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Pequeña Biografia De Mi Muje

anibal4435 de Septiembre de 2013

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PEQUEÑA BIOGRAFÍA DE MI MUJER

Mi mujer era roja como una leona

era campeona de basket-ball y vivía en el río

en una hacienda de ganado que ella personalmente manejaba

Porque hacía las veces del padre en su familia de cinco mujeres

Y también manejaba una lancha motora

Porque también era mecánica y marinera

Como lo es todavía

Maestra en toda clase de artes y oficios

Más que cualquier obrero o cualquier artesano

Mucho mejor trabajadora que las señoras y mujer que las criadas

Pues no sólo maneja una casa sino que la hace con sus propias manos y la llena de cosas que ella misma fabrica, desde las sillas y las mesas hasta las camas y la ropa

Y la llena de vida

Ella prepara toda la madera

Es carpintera de artesón, carpintera de banco y carpintera de rivera

Desde muchacha fue maderera y tuvo cortes de madera

En las selvas de La Azucena, como también en la margen izquier- da del río, en la propia frontera, no sólo en territorio de Nicaragua sino también de Costa Rica

Lo que le dio dolores de cabeza con los ladrones y hasta dificultades con las autoridades

Era cuando tenía su tractor Caterpillar D4

Con el que trabajaba en El Almendro y en las márgenes del Oyate y el Tepenaguasape

Y también el Tule —que ella no quiere que deje fuera.

Acaba de llegar, en el avión, de San José de Costa Rica —me sorprende escribiendo- y vino de Los Chiles a caballo

«No te olvidés del Tule» —me dice al leerle lo que llevo escrito

Pasa directamente a la cocina, pues aunque no le gusta cocinar, es una insigne cocinera

Hay que ver una mesa puesta por ella

En sus fincas Las Brisas

Con la misma maestría que una cuchara de albañilería o el motor de la luz y su máquina de coser maneja la cuchara

Trabaja también con su D4 en la Costa del Sur, sacando trozas de Las Salinas a lacarretera

Nivelando terrenos en Casa Colorada

Haciendo calles en San Carlos y hasta un camino en

San Miguelito, cuando no remolcando las grandes balsas de caoba en el lago y el río —un largo cable tiraba de ellas desde un potente remolcador, llamado Falcon, que cabeceaba con lentitud sobre las crespas olas o transportando bajo el sol y la lluvia uncargamento de vaquillas en una motovela

Al puerto de San Carlos llevaba en su gasolina, todos los miércoles —que eran los días devapor— no sé cuántos quintales de queso y varias latas de mantequilla, y vendía a las pulperías uno o dos paniquines de huevos, y cerdos gordos a las chancheras o vacas viejas a los destazadores, y con eso compraba las provisiones

Y lo mismo en Granada, donde pasaba algunas temporadas —y donde años después, ya casada conmigo, manejaría una venta de azúcar al por mayor y al menudeo que tenía mi madre- daba, cada semana, todas las vueltas necesarias para la venta de los quesos y la mantequilla a los revendedores y propietarios de tiendas de abarrotes o negocios de víveres

Porque, ya desde entonces, nadie como ella —una muchacha de pantalones— paraentenderse y darse a respetar, negociar y tratar con los contadores y capitanes de lasembarcaciones y los carretoneros y camaroneros o cargadores y con los negociantes y mercaderes de las tienduchas del mercado y aun con los mismos usureros

Y era ya, sin embargo, una alemana pelirroja con un soberbio cuerpo de colegiala atleta, ganadora del premio de natación o de carrera

Parecida a la estatua de la muchacha griega que lanza el disco o la jabalina

Con su cara pecosa de leona o gata

Y una mirada verde de reflejos dorados

Cuyo mensaje no descifraron los barbilindos extasiados ante los cromos de las barberías

Más de una vez, algunos, deslumbrados por ella en la noche de un baile o la fiesta de un club, en Granada o Managua, difícil mente la reconocían, vestida de over oll, en día de trabajo, reparando un motor en el taller de Pipo o dirigiendo la construcción delVagamundo en la playa del lago

Sólo yo la miraba exactamente como era

No todo el mundo puede, en el momento dado, reconocer a su mujer y casarse con ella

Pero nosotros nos casamos —aquel día— aquel miércoles en la pequeña iglesia de San Carlos, cuando el vapor ya daba el segundo pitazo, y el cura daba señales de prisa, porque se regresaba en el vapor en que había llegado, yo en pantalones kaki, ella lo mismo, la cabeza cubierta con mi pañuelo, un nudo en cada punta

Fue un casamiento rápido y para siempre

Una luna de miel en el río Melchora

En el pequeño campamento maderero que mi mujer tenía por el Cerro del Mono

Y yo compuse entonces una canción de amor que se titula Luna de Palo

Y cada día componía una canción de amor pero no la escribía

Porque amor es entonces amor y nada más que amor

Amor es sólo amor y diariamente amor

Amor es diariamente una canción de amor que siempre engendra otra canción deamor

Amor es otra vez la primera pareja y el nuevo Paraíso del primer hombre y la primera mujer

Amor es la pareja que se baña desnuda en algún crique de la selva y ve temblar el reflejo de sus cuerpos en el agua

Amor, en ese tiempo, son las noches sin luna en el rancho de Calvo, el hulero, y los días de sol esperando la lluvia, y los días de lluvia riyando la madera a la cabeza de los riyeros

Mi mujer trabajaba donde quiera que estaba

Hasta en Managua tuvo a su cargo una fábrica de cigarrillos

Pero Managua no le gustaba

Porque allí se trabaja únicamente por dinero

Y el trabajo es febril como una tifoidea

Descontrolado y convulsivo como el baile de San Vito

Cuando no es automático y rutinario, más que el trabajo de las hormigas

No se trabaja allí por amor al trabajo

Nadie trabaja por amor

Ella trabaja siempre con amor porque trabaja sólo por amor

Es decir, su trabajo es un acto de amor

Y por eso en Managua no podía vivir, porque allí casi nadie trabaja con amor, nadie trabaja por amor, es decir, no se puede vivir

Mi mujer en Managua no podía vivir

Trabajar es para ella vivir, trabajar, mejor dicho, es para ella existir, y por lo mismotrabajaba donde quiera que estaba

Trabajaba y trabaja

Tanto en su casa de la ciudad como en la casa de su hacienda

Criando seis hijos

Cinco varones —seis, para ser exactos, porque el quinto, Christián, que era una maravilla, se murió de cuatro años— los mayores un par de gemelos y sólo una niña

(Cuando les daba de mamar a sus gemelos parecía la loba de Rómulo y Remo)

Cinco criaturas superactivas, en incesante movimiento como un cardumen de pepescas

Pecosos pelirrojos, a excepción del cumiche, casi todos el vivo retrato de su madre

Todo el día escapando a bañarse en el río, dándose rápidas zambullidas uno tras otro,haciendo bulla y metiendo ruido, con palos y latas, todos gritando al mismo tiempo, por el peligro de los tiburones, que allí pululan

Ella siempre sobre ellos, criándolos y educándolos

Haciéndoles hacer todo lo que ella hacía

Enseñándoles a ordeñar y a montar, ordeñando las vacas a la par de ellos y montando a caballo con ellos, cada cual en su propio caballo

Formando así tropillas de montados para arrear el ganado vacuno y recogerlo en los corrales

Otras veces tirando con ellos o refiriéndoles sus cacerías

En las llanuras del San Juan y en las montañas de La Azucena tuvo en un tiempo fama de cazadora

Porque ella, en realidad, ha perseguido al tigre y tirado venados

Y hay un soneto mío sobre una de sus más bellas hazañas de caza

Todos sus hijos la admiraban por esto y todos aspiraban a ser como ella

Desde pequeños aprendían con ella a manejar el 22 para matar en los tacotales y en los pantanos próximos a la casa, palomas pataconas, piches, zarcetas y patos reales

Como también pescaban a la par de ella los peces de agua dulce que abundan en el río y sobre todo sábalos y tiburones, que aunque inservibles para la mesa, son una pesca más deportiva

Y sacaban almejas —¡todas las que querían!— en los bancos de arena dondefrecuentemente se bañaban

Y también, enseñados por ella, se iban en bote, junto a la vega a coger chacalines,desenredándolos de las raíces de los camalotes donde se encuentran enredados

Ella en seguida les daba un banquete con formidables sopas de pescado o de almejas,ricas como emulsiones y deliciosas ensaladas de chacalines con mayonesa

Así les enseñaba mi mujer a mis hijos a amar el campo, la naturaleza, que con talabundancia de dones, paga, gracias a Dios, el trabajo del hombre en algunos lugares de América

Les enseñaba a amar la tierra, y a trabajarla, como ella

A ser como ella y a vivir como ella

Cuando era una chavala como cualquiera de sus cinco chavales —menuda y mercurialcomo sus dos gemelos, pecosa y pelirroja como el que vive ahora en Alemania, sabe Dios dónde.

Cuando empezaba a llamarse Maruca

Cuando también su gasolina se llamaba Maruca

Cuando toda la gente del río, hasta los pasajeros de los botes y los canaleteros, la llamaban Maruca

Cuando decir Maruca o la Maruca era decir cómo era

La pequeña alemana que trepaba a los árboles con la facilidad de las ardillas

La que también escalaba las torres de los molinos aeromotores para ajustar las bombas que sacaban el agua de los pozos y llenaban las pilas donde aguaba

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