La enseñanza de las ciencias sociales en el primer ciclo

Informe: sobre el material de lectura “Seleccionar contenidos para el primer ciclo. Un falso dilema: ¿cercanía o lejanía?”, autora Perla Zelmanovich. Cap. Nº 1 del libro “Didáctica de la Ciencias Sociales 2”.

Perla Zelmanovich comienza planteando la idea de encarar el tratamiento del área de Ciencias Sociales del primer ciclo a partir del cuestionamiento de ¿Qué contenidos seleccionar y qué criterios tener en cuenta para hacerlo? Pero previamente, la autora propone realizar un recorrido por los aspectos que dan como consecuencia la situación actual en la que se encuentran dicha área y ciclo. Al hacer una observación general, menciona la poca o ninguna dedicación de tiempo a la enseñanza del área, relacionando el tipo de tratamiento que se le da a los temas de ciencias sociales, con la falta de interés y sentido que los docentes demuestran al desarrollar precisamente esta tarea.

Siguiendo ese hilo conductor, enfatiza que los temas que se trabajan no promueven ninguna inquietud intelectual ni emocional de los docentes, efecto que se traslada a los alumnos y que realimenta este circulo del desinterés. Se refiere especialmente a los “temas clásicos” como la familia, la casa, la escuela, el barrio. Así como también la permanencia de los mismos en la escuela a través del tiempo, con un carácter inalterable en su tratamiento, abordándolos en la mayoría de los casos desde un esquema repetitivo, desconociendo totalmente la variedad y la diversidad de los casos particulares. Mostrando que la descontextualización deriva en la ignorancia de la complejidad y la riqueza que los mismos poseen.

Refiere entonces, que es así que se exhibe un modelo general de familia, de casa, de escuela o de barrio, que poco tiene que ver con la realidad social. Presentándose desconectados entre sí, fuera de contextos socioeconómicos y culturales específicos. Por ejemplo: la ciudad y el campo se aborda a partir de estereotipos que no contemplan la diversidad que estos espacios implican.

En cuanto al tratamiento de la historia Argentina, señala que esta sólo se limita a las efemérides, invitando a la incorporación de otros fragmentos de historia, adecuándolos a lo nuevos enfoques y necesidades demandadas socialmente.

Marca que otra razón posible de la falta de desinterés y sinsentido, es que el tratamiento de los temas se remite a los saberes que los alumnos ya poseen, con lo cual se trataría de un ejercicio de intercambio de experiencias personales. Planteándose así el interrogante sobre cual es el conocimiento que transmite la escuela en este caso.

La autora explica que la propia familia es el ámbito privilegiado de vivencias cercanas y por ese motivo es complejo tomarla como objeto de estudio por parte del sujeto, sin caer en el riesgo de limitarlo sólo a descripciones autos referenciales. Produciéndose así, probablemente, uno de los puntos de vaciamientos de contenidos significativos.

Apunta a considerar que la realidad suele cobrar significado para los niños dentro de un contexto, un marco delimitado que les brinde seguridad. Es de esta manera que sugiere la utilización tanto de la narración, como del juego, ya que es un universo que esta limitado, el contexto esta creado y dado, ya sea a través de reglas u organización de sucesos, de modo que los acontecimientos pueden captarse y su sentido comprenderse con mayor rapidez que los hechos situados en un mundo con límites imprecisos como la realidad social.

La autora afirma que la cercanía radica en la familiaridad que tienen las situaciones, en tanto que se corresponden con las experiencias que el niño ya cuenta, otorgándole las herramientas para ir articulando a partir de sus experiencias personales, pudiéndose aprovechar para acercarle realidades sociales diferentes.

Manifiesta como, cambio y continuidad forman parte de los conceptos básicos que estructuran

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