraba siempre el diario frente al policlínico Presidente Perón... Le compraba "Noticias Gráficas". Y todos los días me esperaba con el diario en la mano. Una tarde le dije: "Cambio por Crítica". Al día siguiente me esperaba con la "Crítica" en la mano. ¡Este tano!... ¡Veinte años! Y encima me insultó.

FRIDA– ¿Cómo te insultó?

CHILO– Y sí... Algo dijo en italiano.

FRIDA– ¿Qué dijo?

CHILO– No le entendí. Pero se ve que me insultó. ¡Son así! ¡Los tanos son así! En cuanto se dan cuenta que no los entendés, te putean.

FRIDA– Pues a mí nunca me ha pasao.

CHILO– ¿Que no? La vez pasada lo saqué al viejo a dar una vuelta... Fuimos a ver toda la parte esa rota... Bue: nos perdimos. Y le dije al viejo: preguntá cómo hacemos para volver al Trastevere. El abuelo le preguntó a una viejita que salía de la iglesia y la vieja le contestó: "Andáte a la puta que te parió".

FRIDA– (Extrañada) ¿Eso le contestó?

CHILO– Bueno... En italiano. Pero algo parecido. ¡Y era una viejita que salía de misa!

(Desde la entrada del salón ingresa Dante, vestido de gaucho. Tiene una servilleta que le cae sobre el antebrazo.)

DANTE– Luchía... Luchía...

LUCIA– (Apareciendo) ¿Cosa suchede?

DANTE– Han arribato cliente.

LUCIA–(Molesta.) ¿Tan temprano?

DANTE– E se... Tan temprano. Andá a prepararte. ¡Vamo!

LUCIA– ¡Porca miseria! (Lucía sale hacia los dormitorios.)

DANTE– Chilo... abrime la mesa due. Do cuberto. E cuatro para la mesa sete. (Se asoma a la cocina.) Bruno: tre chinculino molto cuchido... due mocheca e una insalata de tomate e chipolaaa... E una parriyada completa para cuatro. (Suena el teléfono.) Trattoría La Aryentina, bonasera . ¡Comendatore! ¿Come vai?

(Reaparece Lucía. Se ha colocado un poncho y va hacia la salida que da al salón. Al pasar junto a Frida le dice:

LUCIA– Retorno súbito.

DANTE– (Tapa la bocina del teléfono y Ie habla a Lucía.) Pane e chimichurri para la mesa tre. (Al teléfono.) Ah... comendatore.... abiamo locro... E un locro especiale: a la camatarqueña.

CHILO– (Corrige.) Catamarqueña... Catamarqueña...

DANTE– (Al teléfono.) ¡E una orden comendatore! La távola de la fenestra para tre persona. ¡Molto

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