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La Poesía Amorosa De Sor Juana


Enviado por   •  2 de Mayo de 2014  •  2.489 Palabras (10 Páginas)  •  316 Visitas

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Sor Juana y su poesía amorosa

Vanessa Tello Hernández

I SOR JUANA EN EL CONTEXTO NOVOHISPANO

Durante el período colonial, la Nueva España vivió una época de aislamiento, con casi tres siglos de paz, y hundida en una ortodoxia religiosa. Fue una época de relativa calma, en la que se fue gestando un proceso de hibridación, cultural y social, en la que se gestaría una nueva nación. Fue también un período de absorción cultural y crecimiento psicológico cuyas marcas son aun hoy día reconocibles en la idiosincrasia del pueblo mexicano.

Sin muchos acontecimientos excepcionales, la atención fácilmente se desvía a hechos históricos que podrían parecer de menor envergadura, a las actitudes, principios y creencias del período. Fue sin duda una época exteriormente inactiva, pero interiormente viva por la evolución histórica del México colonial en que varios estilos artísticos, principalmente el Barroco, tuvieron su plena expresión.

En un principio, el término Barroco se aplicó sólo a un estilo arquitectónico y de las artes plásticas; hoy día, también designa una época histórica e incluso un estilo de vida. Profuso en los detalles, la jerarquía y el contraste privan entre sus trazos dominantes. Buscaba impresionar y, prefiriendo el artificio, la poesía barroca enmascaraba la realidad y los hilos narrativos a través de intrincadas metáforas que denotaban un notable ingenio. Así, la expresión humana aparece en la sociedad colonial como un complejo juego de clase, casta, raza e hibridación que señala estas tendencias.

En este contexto dos son las figuras que mejor sintetizan la evolución de las costumbres, la cultura, los hábitos literarios y los conceptos intelectuales de la sociedad barroca novohispana: Sor Juana Inés de la Cruz y don Carlos de Sigüenza y Góngora. Ambos son un claro ejemplo del espíritu crítico y del decline del escolasticismo –mayormente perceptible en Europa– que iniciarían el advenimiento de la época moderna en México y en Hispanoamérica y que sentarían las bases de los movimientos independentistas, al desafiar la autoridad intelectual.

II SOR JUANA Y LOS “PROBLEMAS” EN TORNO A SU POESÍA AMOROSA

En gran medida, Sor Juana es producto directo de las circunstancias de su contexto socio-cultural. Dada su condición de hija ilegítima, no podía acceder a un matrimonio ventajoso, y mucho menos a una educación superior. De los caminos que le quedaban, ser cortesana o monja de clausura, escogió el último, ya que, dentro de sus limitantes, le permitió dedicarse a su más grande amor: el conocimiento.

Juana Inés tenía un alma apasionada y vehemente. Ligado esto a otras nada comunes cualidades, es lógico que amara y fuera amada. Cómo fue ese amor y a qué extremo llegó, es un misterio no desentrañado hasta el momento, aunque la mayoría de sus biógrafos se apoyan en el contenido de sus poemas para hablar de los sentimientos amorosos de Sor Juana.

De lo anterior, se han sacado un sinnúmero de conjeturas acerca de sus inclinaciones amorosas, que no tienen más apoyo histórico que las meras interpretaciones de su obra. Algunos estudiosos, como Ezequiel A. Chávez o Noemí Atamoros, afirman que los poemas dedicados a “Fabio” y a “Silvio” fueron escritos antes de haber entrado al convento. Así, para estos dos críticos, “Fabio” y “Silvio” debieron personajes de la corte virreinal de los que Sor Juana estuvo enamorada, y que fue la decepción amorosa la que arrojó a Sor Juana a la vida conventual.

Por su parte, Victoria Urbano en Sor Juana Inés de la Cruz: amor, poesía, soledumbre señalan que en realidad son pseudónimos dados a doña Leonor de Carreto, marquesa de Mancera, por la que supone sintió un gran amor-pasión. Dada la posición de la marquesa y el hecho de que ambas fueran mujeres, la angustia ante la imposibilidad de realizar su amor se vuelca en los poemas como desamor y abandono.

Pero también encontramos sorjuanistas más benignos, como Alfonso Junco, quien en su libro Al amor de Sor Juana, afirma que debemos:

[P]recavernos del escollo de entender como autobiográficas todas las rimas amorosas de Sor Juana […] Yo creo que ella tuvo experiencias de amor, pero no que TODAS sus poesías sobre tal tópico bordadas, reflejen y traduzcan lo personalmente vivido. (55)

Esto devuelve a la poesía amorosa de Sor Juana el valor intrínseco que su obra posee, y respeta asimismo la intimidad de la poeta.

Pero a pesar de la gran variedad de interpretaciones, en lo que sí parecen estar de acuerdo todos los sorjuanistas es en la identidad de “Lysi”, a la que identifican con la figura de doña Luisa Manrique de Lara y Gonzaga, condesa de Paredes. Pero surgen discrepancias cuando se enfrentan con versos que hablan de un amor de ardor tan puro, y la posibilidad de un amor lésbico hacia la virreina.

Lo más curioso (y para mí, lo más molesto) es el hecho de que algunos críticos basan sus estudios “literarios” en el muy escaso contexto biográfico de la monja poetisa, y en las demasiado aventuradas conjeturas psicoanalíticas de su obra. Esto fija el análisis de la obra de Sor Juana, no en las cualidades literarias de la poesía misma, sino en especulaciones biografistas que parecen más preocupadas por que una religiosa del siglo XVII escribiese poesía amorosa (a un hombre o a una mujer…), que por la belleza y emoción que transmite su obra.

III AMOR Y POESÍA EN LA POESÍA DE SOR JUANA

La poesía es quizá uno de las formas más sublimes para expresar las emociones humanas; el amor, por su parte, es quizá la emoción más pura y sublime, ya sea humano o divino.

Sor Juana asume en su poesía amorosa una larga tradición de modelos literarios que se remontan a la Edad Media, quedaron fijados durante el Renacimiento, y fueron evolucionando, sin rupturas, a lo largo del Barroco. Así, en la obra de Sor Juana se pueden encontrar las antítesis petrarquistas, los lamentos y quejas del amor cortés, la tradición neoplatónica de León Hebreo y Castiglione o del neoestoicismo de Quevedo .

En la obra poética de Sor Juana encontramos toda una variedad de procedimientos retóricos muy en boga en el Barroco, tales como la antítesis, el asíndeton,el contraste, el hipérbaton, la hipérbole, el oxímoron, la paradoja... las que fueron utilizados en fuertes dosis. Éstas responden a la técnica del estilo y son parte de una tradición amatoria que derivaba del siglo XV, inició la divinización de la Amada, desarrollando todo un repertorio de términos de tipo sacro y luminoso que

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