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Durante los siglos XIX y XX, Chile se posicionó como importante productor de cobre a nivel mundial y recibió ingenieros y especialistas en minas y metalurgia desde el extranjero. Asimismo, creció la inversión extranjera en el rubro minero, especialmente norteamericana, inglesa, francesa, alemana e italiana. Adelantos como el uso de carbón mineral, la construcción de ferrocarriles y nuevas fundiciones dieron un gran impulso a la minería nacional.

Luego de una baja en la producción de cobre a fines de 1800, el país vivió otro boom del cobre a inicio del siglo XX, cuando varias compañías estadounidenses realizaron grandes inversiones para explotar los yacimientos de Chuquicamata, Potrerillos y El Teniente.

En lota

a partir del año 1852 adquiere importancia como una destacada ciudad minera. En 1840 la mina de carbón de Lota fue comprada por José Antonio Alemparte Vial, empresario, militar e intendente de Concepción, a los indios Cabullancas. Luego las vendería a Matías Cousiño y Tomás Garland, quienes en el año 1852 iniciarían la explotación en gran escala de este yacimiento, el que se transformaría en un importante centro carbonífero, que marcaría el rumbo de crecimiento y desarrollo de la región. En 1853 la industria tenía 122 trabajadores en sus actividades de extracción. En 1854 contaba con 900 trabajadores.

El carbón fue en el siglo XIX un recurso básico para la generación de energía y el funcionamiento de las distintas máquinas, por lo que existió una gran demanda por este combustible. E ra considerado el oro negro y Lota comenzó a convertirse en la llamada "Perla Negra" que atraía a los campesinos del sur buscando trabajo y progreso

La llegada del ferrocarril impulsó aún más el desarrollo de la mina, logrando una mayor conectividad.

Ubicada en la costa del golfo de Arauco, Lota fue hasta mediados del siglo XIX un "caserío insignificante" o "Louta" en mapudungun. Pero a partir del año 1852 adquiere importancia como una destacada ciudad minera. En 1840 la mina de carbón de Lota fue comprada por José Antonio Alemparte Vial, empresario, militar e intendente de Concepción, a los indios Cabullancas. Luego las vendería a Matías Cousiño y Tomás Garland, quienes en el año 1852 iniciarían la explotación en gran escala de este yacimiento, el que se transformaría en un importante centro carbonífero, que marcaría el rumbo de crecimiento y desarrollo de la región. En 1853 la industria tenía 122 trabajadores en sus actividades de extracción. En 1854 contaba con 900 trabajadores.

El carbón fue en el siglo XIX un recurso básico para la generación de energía y el funcionamiento de las distintas máquinas, por lo que existió una gran demanda por este combustible. E ra considerado el oro negro y Lota comenzó a convertirse en la llamada "Perla Negra" que atraía a los campesinos del sur buscando trabajo y progreso. El éxito de la explotación de carbón en Lota generó el desarrollo de otras industrias y actividades productivas anexas, como la del vidrio, madera, cerámica y una fundición de cobre; ya que el crecimiento poblacional generado por la llegada de trabajadores produjo el aumento de la demanda de productos para satisfacer diferentes necesidades. La población de la ciudad de Lota en el año 1885 correspondía a 3.956 habitantes.

La llegada del ferrocarril impulsó aún más el desarrollo de la mina, logrando una mayor conectividad

La ciudad de Lota también experimentó un gran desarrollo. Se construye Lota Bajo que funcionaba como centro de servicios, comercio y equipamiento, muy ligado al funcionamiento de la minería y su empresa. Lota Alto, por otro lado era donde se concentraba la población minera, la industria y su administración. Sin embargo, el crecimiento de la ciudad y de la mina no se reflejaba en las condiciones laborales ni en la

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