Resumen "Es que somos muy pobres" De Juan Rulfo

“Es que somos muy pobres” de Juan Rulfo, narra la historia de una familia de muy escasos recursos que debido a su situación económica y su entorno, han vivido bastantes desafíos en la vida, a causa de estas desgracias también comparten una visión muy pesimista sobre sus propias existencias y futuro, sobre todo los padres. Más tarde, en la historia descubrimos que lo único que les brindaba esperanza, una vaquilla apodada “Serpentina” es arrastrada por el caudal del río, llevándose la poca fe que les quedaba de que su hija menor “Tacha” no se desviara y terminara siendo una prostituta al igual que sus hermanas. Este relato aborda temas muy crudos, como la pobreza, la prostitución y la carga que se les otorga a los niños de la casa, más que nada a Tacha, para sacar a su familia entera de ese nido de desamparo.

El narrador de este cuento es el hermano de Tacha, del cual no se nos entrega mucha información, pero se deduce por su forma de contar el cuento que al igual que su hermana es un niño pequeño. Es un narrador testigo que “No está ligado de ninguna manera a la acción (la muerte de la vaca o la prostitución de las hermanas), pero que está demasiado afectado por la importancia de esos hechos. Su relato (hecho desde una distancia objetiva), combinado con el estilo indirecto libre, que refleja la visión de los hechos desde los puntos de vista de los otros personajes, convierte al narrador en mero testigo. Sin embargo, al final del cuento, el narrador parece haber internalizado el juicio de los hechos que tienen los mayores («y los dos pechitos de ella se mueven de arriba abajo, sin parar, como si de repente comenzaran a hincharse para empezar a trabajar por su perdición»), probando con esto que a pesar de su actitud testimonial, su participación emocional con lo ocurrido es muy grande. Es, en resumen, un narrador-testigo muy comprometido con la narración.” (Luraschi A, 2012, pág.6)

En los personajes principales destaca bastante la conexión que para ellos tenía su pobreza y su moral. Los padres de Tacha jamás contemplan la opción de que su hija sin ayuda de la vaca ni de nadie pueda salir adelante sin volverse prostituta, por eso su preocupación es tan grande, creen que está condenada a tener que ganarse la vida ofreciendo su cuerpo a cambio de dinero porque no es capaz de llevar otro oficio moralmente correcto, lo que a su vez ocasiona que la niña de apenas doce años cargue sobre sí misma el peso de no tener a nadie que crea en ella, y de ser culpada por el solo hecho de estar comenzando a crecer.

El cuento está contado en presente (“Está aquí a mi lado, con su vestido color de rosa, mirando el río desde la barranca y sin dejar de llorar.”) pero también utiliza varias veces las analepsis como recursos temporales para contar otras historias de la familia y la gente que los rodea, como en el fragmento “Iban cada rato por agua al río

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