Los Dientes
annnn1831 de Agosto de 2014
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Marco teórico
El uso del término estrés se ha popularizado sin que la mayoría de las personas tengan claro en qué consiste el mismo. Al revisar la amplia literatura sobre el tema, se encuentran multitud de definiciones, algunas de las cuales lo abordan indistintamente desde la perspectiva del estrés como estímulo, como respuesta o como consecuencia. Sin entrar a polemizar teóricamente sobre su definición, por no constituir objeto del presente trabajo, se aborda el estrés como: la respuesta adaptativa del organismo ante los diversos estresores.
Alternativamente para precisar conceptos, se utiliza el término "respuesta de estrés" al referirse a la respuesta inespecífica del organismo a cualquier demanda, y el término de "estresor" o "situación estresante" referida al estímulo o situación que provoca una respuesta de estrés.
En la actualidad han cobrado auge las teorías interaccionistas del estrés que plantean que la respuesta de estrés es el resultado de la interacción entre las características de la persona y las demandas del medio. Se considera que una persona está en una situación estresante o bajo un estresor cuando ha de hacer frente a situaciones que conllevan demandas conductuales que le resulta difícil poner en práctica o satisfacer. Es decir depende tanto de las demandas del medio como de sus propios recursos para enfrentarse a él, o avanzando un poco más, de las discrepancias entre las demandas del medio externo o interno, y la manera en que el sujeto percibe que puede dar respuesta a esas demandas.
La respuesta de estrés es una respuesta automática del organismo a cualquier cambio ambiental, externo o interno, mediante la cual se prepara para hacer frente a las posibles demandas que se generan como consecuencia de la nueva situación, Por tanto, ello no es algo "malo" en sí mismo, al contrario; facilita el disponer de recursos para enfrentarse a situaciones que se suponen excepcionales.
Estas respuestas favorecen la percepción de la situación y sus demandas, procesamiento más rápido y potente de la información disponible, posibilitan mejor búsqueda de soluciones y la selección de conductas adecuadas para hacer frente de la situación, preparan al organismo para actuar de forma más rápida y vigorosa. Dado que se activan gran cantidad de recursos (incluye aumento en el nivel de activación fisiológica, cognitiva y conductual); supone un desgaste importante para el organismo. Si éste es episódico no habrá problemas, pues el organismo tiene capacidad para recuperarse, si se repiten con excesiva frecuencia, intensidad o duración, pueden producir la aparición de trastornos psicofisiológicos.
¿POR QUÉ SE PRODUCE EL ESTRÉS?
En principio, se trata de una respuesta normal del organismo ante las situaciones de peligro. En respuesta a las situaciones de emboscada, el organismo se prepara para combatir o huir mediante la secreción de sustancias como la adrenalina, producida principalmente en unas glándulas llamadas "suprarrenales" o "adrenales" (llamadas así por estar ubicadas adyacentes al extremo superior de los riñones). La adrenalina se disemina por toda la sangre y es percibida por receptores especiales en distintos lugares del organismo, que responden para prepararse para la acción: El corazón late más fuerte y rápido,Las pequeñas arterias que irrigan la piel y los órganos menos críticos (riñones, intestinos), se contraen para disminuir la pérdida de sangre en caso de heridas y para dar prioridad al cerebro y los órganos más críticos para la acción (corazón, pulmones, músculos) ,La mente aumenta el estado de alerta y Los sentidos se agudizan.
DESCRIPCIÓN: El estrés produce cambios químicos en el cuerpo. En una situación de estrés, el cerebro envía señales químicas que activan la secreción de hormonas (catecolaminas y entre ellas, la adrenalina) en la glándula suprarrenal. Las hormonas inician una reacción en cadena en el organismo: el corazón late más rápido y la presión arterial sube; la sangre es desviada de los intestinos a los músculos para huir del peligro; y el nivel de insulina aumenta para permitir que el cuerpo metabolice más energía.
Estas reacciones permiten evitar el peligro. A corto plazo, no son dañinas. Pero si la situación persiste, la fatiga resultante será nociva para la salud general del individuo. El estrés puede estimular un exceso de ácido estomacal, lo cual dará origen una úlcera. O puede contraer arterias ya dañadas, aumentando la presión y precipitando una angina o un paro cardiaco. Así mismo, el estrés puede provocar una pérdida o un aumento del apetito con la consecuente variación de peso en la persona.
EL CASO DEL TABACO: El tabaco es una fuerte toxina. Fumar destruye las células que limpian tu traquea, bronquios y pulmones. Fumar causa enfisema y bronquitis crónica que paulatinamente van asfixiando a la persona. El monóxido de carbono que se encuentra en los cigarros causan una intoxicación crónica. Daña las arterias de tu cuerpo y causa que llegue menos sangre a tu cerebro, corazón y demás órganos vitales. El cigarro aumenta el riesgo de cáncer 50 veces.
El masticar tabaco tampoco es saludable. También daña las arterias y tiene el mismo riesgo de cáncer. (El cáncer de la cabeza y el cuello es particularmente asesino.)
Envenenar tu cuerpo con monóxido de carbono, causarte a ti mismo enfisema, bronquitis crónica y daño arterial es una fuente poderosa de estrés.
Estrés y tabaco: el tabaco como una forma de manejar el estrés, tendrás muchas menos posibilidades de dejarlo. Por eso debes encontrar algún sustituto al tabaco para las situaciones en las que sientas necesidad de fumar.
Investigaciones: Suele encontrarse relación entre fumar y estrés. En los adolescentes se les incrementa el nivel de estrés conforme incrementan su patrón de consumo regular de tabaco. En los adultos, fumar ayuda a relajarse, encontrándose que están más estresados que los no fumadores y, cuando los fumadores dejan de fumar, les disminuye el nivel de estrés conforme transcurre el tiempo. cuando elaboraron una escala para diferenciar a tipos de fumadores, encontraron que la mayoría de ellos estaban de acuerdo con que el tabaco era relajante y placentero. Encontrar en los distintos estudios afirmaciones de que el tabaco es relajante y placen- tero es habitual. Pero, a la inversa, cuando la persona no puede fumar o está bajo los efectos del síndrome de abstinencia de la nicotina, tiene sentimientos de estrés y de irritabilidad (USDHHS,1988). Otros estudios, como el de Parrott y Garnham (1998) encuentran que cuando el fumador fuma su nivel de estrés es el mismo que el de un no fumador, pero fuera de estos periodos, cuando está sin fumar, su nivel de estrés es mayor, lo que muestra como la nicotina es un modulador del humor en fumadores. Fumar les ayudaría a reestablecer un nivel normal o adecuado de estrés para ellos, que tienen incrementado cuando no fuman. Pomerleau y Pomerleau (1991) en su revisión sobre la relación entre estrés y fumar indicaban que el estrés tiene una relación clara con fumar, ya que en muchas ocasiones la persona fuma como una respuesta al estrés, la recaída después de haber conseguido dejar de fumar está claramente asociada a estados disfóricos y que hay comunalidades en la respuesta neuroendocrina a la nicotina y al estrés.
JUSTIFICACIÓN
Según la Oms es una de las principales causas de mortalidad, morbilidad y pobreza.
El tabaco es una de las mayores amenazas para la salud pública que ha tenido que afrontar nunca el mundo. Mata a casi 6 millones de personas al año, de las cuales más de 5 millones lo consumen o lo han consumido, y más de 600 000 son personas no fumadoras expuestas al humo ambiental. Cada seis segundos aproximadamente muere una persona a causa del tabaco, lo que representa una de cada 10 defunciones de adultos.
Casi el 80% de los más de mil millones de fumadores que hay en el mundo viven en países de ingresos bajos o medios, donde mayor es la carga de morbilidad y mortalidad asociada al tabaco.
Los consumidores de tabaco que mueren prematuramente privan a sus familias de ingresos, aumentan el costo de la atención sanitaria y dificultan el desarrollo económico.
Sin embargo en el articulo de la revista “a promoción de la salud” tomado por datos de la Oms menciona que mucha gente dice que fuma porque le tranquiliza, le ayuda a estar más calmado en momentos de estrés. Y esto, ¿es real o producto de nuestra sugestión?.
El tabaco tiene efecto en nuestro cerebro, la nicotina se une a la acetilcolina y eso produce que se produzca menos noradrenalina y dopamina; es decir, que por la nicotina se activa nuestro mecanismo de disminución de la frecuencia cardíaca y activación del tracto intestinal, por ejemplo, y esto sólo en 10 segundos tras la calada… esto de manera inmediata porque después la nicotina hará lo contrario, aumentar la producción de noradrenalina y dopamina que genera en el cuerpo el efecto contrario, y es cuando empezamos a encontrarnos más nerviosos, porque nuestro corazón va más rápido, nos cuesta mantener la concentración.
Cuando un fumador recurre al cigarrillo para calmar esta ansiedad que siente lo que hace es responder a la demanda del cerebro, y de ahí la sensación de calma, puesto que la necesidad se ha visto satisfecha y físicamente nos ha producido los cambios que coinciden con los que el cuerpo experimenta al relajarse, pero tras cada cigarrillo modificamos a estos receptores de tal manera que pasado un tiempo sólo el cigarrillo le dará esa sensación.
Los cambios no se
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