Tema: El Laberinto de la Soledad.

“EL LABERINTO DE LA SOLEDAD” Octavio Paz.

En mi opinión uno de mis capítulos favoritos fue el primero: El Pachuco y otros extremos. Me llamó mucho la atención como el autor dice que el “pachuco” no quiere dejar su origen mexicano pero tampoco (en apariencia, por lo menos) desea unirse a la vida norteamericana, claro, ha perdido parte de su identidad pero tiene aún el disfraz, el cual lo hace sobresalir para evitar ser ignorado. Es como si sintiera vergüenza de dónde viene pero no puede dejarlo atrás, porque está dentro de sí, es su esencia. Hace algunas comparaciones del mexicano y el norteamericano, las cuales me parecieron acertadas en su mayoría. No cabe duda que nuestra idiosincrasia es completamente distinta.

Otro de los análisis que realiza es sobre el hombre macho mexicano, en donde hace mucha énfasis en que este hombre no suele abrirse mucho en cuanto a sus sentimientos, que no se “raja”. Se habla sobre el “respeto” que se le da a la mujer en México, pero a mi parecer es más el respeto que se le da a la madre, solo por el hecho de ser madre y no por ser mujer. Habla como el hombre, al ser tan cerrado de sentimientos, es la mujer quien aporta la dulzura a la relación, la que estabiliza a la pareja.

Hay una frase del libro que me gustó bastante que dice  “Nuestro culto a la muerte es culto a la vida”. Me gustó porque tal vez en muchos países nuestra tradición del día de muertos pueda parecer un tanto extraña pero tiene mucho sentido si se revisa desde su inicio, porque para mí el día de muertos se celebra más por lo que fue en vida la persona que por su muerte, por eso la seguimos recordando en ese día. Pero luego Paz habla sobre que el mexicano ama las celebraciones y que nunca le son suficientes, siempre habrá motivo de fiesta ya sea por parte de la iglesia o el gobierno. Tiene razón, al mexicano le encanta la fiesta y más cuando nos dan puente, digo ¿A quién no le gusta faltar a la escuela o al trabajo para celebrar? Y luego señala “Todo funciona como si la muerte no existiera”. Yo entendí que el autor se refiere a que, siendo México un país rico en costumbres y tradiciones, no les damos el valor y el sentido que realmente tienen, sino que solo son pretextos del mexicano.

Analiza, por otra parte a la Malinche, quien se da voluntariamente a Cortés  y él la deja cuando ya no le sirve más. De ahí surge el dicho de los “malinchistas” que prefieren lo extranjero a lo de su país. Habla sobre la Virgen de Guadalupe, quien nadie negaría como la madre de todos los mexicanos, a la cual nos sentimos identificados por ser parecida físicamente a los mexicanos y tener cierto parecido con Tonantzin, diosa de la fertilidad para los aztecas.

Octavio Paz define de la siguiente manera a la “Inteligencia” mexicana: “sector que ha hecho del pensamiento crítico su actividad vital” aunque señala que la obra de esta “Inteligencia” no se encuentra del todo en libros, sino más bien en su influencia en la obra pública. Para el la inteligencia se basa en la sangre, la lengua y el pueblo”.

El autor dice: “exceptuando la revolución hemos vivido nuestra historia como un episodio de la del mundo entero. Nuestras ideas, así mismo, nunca han sido nuestras del todo, sino herencia o conquista de las engendradas por Europa”. México, a partir de su conquista, fue influenciado por las ideas liberales, que como el mundo mismo, se tenían que actualizar. La diferencia de Europa (vanguardia de las artes, las guerras, las ideas y el pensamiento filosófico) con México nacido de la violencia y cursando un tiempo histórico distinto, fue lo sucedido.

Nuestro país ha pasado por muchos cambios a lo largo de su historia y esto se demuestra en el mexicano mismo. La verdad es que este libro me ha hecho pensar demasiado sobre cómo nos ven desde otros países o incluso el extranjero que vive en México, ¿Nos calificaran a todos iguales solo por conocer a algunos? Nos damos cuenta que la soledad, nos hace sumergirnos o refugiarnos en personajes tales como el pachuco, donde no aceptamos nuestra realidad social tal cual es, que aunque pensamos con los ojos abiertos nos dejamos llevar por los prejuicios y contradicciones internas y externas. Vivimos en un país donde la mayor parte de las cosas que hacemos van ligadas a la religión y a nuestro pasado tan marcado. Aunque claro, este libro ya es algo viejo, supongo que ahora nuestro país es diferente y tiene aún más facetas del mexicano por analizar.

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