Juguete Ravioso

Ficha de Lectura

Obra/Texto: “El Juguete Rabioso”

Autor: Arlt, Roberto

Datos Editoriales: Espasa Calpe, Buenos Aires, 1993

Capítulo I: “Los Ladrones”

Arlt comienza su obra diciendo: “Cuando tenía catorce años me inició en los deleites y afanes de la literatura bandoleresca un viejo zapatero andaluz…” Desde el principio, Astier actúa los efectos acumulados de una lectura (“Yo ya había leídos los cuarenta y tantos tomos que el vizconde Ponson du Terrail escribiera acerca del hijo de mamá Fipart, el administrable Rocambole, y aspiraba a ser bandido de alta escuela”). Aspira ser lo que ha leído y su vida es la repetición de un texto. Astier debía alquilar los libros para poder leer (“por algunos centavos de interés me alquilaba sus libracos”).Esta posesión, provisoria, es un simulacro de la propiedad (“Observando que le llevaba un libro me gritaba a modo de advertencia:’ Cuidarlo niño que el dinero cuesta’ “) Comienza una amistad con Enrique Irzubeta, que tiene fama de falsificador.

Sergio dice que no recuerda por medio de que sutilezas y sinrazones llegaron a convencerse de que robar era acción meritoria y bella. Además cuenta que resolvían con Enrique organizar un club de ladrones, del que por el momento solo ellos eran afiliados, luego ambos comienzan a dedicarse al robo de las casas deshabitadas llevándose objetos valiosos que luego vendían a un plomero para obtener así dinero fácil. Pocas semanas después se asoció Lucio, quien propuso llamar al club, el “Club de los Caballeros de la Media Noche”. Éste estaba en los fondos de la casa de Enrique y para que nada le faltara llevaban un diario de sesiones, donde registraban las formas en que habían robado las casas, o las diferentes armas que podían crear y con que propósito. En una de las reuniones que hacían en el café del barrio, deciden robar la biblioteca del colegio y aunque lo ejecutan con extremo cuidado, Enrique es indagado por un policía cuando caminaba hacia su casa. Enrique se escapa y corre a la casa de Silvio y los dos sienten el peligro de perder su libertad. Después del incidente, los tres adolecentes deciden deshacer la sociedad.

Capítulo II: “Los trabajos y los días”

Como el dueño de la casa les aumentara el alquiler, deben mudarse a otro barrio, por lo que deja de tener contacto con sus amigos, Lucio y Enrique.

Astier cuenta que cuando cumple quince años, mientras leía un libro al atardecer, su madre le dice: ”Silvio, es necesario que trabajes”. Él prefiere mantenerse en silencio y ella comprendiendo la agresividad de la situación le repite que tiene que trabajar ya que no quiso estudiar porque no lo podía mantener y que lo poco que había quedado alcanzaba para que Lila termine de estudiar. Después de algunas vacilaciones se decide y acepta trabajar. Silvio trabaja y vive “en una librería, mejor dicho en una casa de compra y venta de libros usados”, de un inmigrante italiano, D. Gaetano, y su esposa Doña María, donde pasa por toda una serie de penurias y humillaciones relacionadas con el trabajo: el hambre, el frío y la incomodidad (la falta de una cama decente), pero también la vergüenza de tener que escuchar las peleas matrimoniales; la obligación de atraer a los clientes con un cencerro en la mano; el viaje degradante con los trastos sucios por la ciudad al dejar Doña María (temporalmente) al marido; el tener que limpiar la letrina y fregar la calle bajo los ojos de hermosas doncellas. En conclusión, el “trabajo honrado”, que satisface y permite el ascenso social, es destruido por la realidad humilladora y degradante.

Una tarde decide pasar por la casa de un señor

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