LA MUERTE DE IVAN ILICH

LA MUERTE DE IVAN ILICH.

El escrito sobre la muerte de IVAN ILICH y lo vivido por él es una realidad que se vive, evoca el miedo a la muerte, el saber que pasa después, la angustia que esta nos produce, el interrogante porque debo morir?, el apego a la vida, por qué me pasa a mí?. Es un vistazo socioeconómico, una crítica a una vida superflua en donde se considera la muerte más por la implicación de dejar de vivir, por la desaparición física y no por lo espiritual. En donde la muerte se considera como una experiencia amarga para el ser humano ceñida a la angustia de no poder hacer nada, sentirse impotente. Es algo que nos pasa creo yo a la mayoría de los humanos, es incierto, es doloroso e intimidante sentirse al borde de la muerte, cuando esta es anunciada entramos en pánico, inmediatamente se trata de modificar la vida que se lleva, indicador inequívoco que la vida que se estaba llevando no era la correcta, auténtica, no era buena, y que por lo tanto debemos remediar de alguna forma esta equivocación por llamarla así, una vida equivocada. Pienso que cuando una vida es llevada plena, auténtica, tenemos la seguridad de que lo que estamos haciendo es correcto, tiene sentido, y, por lo tanto en momentos de partir no habría que cambiar absolutamente nada, e incluso podemos definir que una vida plena y autentica es aquella en donde la muerte es vista como una condición más del ser humano y que por tanto debe ser aceptada como tal, con la tranquilidad de haber vivido plenamente dentro de lo correcto preparándose para morir.

La lectura me deja mucha reflexión no solo sobre la muerte sino también por otros aspectos que vivimos a diario en diferentes sentidos, es un recuento de una vida en el punto de partida: la muerte, es una mirada atrás de lo que fue su vida y de lo que fue su muerte, un paralelo que nos recuerda que nos preparamos solo para vivir, que estamos tal vez caminando a lo largo de nuestra existencia creyendo que hacer una carrera, adquirir salarios buenos, codearnos con la alta sociedad, adquirir bienes , dejar de lado a aquellos que por su condición social no nos interesan ni convienen, olvidarnos de una vida afectiva, de los sentimientos, de los valores, es lo que necesitamos para vivir plenamente, sin ni siquiera pensar que algún día tenemos que partir. Pero al final de nuestros días nos damos cuenta que todo fue efímero, hacemos un recuento y nada ha quedado, nos preparamos para vivir, pero no para morir, la soledad, el miedo a enfrentarnos a la muerte, hace que este paso sea difícil, y en la realidad la muerte es que lo único cierto que tenemos en la vida. Es también doloroso pero muy real que en estos momentos de dolor y enfermedad muchas veces somos abandonados por quienes creemos cercanos, familiares y amigos y que como cruel y paradójico nos atiende y nos da consuelo alguien que de pronto

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