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RESUMEN PAPEULUCHO HISTORIADOR


Enviado por   •  28 de Septiembre de 2022  •  Resúmenes  •  4.621 Palabras (19 Páginas)  •  3.795 Visitas

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PAPELUCHO HISTORIADOR

Autor: Marcela Paz

Editorial: S.M. El barco de vapor.

Personaje principal: Papelucho

Personajes secundarios: Señorita Carmen, Gómez, Maldonado (compañero español), Urquieta, señorita Riquelme, Navarro.

Lugar dónde ocurre la historia: Colegio y casa de Papelucho.

Datos importantes:

-Papelucho pensaba que la profesora le tenía mala barra porque siempre le preguntaba cosas a él.

-Papelucho sabía que cuando la profesora preguntaba algo, daba tres opciones y la del medio era la correcta.

   A  Papelucho le cuesta mucho estudiar, así que para poder entender, decide escribirse el mismo la Historia de Chile.

   Papelucho recuerda que cuando estaban en tercero básico (dos años atrás) la señorita Carmen les explicó que la Tierra era redonda como una naranja y que la Tierra tenía un imán que atrae.

   Al ver la naranja, a él le dio sed y para poder acercarse y tocar la naranja, dijo que no entendía, cuando la tuvo en sus manos, la mordió y casi se la come entera, pero la naranja estaba agria.

   La señorita Carmen para poder seguir explicando lo de la redondez de la Tierra, llevó un mapamundi, en donde Chile se ve largo y flaco como una lombriz y Santiago como un puntito negro del porte de una peca de la nariz.

   Les explicó que Chile es muy rico porque tiene a un lado el Océano Pacífico y al otro la Cordillera de los Andes (cadena de montañas, porque hay un cerro al lado de otro).

   Papelucho entiende que un país con mar es como una casa con una inmensa puerta que da a todo el mundo y un país con cordillera es como una casa con una muralla de fortaleza por la que no se puede meter ningún intruso.

   Papelucho cree que por el nombre del Océano Pacífico, ahí nunca pasa nada y es fome.

   Papelucho dice que si él hubiera sido pescado chileno, habría sido muy aventurero y habría ido a muchos lugares para traer lo más rico y sabroso a Chile y espera que no logren descubrir todas las minas que hay en la cordillera para que le quede una a él.

   Papelucho dice que le gusta y está feliz de haber nacido en Chile por 3 cosas:

1°-Porque se puede subir a la punta de la cordillera y con esquís tirarse derecho al mar.

2°-Porque uno es dueño de todos los pescados y ballenas de las aguas chilenas. Si se amaestra una ballena se puede vivir en ella y salir a navegar hasta por debajo del agua y sacar tesoros de piratas.

3°-Porque cuando sea grande va a hacer una Sociedad Atómica y le volará un cogollo a la cordillera y después recogerá las piedras preciosas.

Primera Parte:

El descubrimiento

   Hace 500 años vivía Cristóbal Colón, él le dijo a sus amigos que sujetaran un huevo parado pero el huevo se caía, llegó Colón le dio un golpecito, la cáscara se trizó y el huevo se paró.

   Colón decía que la Tierra era redonda y la gente se reía de él. Era genovés pero se fue a vivir a España y le pidió a la reina, Isabel la Católica, dinero para ir a las Indias, asegurándole que él había encontrado un camino más corto. La reina le dio sus joyas para que él las vendiera, él lo hizo y mandó a hacer tres carabelas, a las que llamó: La Niña, la Pinta y la Santa María.

   El 3 de agosto de 1492 del Puerto de Palos salieron las carabelas navegando como enormes castillos y en ellas iban las personas que quisieron vivir la aventura con Colón. Papelucho recordaba esta fecha porque el 3 de agosto se le cayó su primer diente y 1492 era el único número del que se acordaba.

   Colón navegó dos meses y los tripulantes no estaban contentos, se pusieron rabiosos porque creían que Colón los había engañado, también estaban cansados de comer solo carne salada y frutas secas, los remeros rezongaban y Colón veía que se podían sublevar.

   Colón le pidió ayuda a Dios, se encerró en su camarote y se arrodilló al pie de su litera, se durmió y despertó con los gritos de los tripulantes, pensaba que había estallado un motín a bordo y lo matarían, sin embargo, los marineros gritaban: ¡Tierra, capitán! (dijo Gómez: compañero de Papelucho, que había representado a un marinero en una comedia del colegio).

   Los tripulantes le explicaron que había un pájaro en el mástil, por lo que, era una seña de que estaban cerca de la Tierra. Colón se persignó, dio gracias a Dios y enfocó su catalejo, veía manchas oscuras, luego árboles, finalmente, las carabelas atracaron en la playa. Estaban seguros de haber llegado a las Indias, Colón agradeció a Dios y clavó una cruz en la arena, creyendo que era una isla desconocida de las Indias, la llamó San Salvador.

   Papelucho pensaba que Colón era despistado porque creía que América era Las Indias.

   El día que Colón llegó a América, fue un 12 de octubre, Día de la Raza, que es el día de fiesta en toda América. Aunque Papelucho piensa que debía ser la fiesta solo de España porque para los indios fue terrible ser descubiertos.

   Al salir de clases, Papelucho le grita a Gómez ¡Tierra, capitán! para molestarlo, el compañero se pica y le da una cacheta pero Papelucho le hace el quite y el niño se pega en el pilar. Se pusieron a discutir porque Gómez le decía que Colón era un tonto, primero porque descubrió América sin querer y segundo porque tampoco se dio cuenta de que la había descubierto. Gómez le dijo a Papelucho que Américo fue quien descubrió América. Gómez le dijo a Papelucho que se creía Colón y éste le respondió que Gómez era Popeye, se iban a golpear pero sonó la campana para la otra clase.

La conquista

   De tanto pensar en los indios, Papelucho logró ser uno y cuando dormía era un araucano. Todas las noches sueña en indio y su vida es mejor que la otra.

   Se levanta de un brinco en las mañanas, la mamá le da los buenos días y una paila llena de frutas para el desayuno. Si se chorrea no importa, los indios no tienen obligación de lavarse los dientes, ni bañarse, ni andar limpios, ni cambiarse ropa. Usan un taparrabos para el día y la noche. Tampoco van al colegio, ni se hacen tareas. La madre india no tiene la manía de la educación, solo les da comida. No se pide permiso para nada y lo único que deben aprender es a disparar bien la honda, nadar en el río y criar fuerzas levantando piedras para hacerse bien hombre. Los indios no se enferman nunca, solo se mueren. Nunca los retan. En la ruca no hay vidrios, ni muebles, ni enchufes, ni baños. El piso es de tierra y los techos de totora con arañitas, cucarachas, lagartijas y nidos de golondrina. La cocina, el alumbrado y la calefacción es una gran fogata en medio de la ruca. Cuando hace frío se come y duerme cerca de la fogata. No hay reloj ni horas.

   Papelucho es feliz siendo indio, es hijo único y su padre es toqui.

   Los días son distintos, a veces salen a cazar con el toqui, aparece un  puma (precioso, blando y regalón), le apuntan, las flechas salen disparadas y cae el puma. Al caer aparecen muchos pumas más, disparan, algunos caen y otros salen corriendo. A veces Papelucho se aburre de cazar.

   Otros días salen a pescar, con la honda y los anzuelos, que son hechos de huesos y están colgados en el techo de la ruca. Salen en una canoa chica, del porte de una artesa y le ponen una vela. Asoman los peces más preciosos y se esconden pero el papá toqui es un capo. El río queda limpiecito, sin pescados y ellos se bañan para refrescarse. Mientras se seca el taparrabos, ellos hacen un caldillo y luego salen a cazar llamas, guanacos y alpacas.

   Cuando el toqui ha cazado una llama, Papelucho lleva cien guanacos y se los lleva a su mamá para que hagan abrigos de piel para el invierno. La mamá con las otras indias, tejen chales y mantas. No todas las indias tienen hijos con buena puntería.

   En la noche comen guanaco asado en fuente de greda y después el papá les cuenta cuentos y se quedan dormidos.

   Un día andaban de casería y se encontraron con otra tribu, que tenía su toqui propio y pensaron que buscaban guerra, se dispararon flechas pero no duró mucho porque el toqui (papá de Papelucho) les explicó que solo andaban cazando y entonces les regalaron un jabalí bien gordito y quedaron amigos.

   A los indios les gusta la pelea. Otra noche se enteraron que venía una tribu desconocida a asaltarlos. El toqui llamó a un heraldo y le entregó una flecha ensangrentada para despertar a los que dormían. Esa flecha era la seña. En un momento estaban todos listos porque no tenían que vestirse, ni esperar micros ni estaban muy ocupados. Entonces sacrificaron un animal, prendieron fogata, bailaron y saltaron antes de irse a la guerra. Fue una batalla cortita, la ganaron porque los otros no estaban preparados. Celebraron el triunfo tomando una bebida hecha de puras frutas y jugo de maíz. El toqui y Papelucho no la tomaban porque eran valientes y fuertes de todos modos.

   La señorita Carmen le pide a Papelucho que le hable de los quichuas, eran indios del Perú, ellos les enseñaron a los araucanos a trabajar en greda y otras artes. Papelucho no habla de ellos porque le cargaban. La señorita Carmen, le cuenta a Papelucho que el padre Le Paige está desenterrando verdaderos tesoros de arte araucano para el museo.

   Papelucho compara las guerras de los indios con partidos de fútbol, a veces ganan unos y otras veces otros. Un día vieron un ejército inmenso de españoles montados a caballos y con tremendas armaduras que brillaban al sol, los indios no conocían nada de eso y sintieron algo raro cuando los vieron acercarse. No sabían qué eran ni a qué iban. El toqui le dijo ¡Toca a guerra! Y Papelucho salió con la flecha ensangrentada, en un momento estaban todos alrededor del toqui y dispararon contra los invasores. Como las flechas revotaban en las armaduras, comenzaron a tirarles a los caballos, no se acobardaron y siguieron peleando hasta que se hizo de noche y los españoles se fueron.

   El que estaba al mando de los españoles, era Diego de Almagro, venía desde el Perú buscando oro. El toqui dijo: “El que quiera tenerlo habrá de transpirar para mover las capas de roca que los esconden”, Papelucho recordaba muy bien la frase y que había pasado en 1536, que era el mismo número que había en la puerta de su casa.

   Al día siguiente un indio avisó que divisaba a los enemigos, eran 3 españoles a caballo, armados hasta los dientes, vestidos de plata, con lanzas y sus caballos que parecían pegados a sus cuerpos. Los dejaron acercarse porque el toqui decía que contra 3 no era valiente pelear. Al llegar, saludaron con la mano enguantada y uno de ellos dijo que querían parlamentar, entre ellos estaba Diego de Almagro. Conversaron usando a un intérprete y luego la mamá le explicó a Papelucho que parlamentar era  hablar en vez de pelear y que no habría guerra porque ellos querían oro y el toqui les había dicho que no había. Los invitaron a desayunar y al irse, el toqui dijo que los españoles regresarían al Perú. Después supieron que Diego de Almagro había peleado con otro español en el Perú y éste lo hizo matar. El señor Diego de Almagro, chico, tuerto y todo, fue el primer español que vino a Chile.

   Desde ese día los indios ya no estuvieron tranquilos y felices como antes, pensaban que en cualquier momento los atacarían y así fue como un buen día llegó don Pedro de Valdivia, un guerrero y muy conocido, según Papelucho porque tiene micro y una avenida. Valdivia venía desde España con 150 soldados bien armados, en Perú había conquistado mil indios que traía como su tropa y aunque era millonario, dejó sus riquezas por venir a conocer Chile.

   Como los indios en Chile estaban bien desparramados, don Pedro y su ejército ganaban fácilmente la pelea. Un día llegó al río Mapocho (sin orillas y agüita clara) y como hacía calor, se sacó su armadura y se bañó. Al zambullirse escuchaba la frase “en este valle precioso nacerán hombres famosos”, no lo contó pero subió al cerro Huelén a pensar y se le ocurrió la idea de hacer una ciudad. El 12 de febrero, fundó abajo del cerro y a la orilla del Mapocho, la ciudad de Santiago, llamada así por un patrono de España. Al cerrito lo llamó Santa Lucía (según Papelucho, por una polola). Hicieron hartas casitas de madera y dejó al medio una plaza, que es todavía la Plaza de Armas. Como había sido tan fácil, Valdivia partió con su tropa a fundar más ciudades.

   Una noche, los indios estaban reunidos en la ruca de Michimalongo, de repente el cacique los alentó a pelear y defender las tierras, como los españoles estaban durmiendo, los indios cayeron como tempestad sobre Santiago. Los santiaguinos se refugiaron en la plaza, degollaron a 7 caciques y se lanzaron con sus caballos sobre los indios que tuvieron que arrancar, pero antes, los indios le prendieron fuego a la ciudad. Cuando volvió Valdivia del Sur, encontró la ciudad quemada y la mandó reconstruir pero ahora con casas de adobe (barro) y techos de teja y se fue feliz y tranquilo a fundar más ciudades.

   Lautaro, que había sido caballerizo de Valdivia, es decir, que cuidaba los caballos, les dijo a los indios que los caballos eran animales muy nobles y que no se les debía tener miedo, que morían más fácilmente que los pumas. Lautaro les dijo que si lo seguían podían derrotar a Valdivia, en ese momento fue nombrado toqui. Lautaro era un gran guerrero.

   Los indios llegaron al Fuerte Tucapel donde estaba Valdivia con solo 50 soldados y unos cuantos indios conquistados, se armó la pelea. Lautaro y sus indios vencieron a Valdivia y quemaron sus casas, don Pedro ofreció mil ovejas e irse si lo dejaban libre, sin embargo, Lautaro no quiso y el indio Leocatán mató a Valdivia de un macanazo. Ese día los indios hicieron una fiesta y comieron asado a la fortaleza que es mucho más rico que el asado al palo.

   Lautaro se entusiasmó y partió en los mismos caballos de los españoles, que corrían  más rápido con los indios a pelo y sin montura y comenzaron a quemar todas las casas y ciudades, por donde pasaban quedaba el fuego ardiendo. Lautaro era el conquistador ahora.

   Cuando venían a Santiago, los españoles estaban preparados, Lautaro creyó que los indios picunches lo ayudarían pero no fue así, se fue a descansar a Peteroa y los españoles se dejaron caer con sus cañones y rifles y al toqui Lautaro le cortaron la cabeza y la ensartaron en una picota.

   Caupolicán era el toqui supremo, tiene estatua en el cerro Santa Lucía y teatro. Al lado de él peleaba Galvarino (indio muy encachado, bravo, huesudo, con ojos de cóndor y más fuerza que un toro). Un día lo tomaron preso y le cortaron las manos, él ni pestañó y cuando se vio sin manos, gritó “cortad esta garganta que tiene sed de vuestra sangre”, pero los españoles lo dejaron vivo. Galvarino vio a un indio picunche y enrabiado de dolor, se le fue encima para matarlo, los españoles lo tomaron preso y lo ahorcaron.

   Un día Caupolicán dijo que asaltarían Cañete y todas las ciudades que ocupaban los españoles. Llamó a un indio de los que tenían los españoles y le preguntó si estos dormían siesta, el indio le contestó que sí pero, era un traidor porque fue donde el capitán español y le contó. Cuando Caupolicán entró en Cañete, se cerraron las puertas de la ciudad y los españoles lo vencieron y Caupolicán fue tomado preso y encadenado.

   La mujer de Caupolicán, llamada Fresia, lo visitó junto a su hijo, le dijo que se avergonzaba de él y le tiró a su hijo a los pies. Los españoles tomaron al niño y temiendo que Caupolicán hiciera algo, lo sentaron sobre un palo puntiagudo que le fue traspasando las entrañas hasta matarlo, él ni siquiera pestañeó.

 

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