ClubEnsayos.com - Ensayos de Calidad, Tareas y Monografias
Buscar

Un Buen Comienzo


Enviado por   •  23 de Agosto de 2013  •  3.196 Palabras (13 Páginas)  •  409 Visitas

Página 1 de 13

Un buen comienzo

Guía para promover la lectura en la infancia

M. Susan Burns, Peg Griffin y Catherine E. Snow

Circunstancias que propician la lectura

Durante los primeros meses y años de vida, las experiencias de los niños con el lenguaje y el aprendizaje de la lectoescritura pueden empezar a cimentar su éxito posterior en la lectura. La etapa ideal para mostrar libros a los niños comienza cuando son bebés, incluso desde las seis semanas de edad. Las investigaciones han demostrado consistentemente que, mientras más sepan los niños del lenguaje y del funcionamiento de la lengua escrita antes de ir a la escuela, estarán mejor preparados para tener éxito en la lectura. Los principales logros a que se puede aspirar en este periodo de preparación para la lectura son los siguientes:

Habilidad para el lenguaje hablado y conciencia fonológica. Motivación para aprender y gusto por las formas del lenguaje escrito.

Noción de la expresión escrita y conocimiento de las letras.

La mejor forma de alcanzar estos logros en el proceso de aprendizaje de la lectoescritura y el lenguaje es mediante actividades que integran las diferentes áreas de desarrollo cognitivo, el desarrollo de la motricidad gruesa y fina, el desarrollo social y emocional y el desarrollo del lenguaje. Si se les da la oportunidad, los pequeños adquieren e incrementan su vocabulario, ejercitan habilidades y obtienen conocimientos básicos sobre el mundo que les rodea. Aprenden a reconocer qué son los libros y cómo funcionan. Muestran entusiasmo por la lectura y empiezan a explorar su papel de lectores y escritores. Tienen así la posibilidad de aprender las letras y conocer más cerca de la estructura de las palabras. Las habilidades de lenguaje, vocabulario y conocimiento del mundo se adquiere durante las conversaciones estimulantes con adultos receptivos. Conversar sobre libros, sobre sucesos cotidianos, sobre lo que pasó en la estancia infantil o en el trabajo, no sólo ayuda a enriquecer el vocabulario de los niños; también desarrolla su capacidad para comprender los relatos y explicaciones, así como la forma en que las cosas funcionan. Todas estas habilidades serán importantes para la iniciación de la lectura. El aprendizaje de la lectoescritura y el gusto por ella sólo se obtiene con la experiencia. Los niños deben contar con libros, deben tener acceso a ellos en sus casas y en las aulas de preescolar y primaria, alguien debe leer para ellos regularmente, y además deben de ver que otros leen y escriben. Comprender el valor de la lectura y la escritura como medio de comunicación, y aprender a considerar el tiempo de lectura como un momento de intimidad son logros propios del futuro buen lector. Las investigaciones han advertido la importancia de no confundir la conciencia fonológica con la fonética. Cuando los niños adquieren conciencia fonológica pueden pensar en cómo suenan las palabras, independientemente de lo que significan. Por ejemplo: advierten que la palabra sala tiene dos partes sonoras (sílabas), que la palabra gato rima con pato y que las palabras cama y queso empiezan con el mismo sonido. Los niños pueden y deben desarrollar cierto grado de conciencia fonológica durante los años de educación temprana, ya que es un paso crucial para la comprensión del principio alfabético y, en última instancia, para aprender a leer. Desde luego, otra condición fundamental para el éxito como lector es que, una vez en la escuela, los niños reciban una excelente instrucción en relación con la lectura. Aunque no existe un programa de lectura que resuelva todos los problemas, lo cierto es que los programas más efectivos tienen algunos elementos en común. La instrucción formal de la lectura debe concentrarse en el desarrollo de dos tipos de habilidades: el reconocimiento y la comprensión de las palabras. La mayor parte de los problemas de lectura a los que se enfrentan los adolescentes y adultos en la actualidad hubieran podido evitarse o resolverse durante sus primeros años de vida. Por ello, este libro va dirigido a todas las personas directamente implicadas en la construcción de políticas en materia educativa – como los supervisores, las autoridades educativas federales y estatales, las asociaciones de maestros y sus líderes, etcétera -. Si como sociedad queremos prevenir dificultades de lectura entre las generaciones actuales de niños y despertarles el gusto por leer, es fundamental proporcionarles oportunidades para:

Explorar los diversos usos y funciones del lenguaje escrito y lograr su dominio. Entender, aprender y utilizar la relación entre la grafía y sus sonidos para identificar y deletrear palabras escritas. Practicar y mejorar las habilidades de lenguaje, comprensión y uso del vocabulario. Contar con adultos receptivos que gusten de la literatura, les lean y discutan con ellos. Experimentar entusiasmo, gusto y satisfacción al aprender a leer y escribir. Hacer uso de la lectura y la escritura como herramientas para el aprendizaje. Participar en programas efectivos de prevención, en caso de que enfrenten dificultades para leer.

Beneficiarse con programas efectivos de intervención y regularización bien integrados a sus actividades diarias en el aula tan pronto como empiecen a experimentar dificultades.

Para aquellos niños que crecen con condiciones adversas, un ambiente estimulante en la educación preescolar y una excelente instrucción en primaria pueden ser factores decisivos para el éxito o el fracaso futuro. Por eso, este libro se ocupa principalmente de los ambientes de la educación inicial y preescolar, y señala algunas consideraciones para la instrucción en los primeros grados de primaria. Ninguna etapa es tan importante ni tan corta como los primeros años de vida y de escolaridad de un niño. En esto radica nuestra mayor esperanza, así como la posibilidad más real y efectiva para despertar el interés y prevenir las dificultades de lectura en los niños.

Recomendaciones con respecto a la comprensión.

En preescolar, la enseñanza debería estar concebida para fomentar la interacción verbal, enseñar vocabulario y propiciar la conversación sobre libros. En los primeros grados de primaria, la instrucción buscaría fomentar la comprensión, construyendo activamente el saber lingüístico y conceptual en una gran variedad de campos. Durante todo el tiempo, los programas de lectura de los primeros grados deberían proporcionar estrategias como la de resumir la idea principal, prever sucesos o consecuencias de lo que se está leyendo, extraer deducciones y controlar que no se pierda la coherencia y que se entienda correctamente el sentido del texto. Estas acciones podrían llevarse a cabo mientras los adultos leen a los alumnos o cuando los alumnos leen por su cuenta. El saber conceptual y las estrategias de comprensión también deberían evaluarse periódicamente en clase, lo cual permitiría una respuesta efectiva y oportuna cuando se dieran casos de dificultades o retraso.

Recomendaciones para la escritura.

Una vez que los niños conocen las letras, hay que alentarlos para que las escriban, para que comiencen a formar palabras o partes de palabras y que, a su vez, éstas les sirvan para empezar a escribir oraciones e incluso textos completos. La instrucción debería basarse en el entendido de que el uso de una ortografía personal no está en conflicto con la enseñanza de la ortografía convencional. Empezar a escribir con una ortografía inventada puede ayudar a comprender e identificar los fonemas, la segmentación de las palabras (división silábica) y las relaciones sonido – grafía. La ortografía convencional debería adquirirse mediante la práctica y una instrucción específica.

COMO CONVERTIRSE EN VERDADEROS LECTORES

Desde preescolar hasta tercer grado de primaria. La misión de la educación pública es ofrecer las mismas oportunidades de acceso a una educación completa a todos los niños, independientemente de su origen y de la educación o de los ingresos de sus padres. Para alcanzar este propósito no hay un periodo más valioso ni más corto que los primeros años de escolaridad. Las investigaciones demuestran que los niños que comienzan bien su aproximación a la lectura rara vez tropiezan, mientras que quienes no cuentan con esta experiencia enfrentan dificultades en su vida académica. La enseñanza complementaria y los cursos de regularización pueden ser de ayuda para los pequeños lectores con dificultades. Pero para que, efectivamente, todos los niños tengan las mismas oportunidades educativas, se deben contar con excelentes planes de estudio desde preescolar y hasta los primeros grados de primaria. Cada niño es diferente.

En cualquier salón de clase, en cualquier momento, encontraremos niños que tienen muy diferentes fortalezas y debilidades en su formación. Lógicamente, no todos aprenden al mismo ritmo. De igual forma, los niños que asisten por primera vez a preescolar o al primer año de primaria llegan con diferentes clases de experiencias en cuanto al aprendizaje temprano de la lectoescritura. A la mayoría de los maestros se les proporciona un programa de enseñanza con los objetivos y la secuencia semanal que deben aplicar, programa que está previamente concebido por las autoridades educativas. La ventaja de estos materiales es que ofrecen un plan para todo el año, elemento fundamental para una enseñanza efectiva. Sin embargo, aun los niños mejor preparados pueden no avanzar con facilidad a lo largo de una secuencia predeterminada de lecciones. Los maestros deben ajustar y ampliar las lecciones para responder a las necesidades particulares de cada uno de sus alumnos en clase. Los niños necesitan un acercamiento a la lectura que los motive, así como practicar mucho. La práctica hace al maestro, y la repetición continúa ayuda a que las habilidades que empiezan a despuntar se vuelvan automáticas. Cuando los niños empiezan a leer necesitan condiciones para hacerlo por su cuenta diariamente, escogiendo los textos por sí mismos. Estos materiales deben ser de gran calidad y tener el grado de dificultad adecuado para cada niño. La lectura repetida de textos los ayuda a practicar y asimilar lo que han aprendido. Los libros más difíciles les ofrecen la oportunidad de avanzar, a veces a grandes pasos. Los textos que provocan su entusiasmo les ayudarán a cimentar un amor perdurable por la lectura. Las autoridades educativas son responsables de asegurar que la enseñanza de la lectura sea coherente, es decir, que en todos los grados escolares el enfoque sea consistente y que los maestros de los últimos grados sepan lo que sus compañeros de los grados anteriores han hecho.

Enseñanza de calidad.

Para convertirse en verdaderos lectores, los alumnos de preescolar y de los primeros grados de primaria necesitan una enseñanza bien articulada que los ayude a desarrollar las siguientes habilidades fundamentales: 1) reconocer palabras utilizando correspondencias sonido – grafía y reconocer palabras a primera vista; 2) utilizar sus conocimientos previos, vocabulario y estrategias de comprensión para encontrar el sentido o significado de lo que se lee; y 3) leer con fluidez. Los buenos maestros ayudan a sus alumnos desarrollar estas habilidades, ofreciéndoles una gran variedad de actividades. A continuación se describe un salón de clases donde se está realizando una actividad: En la clase con el profesor de primer grado, cada alumno tiene su caja personal de libros, seleccionados según sus habilidades e intereses. En cartulinas, pegadas en la pared, se muestran listas de palabras, enunciados, textos más largos – de un párrafo o dos -, listas de reglas ortográficas y rimas. Cada alumno tiene una carpeta con escritos que son de su interés. Debido a que se trata de niños sumamente pobres, las autoridades educativas de la zona se han preocupado porque los grupos sean pequeños. Éste tiene sólo 18 niños, lo cual es una buena decisión si se toma en cuenta, además, que los niños provienen de diversos grupos lingüísticos y culturales: de Somalia, Filipinas, Guatemala y Vietnam. El salón está bien iluminado y es acogedor, tiene mucho material en exposición: fotos de insectos, letras, los días de la semana, los colores, una grabadora y además cuentan con una hortaliza. Los centros de actividades en todo el salón está bien organizados; tienen títeres, animales de plástico, accesorios, pinturas, papel y mucho material para escribir. Pero lo más alentador es ver al profesor dando clase. Durante dos horas, las de clase de lectura, mantiene a los niños trabajando a un ritmo entusiasta y dinámico, pasando de una actividad interesante y enriquecedora a otra. Para empezar, los niños toman sus cajas y se sientan a leer en silencio, individualmente. El profesor también los pone a leer en parejas, hombro con hombro, o en pequeños grupos formando círculos, sentados en el suelo. Durante este tiempo, el maestro aprovecha la ocasión para pasearse por el salón y ofrecer atención personalizada. Con un niño revisa las palabras nuevas estudiadas el día anterior. Cuando son grupos pequeños, se sienta con ellos en el suelo y les empieza a hacer preguntas, ayudándolos a establecer conexiones significativas entre lo que leen y sus propias experiencias. Ahora toca la sesión de palabras nuevas. Los niños guardan sus cajas con libros y se agrupan en torno al maestro.

Cada niño se sienta en el piso con su propia pizarra y un marcador. Es evidente que estas nuevas herramientas dan un aire de importancia a las manitas que las sostienen. Les hace sentirse como maestros, tal vez por la autoridad que les da tener su propio pizarrón. Aparte de la diversión, las pizarras individuales permiten que el niño corrija sus errores. El maestro empieza leyendo la oración que ha escrito en el pizarrón. Algunas partes de las palabras están cubiertas. Cuando llega a la palabra pato la dice en voz alta, pero lo que los niños ven es la letra P . Les pide que digan las letras que faltan. Después de varias respuestas, correctas e incorrectas, muestra la palabra correcta. Después pide a los niños que escriban las palabras gato y rato en sus pizarras. Continúa haciendo el mismo ejercicio con diferentes palabras. Ahora toca lectura en voz alta. Los niños se sientan en círculo con dos libros, uno de cuentos y otro de información. Como los niños se encuentran al final del ciclo escolar, los dos libros tratan sobre las vacaciones de verano. Los alumnos están ilusionados y deseosos de participar. Se sientan ordenadamente y levantan la mano con entusiasmo para responder las preguntas, en vez de gritar (es una regla del maestro). El profesor hace pausas con frecuencia para plantear preguntas sobre los personajes, el argumento y el significado del texto. También da tiempo para que los niños pregunten. Al comienzo de la segunda hora el maestro les deja una tarea de escritura. Los niños deben de escribir una carta a un amigo en la que le cuenten sus planes o lo que quisieran hacer en las vacaciones de verano. Cuando terminen, tendrán que buscar imágenes o hacer dibujos para ilustrar lo que han escrito. Luego, si da tiempo, se pondrán a trabajar en sus propias carpetas. Como en el salón sólo hay un espacio para selección de imágenes y material de pintura y recortado, el maestro los organiza en equipos de modo que se vayan turnando. El maestro se mueve entre los equipos, vigilando el progreso de sus alumnos. Hay que estimular a los que están en el área de diseño, cuando no saben cómo ilustrar lo que han escrito. Comenta con ellos algunas opciones. Cuando los niños están escribiendo, elogia sus esfuerzos por incluir palabras nuevas, aunque estén mal escritas. Cuando ve que un alumno ha escrito mal una palabra que ya se ha visto en clase (por ejemplo gato , que se vio ese mismo día), se asegura de corregirlo. Tomando un libro o la tarjeta de la palabra dice: Recuerda que la última vez que vimos esta palabra en un libro se escribía así. Cuando a un alumno se le dificulta la tarea de escritura, porque evidentemente no entendió el relato, el maestro le vuelve a dar el libro y pide a un auxiliar que lo lea otra vez con él. A otro niño, que ni siquiera puede empezar a escribir porque le cuesta trabajo sujetar bien el lápiz, le ayuda pidiéndole que le dicte lo que quiere decir. Con los que han terminado su tarea antes que los demás, el maestro organiza parejas y les pide que lean uno al otro sus escritos para mejorarlos.

El reto del preescolar.

Uno de los objetivos principales de preescolar ha sido siempre ayudar a los niños a que se sientan cómodos en el ambiente de un salón de clases formal. Se trata, en efecto, de un esfuerzo de adaptación importante. Los niños de cinco años de edad que entran a preescolar deben aprender a sentarse en silencio, compartir, escuchar, comunicarse cooperativamente y hacer lo que se les pide. Aun en la clase más personalizada, los niños deben arreglárselas con mucha menos atención personal de lo que están acostumbrados a recibir. Ayudar a los niños a afrontar este reto emocional y de adaptación en su comportamiento es realmente muy importante.No obstante, el curso de preescolar también debe prepararlos para aprender a leer, tarea que debe ser prioridad. Los niños de primer ingreso traen consigo diferentes experiencias de escritura y lectura: algunos hacen garabatos y otros escriben letras; algunos se saben muchos cuentos y los recitan con gran entusiasmo; para otros, los libros son casi desconocidos. Los niños necesitan entrar a primer grado de primaria con buenos conocimientos y una buena actitud hacia el aprendizaje de la lectoescritura. De otra manera, es probable que la instrucción de primer grado se les haga más difícil.

Lo que se debe lograr: metas de preescolar.

Lo difícil para un educador de preescolar es fomentar el aprendizaje de la lectoescritura usando métodos bien concebidos y adecuados a fin de alcanzar dos metas fundamentales.

Al concluir preescolar los alumnos deben estar sólidamente familiarizados con la estructura y los usos de la información impresa. Por ejemplo, deben reconocer el formato de los libros y de otros materiales impresos, saber que todo lo que se habla se puede escribir, y estar familiarizados con el concepto de palabra.

La educación preescolar debe ayudarlos a sentirse cómodos para aprender a partir de textos impresos, ya que gran parte de futura educación dependerá de ello. Al terminar el ciclo escolar los niños deben mostrar interés por los tipos de lenguaje y los conocimientos que los libros pueden proporcionarles.

Prácticas para alumnos de preescolar.

En el nivel preescolar lo más conveniente es que el acercamiento a la lectura esté basado en actividades de juego. Al cantar canciones y representar historias y situaciones, los niños desarrollan habilidades de lenguaje, capacidad narrativa y confianza en el uso de símbolos, es decir, en la certeza de que una cosa puede representar a otra.

Conocimiento de libros impresos.

Para llegar a ser buenos lectores, los niños deben entender cómo funcionan los libros y textos impresos. Deben conocer las partes de un libro y sus funciones, y que lo que está escrito en las páginas representa palabras que pueden leerse en voz alta. En preescolar los niños pueden empezar a distinguir varias formas y propósitos de lo impreso, desde cartas personales hasta textos literarios, como cuentos, ensayos y pequeñas novelas.

Conciencia fonológica.

Durante los años anteriores a la educación preescolar, la mayoría de los niños espontáneamente adquieren cierto grado de habilidad para pensar en los sonidos de las palabras habladas, independientemente de su significado, es decir empieza a conformarse la conciencia fonológica. En preescolar es particularmente importante reforzar esta capacidad inicial, y sobre todo ayudar a los niños a tomar conciencia de los fonemas, que forman las palabras habladas y distinguen significados. Éste es un paso decisivo para entender el principio alfabético y, en última instancia, para aprender a leer.

Servicios de la biblioteca para bebés y niños de edad preescolar

...

Descargar como  txt (19.9 Kb)  
Leer 12 páginas más »
txt