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Peter Paul


Enviado por   •  1 de Marzo de 2014  •  4.465 Palabras (18 Páginas)  •  444 Visitas

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PETER PAUL, INC., EN LAS ISLAS FILIPINAS

Los directivos de alto nivel y colaboradores de Peter Paul Philippine Corporation, una compañía filial perteneciente a Peter Paul, Inc., habían desarrollado unas máquinas capaces de reemplazar una gran parte de la mano de obra entonces empleada por la compañía para la elaboración de coco rallado. La compañía calculó que si la conversión de la fábrica se iniciaba el 1º de enero de 1959, podría quedar terminada en junio de aquel año. Hasta entonces se habían invertido en el desarrollo de la maquinaria $110.000 ($55.000 al cambio oficial de 2 a 1) y se requería una inversión adicional estimada en $200.000. Se creyó que la conversión produciría una reducción anual en los costos de producción actual entre $350.000 y $700.000 y también aportaría otras ventajas.

La reducción de los costos surgiría principalmente de disminuir el número de empleados en la fábrica de coco, de 960 personas hasta unas 490. La relativamente reducida comunidad filipina, en que estaba situada la fábrica, ofrecía pocas alternativas de empleo.

Peter Paul, Inc., la compañía matriz, fabricante de los ampliamente anunciados Mounds, Almond Joy y otros dulces que contenían coco, había sido fundada en 1919 como sociedad anónima en Connecticut, por seis personas, cinco de las cuales, eran parientes entre sí y de origen armenio. Al principio, la compañía producía un surtido general de dulces y caramelos pero a principios de los 20´s, decidió especialmente en productos de dulces de coco. En aquel tiempo, los dulces de coco no eran muy conocidos. En 1929, la compañía se estableció como sociedad anónima en Delaware.

Hasta principios de los años 30’s, la mayoría de coco rallado procedía de Ceilán; sólo un pequeño porcentaje de la cosecha total se destinaba a la producción de coco rallado. Aun en 1928, de un 90 a un 95% de la producción mundial de coco se destinaba al comercio de copra. Durante los años 30s, el referido porcentaje era aún menor y la mayoría de lo que se producía, se vendía en Europa. Durante este período, Peter Paul adquiría el coco que necesitaba a través de importadores independientes que compraban en Ceilán.

A principios de los años 30’s, varias empresas empezaron a explorar la posibilidad de desarrollar una industria filipina del coco. Como resultado de la presión política que ellos ejercían, los Estados Unidos establecieron una tarifa arancelaria contra el coco rallado de Ceilán y como consecuencia el coco de Ceilán no pudo ser importado a los Estados Unidos de modo rentable, aunque todavía se vendía en Europa. Casi en seguida la industria filipina de coco cobró importancia; en 1941, las Islas Filipinas exportaban anualmente aproximadamente 100.000.000 de libras de coco rallado a los Estados Unidos. En aquel tiempo, el coco rallado se vendía de 5 a 10 centavos estadounidenses por libra. La tasa arancelaria de los Estados Unidos era entonces de 3½ centavos por libra para las importaciones de Ceilán.

En 1941, Peter Paul se había convertido en el consumidor más importante de coco rallado, comprando lo que necesitaba directamente de tres grandes productores filipinos. En 1939 con la inquietud reinante en todo el mundo, la compañía había empezado a almacenar grandes cantidades de coco, de modo que al principio de la guerra en el Pacífico, pudo continuar sus operaciones. Más tarde, durante la guerra, la compañía obtuvo algunos suministros de las Islas del Caribe y de América Central e incluso había operado algunas fábricas pequeñas de elaboración en Florida y Puerto Rico.

Cuando se acercaba el fin de la guerra, la compañía se puso en contacto con sus antiguos proveedores de coco filipino. Estos dijeron que tenían la intención de reanudar la producción, pero al mismo tiempo manifestaron que esto significaba muchos problemas. Virtualmente todas las fábricas de coco rallado en las Filipinas habían sido destruidas. Como dijo el Sr. kazanjian, vicepresidente ejecutivo de Peter Paul: ‘creímos que podíamos entrar en el negocio con mayor rapidez que nuestros antiguos proveedores. La compañía necesitaba una fuente de suministros mayor y más barata que la que podía proporcionarles la fábrica de Puerto Rico y la necesitaba rápidamente, de modo que decidió entrar directamente en las Islas Filipinas.

Después de conversaciones con representantes del gobierno filipino en Washington y varios funcionarios del gobierno estadounidense, Mr Louis Zeun, ingeniero jefe, fue enviado a las Filipinas en abril de 1916. Al cabo de tres semanas, Mr Zeun recomendó que la compañía construyese una fábrica en Candelaria, provincia de Luzón, a unas 90 millas de Manila. Esta era la ciudad más cercana a la zona más densa de cocoteros en Luzón.

La compañía aceptó la recomendación y empleó a un contratista chino para que construyera la fábrica. Debido a sus relaciones locales y su ingenio, la fábrica progresó rápidamente. La excavación empezó en junio de 1946 y la fábrica empezó a trabajar parcialmente el 7 de octubre y el negocio filipino, fue establecido como sociedad anónima en las Islas Filipinas el 29 de junio de 1946 bajo el nombre de Peter Paul Philippine Corporation. El 4 de julio del mismo año, se proclamó la independencia de las Islas Filipinas.

Aunque la Philippine Corporation pertenecía por completo a la compañía matriz de los Estados Unidos, tenía su propio Consejo de Administración. Mr Tatigian y Mr. Kazanjian, el presidente y el vicepresidente ejecutivo de Peter Paul, Inc., eran miembros del consejo, pero todos los demás eran residentes, y aunque no necesariamente ciudadanos filipinos.

Mr. Kazanjian creyó esencial la presencia de americanos en la alta dirección de la sociedad filipina. Sin embargo, el grupo americano había sido limitado a cuatro personas. La intención era hacer la compañía lo más filipina posible. Mr. Kazanjian creyó que si la sección americana era demasiado extensa, la compañía podría parecer excesivamente “extranjera” y así ser vulnerable a ataques de origen político y a acusaciones de explotación. Había dieciséis filipinos entre el personal de alto nivel de la empresa.

Mr. Kazanjian observó que las cuatro familias americanas habían recibido instrucciones para que recordasen en todo momento que estaban en la Filipinas y no en los Estados Unidos y que debían respetar las costumbres locales. Tenía la firme creencia de que no debía haber discriminación alguna entre los hombres “blancos” y los “amarillos” ya que tal criterio había sido un motivo importante del gran éxito del comunismo en grandes áreas del Oriente.

El director general de Peter Paul Pilipinne Córporation era Howard R. Hick, un americano con muchos años de experiencia en Oriente. Antes de la guerra, era empleado de Franklin Baker, una división de la compañía General Foods en el Lejano Oriente. Durante la guerra fue hecho prisionero por los japoneses y durante más de tres años estuvo en el campo de concentración de Santo Tomás en las Islas Filipinas. Los otros miembros americanos de la Sociedad eran el subdirector, el jefe de compras y un cuarto que actuaba como asistente de sus tres asociados. A finales de 1958, el subdirector estaba a punto de volver a los Estados Unidos como adjunto al director general de una nueva fábrica Peter Paul en New Francfort, Indiana; los otros dos hombres ascenderían en la organización. Una de las razones por las que el subdirector iba a volver a los Estados Unidos, era para que sus hijos realizaran los estudios de segunda enseñanza. La compañía empleaba instructores para los hijos de sus empleados americanos en las Islas Filipinas, pero se creía que tal instrucción era satisfactoria sólo durante la escuela primaria.

En el estudio de un caso de Peter Paul Pilipinne Corporation preparado por Albert Ravenholt del American Universities Field Staff en 1958, aparecieron los comentarios siguientes sobre la situación laboral y los posibles efectos de la mecanización de la producción.

“Entre los 950 obreros empleados en los tres turnos, un 60% son hombres y el 40% mujeres. Quizás 6.000 personas dependan directamente de la sociedad para su subsistencia. Indirectamente el municipio entero de Candelaria con una población de unas 45.000 personas se ve afectado por las operaciones en esta fábrica. El salario diario más bajo es de $4.64; el 70% de la mano de obra que se ocupa de pelar los cocos, mediante contrato, recibe un promedio de $6.20 en una jornada de ocho horas”.

“Para los trabajadores y la comunidad de Candelaria tal mecanización provocaría problemas críticos. Aunque esta es una región productora de coco, menos pobre que la zona de arrozales de Luzón central y muchos de los habitantes tienen intereses familiares en pequeñas plantaciones, los trabajadores de Peter Paul no sienten deseos de volver a la agricultura. Sus parientes y amigos que parten cocos con un machete para hacer copra, o queman las cortezas en latas viejas de gasolina para hacer carbón vegetal, ganan como máximo $2 o $3 diarios y además el trabajo es irregular. Además un empleado en Peter Paul, tiene un status sólo igualado en la comunidad por ser propietario de un terreno rentable, ser dueño de un negocio de importancia o ser funcionario del estado. Las economías por valor de $700.000 pesos en los costos de producción en Peter Paul desaparecerán de los ingresos anuales de la comunidad y significarán que una buena parte de esta cantidad dejará de entrar en la caja de los comerciantes de la localidad.”

“La compañía ha tomado un interés mayor que el normal en Filipinas por el bienestar de sus empleados. Además de la piscina y el área de recreo para el personal de dirección extranjera cerca de sus residencias, hay también una piscina mayor, destinada al personal filipino junto a la fábrica. El área de recreo para los empleados filipinos y sus familias incluye también un teatro al aire libre donde se proyectan películas con regularidad, un gran campo de juegos para acontecimientos deportivos que son parte de la vida que se centra en la fábrica, y también un edificio para actividades de boy scouts para los hijos de los trabajadores.”

“Sin embargo Peter Pilipinne Corporation ha tenido sus problemas laborales. Hay dos sindicatos activos dentro de la fábrica: Lakasinp Paaakaisa que es afiliado al Consejo de Sindicatos filipino pero está incluido en la lista inactiva debido a no haber pagado sus contribuciones; y, Peter Paul Banahay, que se inclina hacia otra federación, el Sindicato Nacional Laboral. En 1952 — 1953 estos dos sindicatos se vieron envueltos en una lucha desagradable de tipo jurisdiccional. Las operaciones quedaron detenidas durante un mes. Mrs. Hick fue asaltada cuando ayudaba a unas chicas a pasar por las filas de vigilantes huelguistas hacia la entrada de la empresa. En otra ocasión Howard Hick fue agredido con una lanza de bambú cuando pasaba por entre unos trabajadores vigilantes huelguistas a la entrada de la fábrica. Hay diecisiete guardias de seguridad en la fábrica, pero la política ha sido no valerse de la fuerza contra los huelguistas aunque recurriesen a medios extralegales. La confianza en que el sentido común vencerá al fin viene en parte del hecho de que la policía local del municipio y la Gendarmería Filipina (que constituye la policía nacional) han sido reacias en tomar cualquier acción para asegurar que los huelguistas sólo han de utilizar medios legales. La Corporation consiguió un mandato judicial contra los huelguistas después que Mr. Howard Hick proyectó ante los miembros del Tribunal algunas películas sobre las tácticas usadas por los dos sindicatos. Sin embargo el mandato judicial no evitó una huelga de 10 días en 1955 después de que los sindicatos acusaron que un cierre de la fábrica durante un mes significaría una expulsión temporal de los obreros por parte de los propietarios. Entonces algunos miembros de los sindicatos presionaron a otros para que se quedasen fuera, valiéndose de métodos como por ejemplo visitándoles en sus casas para explicarles los peligros que supondría el intento de ir a trabajar. Un antiguo alcalde del municipio puso fin a estas intimidaciones visitando a los cabecillas de la huelga y amenazándoles con un revólver “45”. Su sucesor no ha tomado aún una posición firme en circunstancias difíciles semejantes. Los guerrilleros Huk, dirigidos por los comunistas han operado en la región de Candelaria, especialmente en las laderas de la montaña Banahaw, el volcán extinguido que se eleva a unos 7.400 pies por encima de la ciudad. Ellas no han tomado nunca una acción concertada contra Peter Paul Pilipinne Corporation, pero no ha sido extraordinario para estos guerrilleros el parar los caminos de la compañía y puede que intenten sembrar la inquietud en la comunidad de Candelaria.”

“Hasta ahora los trabajadores de la fábrica han mostrado algo de orgullo en los experimentos e investigaciones con nuevas máquinas que ellos consideran que les hacen aparecer más adelantados que las fábricas vecinas de coco rallado, establecidas a unas quince millas de allí. No había habido sabotaje alguno de máquinas aunque si un conocimiento general de sus posibilidades de ahorrar trabajos

Albert Ravenholt. Arnrican Universities Field StaffI 366 Madison Ave., New York 17, New York. Peter Paul Philiypine Corporation. Un caso de Estudio en la Política de la Empresa Extranjera de los Estados Unidos, 23 de septiembre de 1958.

. La dirección espera que, si las inquietudes se materializan en una huelga, puede arreglarse en uno o dos meses, evitando así una disminución seria de suministros de coco rallado para la compañía original. El peligro mayor es que el despido de tantos trabajadores, unido a una huelga, puede conducir a una movilización de la comunidad contra la compañía. Los políticos nacionales (algunos de los cuales, disfrutan ante una oportunidad de airear sentimientos antiextranjeros) podían entonces perjudicar a la Sociedad en sus innumerables y necesarios tratos con el Banco Central y otras agencias gubernamentales reguladoras1

La fábrica de Candelaria estaba proyectada para elaborar 3.000.000 de libras de coco rallado mensualmente. La producción verdadera oscilaba entre 16.000.000 y 18.000.000 de libras anuales, servido en su totalidad a la Sociedad matriz.

Los precios de coco rallado entre la filial filipina y la matriz americana original dependían del precio de mercado de la copra, y fluctuaban con el cambio del mismo. El precio que se cobraba a la matriz, se ajustaba a veces para facilitar a la filial filipina el obtener “una ganancia razonable durante el año”. En el nivel corriente de los negocios, la compañía filipina recibía una ganancia anual de algo semejante a 5.000 dólares, que era reconocido como muy poco para una compañía con capital de $230.000. Se creía que los competidores también recibían una ganancia semejante. Los costos de producción de la compañía eran aproximadamente lo normal para las Islas.

De las 2.000 acciones autoridades, la corporación filipina había emitido sólo 1.000. El activo total sumaba aproximadamente unos $1.900.000 en junio de 1958. Peter Paul, Inc., en su declaración del balance del 30 de junio de 1958 mostró inversiones y anticipos a Peter Paul Pilipinne Corporatión que sumaba $1 .338.611; cifra ligeramente más elevada que la de 1957 de $1, 282,796.

Al principio, la corporación otorgó un préstamo de $500.000 a su subsidiaria filipina, quedándose con las propiedades inmobiliarias como garantía. Quedaba entendido que si todo iba bien en la tentativa, la corporación filipina o bien capitalizaría este préstamo o devolvería el dinero. De hecho, la compañía matriz había pedido que se amortizara la deuda y se habían hecho algunos pagos. En 1951, el gobierno filipino introdujo algunos controles sobre el cambio monetario que impidieron pagos sucesivos. Los balances de la compañía matriz en 1958 todavía mostraban un préstamo no pagado de $280.000.

Había alguna participación filipina en la capital de la compañía matriz, aproximadamente unos diez o veinte accionistas filipinos particulares, que habían tenido alguna asociación con la compañía ya como empleados o como proveedores. Las acciones de Peter Paul no estaban incluidas en ninguna bolsa de los Estados Unidos; había unos nueve mil accionistas. El control de la compañía estaba en manos de miembros del grupo fundador y sus herederos. La dirección había informado a los filipinos asociados con la compañía filipina que los accionistas de dicha nacionalidad eran bien recibidos. La mayoría de las acciones en manos filipinas habían sido compradas antes de 1951 y no constituían una parte significativa del total. Debido al control de cambio de dólares ejercido por el gobierno filipino desde 1951, había resultado muy difícil para los particulares filipinos el comprar acciones de una compañía americana.

En 1958, hubo una serie de presiones ejercidas sobre la compañía filipina para disminuir los costos. Tanto la materia prima como los costos laborales, habían experimentado un alza gradual. La protección arancelaria sobre las importaciones de los Estados Unidos de coco rallado de las Islas Filipinas, había sido reducida desde 3½ centavos la libra en operación en 1941 a 1% centavo en 1958 y por un acuerdo entre las Islas Filipinas y el gobierno de los Estados Unidos toda protección cesaría en 1974. Si los costos se pudieran reducir, la compañía probablemente sería capaz de vender al mercado europeo la producción excedente a las necesidades de la compañía matriz, entonces suministrada principalmente por Ceilán. Según informes, aproximadamente cincuenta fábricas pequeñas en Ceilán estaban haciendo un producto del coco inferior en calidad y más barato. El otro competidor principal era Indonesia, donde se producía buena calidad de coco en una fábrica moderna, propiedad del gobierno.

Los gerentes de la compañía no creían que fuera posible competir en los Estados Unidos, exceptuando únicamente las ventas a la compañía matriz. Cuatro de los nueve productores filipinos que reanudaron las operaciones después de la Segunda Guerra Mundial habían cerrado el negocio a causa de su incapacidad de competir en los mercados de los Estados Unidos y Europa.

Si Peter Paul Philippine Corporation mecanizaba su operación, quedarían abiertas varias posibilidades para minimizar los efectos adversos sobre la mano de obra local. Mr. Ravenholt habló de algunas de estas medidas en el estudio del caso citado anteriormente.

Peter Paul Philippine Corporation está explorando la posibilidad de mejorar las consecuencias que resultarían para la comunidad de la mecanización de la compañía, mediante una utilización mayor e industrialización, que también presentaría más posibilidades de empleo. A lo largo de las últimas dos décadas, la utilización de productos secundarios del coco ha sido a menudo una posibilidad que ha dado mucho que hablar a los hombres de ciencia, a los ingenieros, y a los profanos en la materia con inventiva. Muchos intentos vanos para alcanzar este ideal han naufragado, no sólo por la falta de capital adecuado y un mercado organizado, sino porque tal uso industrial del coco requiere un cambio considerable en la organización social afectando a la cosecha, transportes, etc. Como un comienzo en este sentido, la dirección de la corporación está investigando la instalación de una fábrica de prensas para extraer el aceite. El comprador anterior de ralladuras secas de coco y los restos del desecho, ha vendido su negocio y la que en un tiempo fue una relación comercial feliz, ha pasado a ser menos satisfactoria. Una inversión de $1 00,000 en cocinas, expulsadoras y equipo relacionado, sería amortizada en tres años, produciendo una ganancia neta anual del 15%. Podría ofrecer empleo a unos 50 trabajadores aproximadamente. Igualmente importante sería la oportunidad de ello ofrecería para la prueba en operación de otra inversión Hick, un proceso mecanizado para hacer copra de primera calidad y extraer un tipo de aceite comestible y fresco en contraste con el aceite de copra actual que debe refinarse. Hay muchas ramificaciones de este desarrollo, incluyendo la posible producción de una harina de coco que contenga alrededor de un 12% de proteínas, en vez de la actual harina basta de copra que se usa para la alimentación de los animales o para abono. El mercado para estos nuevos productos no se ha examinado aún con detalle.

La cáscara del coco se deja ahora generalmente en la plantación como abono o se quema. Contiene un “bonote” que tiene muchas posibilidades industriales. Los japoneses y otros fabrican pequeñas máquinas para desprender las fibras, pero ninguna de ellas ha satisfecho a la gente de la Candelaria que ahora está experimentando sus propios modelos. Aquí ya se ha inventado una máquina para pelar la cáscara, con una inversión de aproximadamente $60.000 y se estima que con ello podrían empezar a producir bonote para fibra de colchones, cerdas y cepillos, material para felpudos, esterillas y otros propósitos. Esta también podría pagarse en tres año con una ganancia del 15% y emplearía aproximadamente cincuenta trabajadores. Aquí en Candelaria la dirección ve la posibilidad de que una inversión adicional de $250.000 en equipo-maquinaria podría dar, en dos años, empleo a otros cuatrocientos trabajadores en la utilización de este producto secundario ya mencionado.

Si los cocos no pelados tienen que transportarse, el costo del transporte será doblado a menos que la compañía instale su propio sistema moderno de transporte mediante “trailers” lo que causaría ahorros suficientes para merecer llevar las cortezas. Esto requerirá una inversión de $50.000 en unidad de transporte ya probada aquí. Una vez que los cultivadores aprendan que las cortezas son cosas de valor y que ahora las desperdician tirándolas, puede que pongan un precio por ellas. La compañía también interferirá con el contratista quien hoy día compra los cocos en el árbol, los cosecha, los amontona, los pela y los transporta en carros “carabao” al lado de la carretera, donde los camioneros comerciales los recogen para Peter Paul. La compañía ha descubierto que el método más seguro de asegurar un suministro permanente de cocos con la cáscara, puede ser el entrar en el negocio de plantaciones y mecanizar el cultivo y la cosecha. Aunque esto promete ser provechoso, también añadiría una nueva dimensión a las operaciones.

Estos desarrollos que dentro de cinco años podrían facilitar a Peter Paul Philippine Corporation devolver a la comunidad de Candelaria el empleo que de otra manera se perdería a través de la mecanización, conducirían a la compañía por campos muy diferentes de la producción de coco rallado para la manufactura de dulces y caramelos.

Mr. Mazajian también pensaba en la posibilidad de poner a la disposición de otros, capital para empresas comerciales para crear empleo adicional en Luzón, en el caso de que se decidiera la mecanización de la fábrica actual.

Fue conocido en 1958 que algunos de los competidores de la compañía en el campo de coco rallado también estaban desarrollando procesos mecanizados. Mr. Hick había mostrado a los gerentes de la compañía matriz en su última visita a los Estados Unidos que aunque Peter Paul dejase de usar estas nuevas máquinas sus competidores no lo harían. La filial filipina tendría así muchas desventajas. Mr. Kasajian había contestado: “Déjenlos que actúen. Si no contamos con máquinas durante un año, no por eso vamos a tener bancarrota. También, silos otros actúan y ponen las máquinas ante nosotros eso nos dejará en una posición más favorable en cuanto a la situación laboral”.

La información financiera y otras clases de información del reporte anual de Peter Paul, Inc., del 30 de junio de 1958 puede encontrarse en los Anexos 1 y 2.

El ‘Informe del Presidente” de 1958, contenía lo siguiente:

A nuestra familia accionista:

Me complace enviarle el reporte anual de las operaciones de la compañía para el año fiscal que terminó el 30 de junio de 1958. Fue un año satisfactorio considerando las condiciones económicas seriamente adversas que experimento todo el país.

Las ganancias del año, fueron menores debido al aumento de costos de las materias y suministros, especialmente chocolate, uno de los componentes más importantes de nuestros productos de categoría. Otros factores contribuyentes fueron: los costos más elevados de transporte y de mano de obra y almacenaje. A causa de la eficiencia general de nuestras operaciones y nuestra constante atención a la reducción de costos, hemos sido capaces de equilibrar, hasta cierto punto, el incremento de costos.

Las ganancias antes de impuestos fueron de $5,54 por acción comparadas con $6,13 el año anterior. Nuestras ganancias netas después de los impuestos, fueron de $1 ‘810, 368, o sea $2,66 por acción comparadas con el año anterior cuando eran $2’014,242, o sea $2,96 por acción. Los impuestos federales y estatales estimados son: $2,89 comparados con $3,189 por acción para el periodo correspondiente al año pasado. Se han pagado dividendos líquidos de $2,50 por acción, subiendo a $1’703,508, siendo éste un 94% de las ganancias. Esto representó un rendimiento de un 6% sobre el valor del mercado por acción al final del año fiscal. El dividendo normal cuatrimestral de 50 centavos fue pagado junto con dividendos extras de 10 centavos y 40 centavos durante el año. Por lo tanto los pagos de dividendos fueron de la misma proporción que la del año anterior y continuaron nuestros pagos de dividendos no interrumpidos durante treinta y seis años seguidos.

Desde nuestra última junta anual, 866 miembros nuevos se han unido a nuestra familia accionista llevándola hacia una nueva marca de 8,900. La familia incluye miembros que residen en 42 estados y 7 países extranjeros.

TERMINOLOGÍA

“bonote” = filamento de la corteza del coco.

“carabao” = especie de búfalo, principal bestia de carga usada en Filipinas.

ANEXO 1

PETER PAUL, INC.

BALANCES

ACTIVO 30-VI-57 30-VI-58

Circulante $ 8´692.864 $ 8´252.864

Fondo Expansión Fábricas (En Frankfort a Indiana) 2´990.223 565.038

Fábricas (neto) 1¨527.318 2´690.395

Terrenos y Acondicionamientos 112.322 111.922 Construcción en Proceso (Fábrica de Frankfort) 544.331 3´355.631

Inversión en Peter Paul Philippine Co. 1¨282.796 1´338.611

Patentes y Marcas (valor amortizados) 8.042 77.472

Cuentas de regularización 169.693 182.012 .

Total $16’327.589 $16’503.970

PASIVO

Exigible a corto plazo $2’263.660 $2’329,628
Provisiones por contingencias 69,701 73,344

Capital 13’994,138 14’100,998

Total

No había deuda a largo plazo. La compañía había garantizado el pago de los compromisos bancarios de Peter Paul Phulipirmne Co. que no excedieran simultáneamente de una suma total de $360.000 así como el pago de anticipos bancarios que no superan $1 50,000.

Fuente: Peter Paul, INC. Informe Anual 30 de junio de 1958.

.

ANEXO 2

PETER PAUL, INC.

RESERVAS AL 30 DE JUNIO 1958

Saldo 1º Julio 1957 $ 10’347.054

Beneficio neto después de

amortización de fábricas

por valor de $ 235.972 $ 1’810.368

Dividendos pagados $ 2.50 por

Acción 1’703.508

Adición a reservas detenidas 106.860

Reservas retenidas 30 de Junio

de 1958 $ 10’453.914

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