Reseña de Los rituales del caos
PEREZ MARTIN VALERIAReseña1 de Diciembre de 2025
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PEREZ VALERIA
ENSAYO DE LOS RITUALES DEL CAOS DE CARLOS MONSIVÁIS
De Carlos Monsiváis había leído muy poco, pero al toparme con este libro, el título me atrapó. No me arrepiento. Encontré en él una mirada crítica, directa, reflexiva y hasta hiriente de nuestro México. Duele mucho sus palabras porque, al final, todos somos mexicanos. Monsiváis nos habla con un lenguaje peculiar y entretenido, haciendo un recorrido por el caos cotidiano de la Ciudad de México y sus habitantes, de cómo resisten una situación que él mismo llama invivible. Habla de una ciudad apocalíptica, donde sucede todo y nada. Donde se vive, y no se vive.
Desde la primera página, su diagnóstico es brutal: “¿A dónde se fue el chovinismo del ‘Como México no hay dos’?” Y la respuesta no tarda: no se fue muy lejos, simplemente regresó transformado en estallido demográfico y catástrofe. Así lo plantea Monsiváis mientras nos muestra cómo los rituales urbanos religiosos, deportivos, comerciales o políticos son la manera en que el caos se convierte en costumbre.
A través del box, el futbol, el patriotismo, los festejos en el Ángel, Tepito, La Merced o La Lagunilla, la gente del D.F. sostiene su esperanza en medio de un caos ya naturalizado. Viven como si no pasara nada, repitiéndose que un día se sacarán la lotería, que algún político cumplirá, que la contaminación ya ni se siente, y que, “ni modo, ahí les tocó vivir”. Pocas veces enfrentan la realidad que les agobia, pero la fe en que “esto se compondrá de algún modo” los mantiene a flote.
El propio Monsiváis lo escribe así:
“Quedarse en la capital de la república es afrontar los riesgos de la contaminación, el ozono, la inversión térmica, el plomo en la sangre, la violencia, la carrera de ratas, la falta de significación individual. Irse es perder las ventajas formativas e informativas de la extrema concentración... A la mayoría, así lo niegue, le alegra quedarse.”
En el ensayo menciona también a otros pensadores como Carlos Fuentes con su obra Agua quemada donde uno de sus personajes dice:
“Le daba vergüenza que un país de iglesias y pirámides edificadas para la eternidad acabara conformándose con la ciudad de cartón, caliche y caca...”
Además, Monsiváis trae a colación a autores como Dostoievski, Ortega y Gasset o Gustave Le Bon, quienes han reflexionado también sobre las multitudes y el derrumbe de las civilizaciones desde otros lugares del mundo.
Con un humor tan agudo como amargo, Monsiváis va desmenuzando esos rituales del caos: desde el boxeo con Julio César Chávez hasta el culto guadalupano; desde las piñatas de Batman y el Nahual, hasta las peregrinaciones masivas o la ola humana en el Estadio Azteca. Además, del ciudadano común, que se funde en la masa que festeja, reclama, sufre y resiste. Todos ellos habitan una ciudad que, pese a su toxicidad ambiental y social, sigue siendo el centro del deseo, porque como ironiza Monsiváis “no hay otro sitio adonde quieran ir, y no hay otro sitio adonde puedan ir”.
“El tumulto despliega sus propuestas estéticas y la ciudad popular entrega sus rituales.”
Este libro es una obra literaria que rompe con las normas sintácticas de la crónica, pero lo hace para retratar de forma más auténtica la vida, cultura y caos de México. Lo describe a través de listas, imágenes (muy importantes para tener una mejor percepción de los acontecimientos que se narran y el contexto del mismo) y descripciones tan vivas que pueden sentirse aunque uno no haya estado ahí:
“Las piñatas donde se resguardan los elementos de la tradición: el Demonio, el Nahual, las Tortugas Ninja, Batman, el Pingüino…”
Cada escena es un fragmento del gran teatro nacional. Lo utópico y lo descompuesto de nuestro México. Monsiváis rompe con toda fantasía para mostrarnos la verdad cruda:
“Mira qué bonito esto, pero mira qué cabrón está esta mierda.”
Así lo define quien lee y siente ese vaivén entre la belleza de las tradiciones y el desencanto por el país. En palabras de otro lector: “Mi alma se quebranta por México, por los que ven la vida como las primeras oraciones que compone ‘Los rituales del caos’.”
Monsiváis, recocido y en mi punto de vista, demostrando en cada texto sus indagaciones en la cultura popular y la alta cultura, como Basílicas y bares, malls y puestos callejeros, ídolos como El Santo y Chávez: todos ellos son parte del mosaico de una sociedad que ritualiza su propio caos.
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