Un círculo Color De Luna

COLEGIO SANTA CLARA DE ASÍS

“UN CÍRCULO COLOR DE LUNA”, la pérdida de la inocencia.

Evelyn Cejas | 3 polimodal

Profesor: Juan Héctor Fuentes

Asignatura: Lengua y Literatura

“UN ANILLO DE COLOR LUNA”, la muerte de la inocencia.

Se dio la consigna de realizar un ensayo referido a un pasaje, o un tema del libro “El Principito”, escrito por Antoine de Saint-Exupéry. La elección del tema resultó muy difícil: “El Principito” es una obra que cuenta con innumerables simbolismos, cada objeto puede representar muchas cosas distintas, y se requiere de mucha imaginación y capacidad de interpretación para realizar un análisis exhaustivo del cuento, que, a simple vista, es solo un relato para niños.

La serpiente se presenta, desde hace mucho tiempo, como un símbolo del mal, de la astucia malintencionada y del engaño, principalmente por la influencia bíblica. En “El Principito” se utiliza esta misma metáfora, pero a la vez, podemos encontrar un significado que no tiene que ver con el mal en sí, sino de cómo conocerlo nos afecta.

Si nos remontamos al más sagrado libro, la Biblia, podemos observar su primera aparición. En el relato del Génesis, se la muestra como una simbolización del propio demonio. Allí, tienta a Adán y a Eva a desobedecer las peticiones del Señor:

La serpiente era el más astuto de todos los animales del campo que Yavé Dios había hecho. Dijo a la mujer « ¿Es cierto que Dios les ha dicho: No coman de ninguno de los árboles del jardín?» La mujer respondió a la serpiente: «Podemos comer de los frutos de los arboles del jardín, pero no de este árbol que está en medio del jardín, pues Dios nos ha dicho: No coman de él porque si lo hacen, morirán.»

La serpiente dijo a la mujer: «No es cierto que morirán. Es que Dios sabe muy bien que el día que coman de él, se les abrirán a ustedes los ojos; entonces ustedes serán como dioses y conocerán lo que es bueno y lo que no lo es.»

A la mujer le gustó ese árbol que atraía la vista y que era tan excelente para alcanzar el conocimiento. Tomó de su fruto y se lo comió y le dio también a su marido que andaba con ella, quien también lo comió. (Gen 3, 1-6)

De ese modo, la serpiente llevó a la primera pareja humana a su perdición, obviamente mediante un engaño, ya que ésta sabía muy bien las razones del Creador por las cuales no permitía que coman del árbol. Dios los castigó severamente, dándole a la mujer y al diabólico animal un castigo eterno:

«Por haber hecho esto, maldita seas entre todos los animales del campo. Te arrastrarás sobre tu vientre y comerás tierra por todos los días de tu vida.

Haré que haya enemistad entre ti y la mujer, entre tu descendencia y la tuya. Ella te pisará la cabeza mientras tú herirás su talón.» A la mujer le dijo: «Multiplicaré tus sufrimientos en los embarazos y darás a luz a tus hijos con dolor. Siempre te hará falta un hombre y él te dominará.» (Gen 3, 14-16)

A causa de esta escritura (que data aproximadamente entre el 1440 y 1400 a.C.), es que se ve en la actualidad a este reptil como un ser malvado, que, artimañas mediante, consigue todo lo que se propone. Se explica también la relación de antagonismo entre las mujeres y las serpientes: las mujeres les temen, las serpientes las muerden. Nunca se llevarán bien, será una lucha sin final.

Esta concepción, o quizás algo parecido, es lo que podemos observar en el sentido del relato de Saint-Exupéry. Primeramente, debemos mencionar la trama de “El Principito”, que es relevante para nuestro trabajo. Su personaje principal es un aviador, un hombre serio que alguna vez fue un niño lleno de imaginación, fantasías e ilusiones, que fueron aplastados por un mundo adulto. Con el paso del tiempo, él mismo se convirtió en uno de esos hombres serios, que sólo se preocupaban por la geografía y la matemática. Sin embargo, un día su avión se estrelló en el desierto. Allí, conoce a un peculiar niño, un “principito” muy similar a él cuando pequeño. Este personaje le relata al aviador sus aventuras, cómo y por qué llegó a la Tierra (él vivía en un asteroide muy lejano, con su rosa y unos volcanes. Era un lugar muy pequeño: con tan solo caminar unos pasos podías observar las veces que quisieras la puesta del sol). El principito logra que el aviador recupere su niño interno, mediante su inocencia y pureza. No obstante, el milagroso muchacho debe regresar a su hogar.

El personaje de la serpiente, en esta obra, tiene un lugar catastrófico, podría decirse, ya que es la encargada de llevar de vuelta al Principito a su planeta, a través de una letal mordida. El Principito se entrega voluntariamente a su muerte, ya que solo de esa manera podría retornar a su planeta, una estrella muy lejana. Pero ya volveremos a esta aparición más adelante, porque no es la única vez que se menciona al animal en el relato. Cuando

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