Relatos de un peregrino ruso.

Alumno: Lee Gihua Dioses

Ciclo: II              Turno: M

Curso: Metodología del Trabajo Universitario

Relatos de un peregrino ruso[pic 1]

Autor: Anónimo

Resumen:

La historia se desarrolla en Rusia a mediados del siglo XIX. Trata de un hombre que en la misa escucha el texto de San Pablo en donde dice “Orad sin cesad” y a raíz de eso intenta saber qué es lo que se refería San Pablo con ello, por lo cual, inicia un viaje para dar respuesta a estas pregunta ¿Qué es el orad sin cesad? ¿Cómo puedo llegar a esto?

El peregrino va viajando por Rusia en primera instancia solo con su alforja, su biblia, su pasaporte, pan y sal, para poder llegar a dar con las respuestas que se planteaba, así es, como en el camino se va encontrando con distintas personas instruidas en la fe y que poco a poco llegan a darles las respuestas que iba buscando. Así es como un día conoce a un Starets (maestro de un monasterio Ortodoxo) el cual le explica que la respuesta al orad sin cesad se encuentra en la oración interna y que para llegar a esta se necesitaría un gran trabajo, pues no es cosa fácil. El peregrino, con la ayuda del Starets, es que poco a poco va consiguiendo llegar a la oración interna, sin embargo, un día su Starets fallece y el peregrino inicia de nuevo su marcha pero esta vez con un nuevo objeto en su alforja, la Filocalia (recopilación de textos patrísticos sobre la oración espiritual) que utilizaba el Starets para enseñarle y la cual le había dejado por herencia.

Con la Biblia y la Filocalia, el peregrino empieza a concretar su vida espiritual, se siente más llamado a la oración interior, la cual realiza siempre y en todo momento, se le hace más fácil entender la obra creadora y el plan salvífico de Dios.

El peregrino en su camino fue ayudando a muchas personas a encontrarse con Dios, a guiarlos hacia la oración interna, así como el Starets lo había hecho con él, así mismo, también encontró a muchas personas que lo ayudaron, que le dieron comida y alojamiento sin pedir nada a cambio, y vio, como Dios había tocado la vida de cada una de esas personas y daba gracias por ello, por encontrase con personas tan buenas.

Al final de la historia, el peregrino continúa su peregrinaje, siempre sin cesar y orando en todo momento, pues es en la oración, en donde encontraba su fuerza para seguir cada día y ya la tenía tan dentro de sí, que el no orar un día hacia que se sienta mal, pues veía en la oración también, la unión espiritual entre él y el Padre.

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