Ética Para Amador (ensayo)

ÉTICA PARA AMADOR

(Análisis)

Libre albedrio una palabra que nos permite recordar algo importante de lo que Fernando Savater, en su texto Ética para Amador, trataba de que no la olvidáramos, en cada capítulo de su preciso historial “la capacidad de decir por nosotros mismos entre lo que está bien y lo que está mal”. El sabia, estaba muy consciente, que a diferencia de otras especies, somos los únicos seres vivos que podemos decidir por nosotros mismos, qué hacer con nuestra propia vida, el decía “somos libres”.

Claro sin olvidar que él nos habla de una libertad relativa, porque todo es relativo, es más hasta nuestra propia vida, por la que tenemos la libertad de decidir cómo llevarla, es relativo.

Aun así es mejor tener libertad aunque limitada que ser esclavos por completo, eso era lo que él precisamente quería que entendiéramos, sin olvidar que existe una gran diferencia entre la libertad limitada y la esclavitud, por eso es preferible ser libres aunque no sea de forma absoluta que ser esclavos, porque la libertad aun dentro de sus límites fijados resulta en felicidad pero la esclavitud a debilidades o a ideologías erróneas resulta en opresión e infelicidad.

No obstante, Savater estaba consciente que a pesar de la relatividad de dicha libertad, no podía ser de provecho, si la usábamos concienzudamente, de lo contrario como él mismo afirmó más que volvernos libres nuestros actos nos esclavizan más, y nuestra libertad cada día se vería más restringida, pues por cada acto que nosotros ejecutemos existen menos posibilidades de volver a elegir, por eso allí es donde está en juego eso de saber escoger bien lo que queremos, y si es que realmente lo queremos, no olvidando que en cada acción, nuestras decisiones no pueden hacer más que restringirnos de hacer unas nuevas.

Ahora bien, sería bueno preguntar ¿Cómo es que si somos libres, no lo somos realmente?

Pues verdaderamente no lo somos del todo, precisamente por eso es que Fernando decía que esta libertad dependería en gran manera de cuanto la sepamos utilizar, es decir podemos nosotros mismos restringírnosla o amplificarla… ¿Sabes? llama la atención que él hablaba de una pequeña voz que siempre estaba detrás de esa libertad, y que nos decía como hacer las cosas.

Esa voz a la que Fernando llamaba conciencia, la que guía esa libertad que tenemos, así que hasta ella está sujeta a algo lo que es muy notorio, ¿qué chistoso no?

Pero es bueno preguntar ¿Qué es la conciencia? Bien esto es lo que para Savater sería “lo contrario de ser moralmente imbécil” (p.95), sin olvidar que para él un imbécil es una persona que para poder caminar necesitaba apoyarse de alguien o que siempre alguien lo empujase (hablando simbólicamente) no de una cojera literal y una discapacidad física.

Es decir, el que no actúa sencillamente solo porque cree que no quiere nada, el que cree que lo quiere todo, como el que no sabe lo que quiere o el que sabe lo que quiere a medias o lo que quiere con fuerza pero se está engañando así mismo, en fin, no tiene reflexión propia para usar bien su libertad, éste para Fernando Savater es catalogado como un imbécil y el que tiene conciencia según él, es todo lo contrario a esto.

Así que para Savater la conciencia no es más que el conocimiento común o conocimiento compartido con uno mismo (conocernos a nosotros mismos), conocer lo que es bueno para nosotros y nuestros semejantes antes de decidir.

Por eso ahora nos tomaremos la libertad de considerarla en esencia como una brújula.

Una brújula es un círculo con una aguja imantada que apunta al norte, que si funciona como debe ser puede solucionarnos la vida, puesto que nos orienta cual camino hemos de tomar.

Así mismo como decía Savater cuando aprendemos a usarla bien, nos ayuda a hallar nuestro rumbo en la vida y a no salirnos del camino correcto.

Y es real que podemos decidir hacer lo que queremos pero gracias a ella podemos, por así decirlo, mirarnos desde fuera y hacernos una evaluación moral de lo que hacemos.

Por ello al igual que Savater la consideramos que ésta es testigo fiscal y juez de nuestros actos y motivos, nos orienta al tomar decisiones y nos indica si el camino que pensamos tomar es bueno o no.

Si analizamos bien lo que Fernando Savater nos quiere mostrar aquí en su reflexión nos daremos cuenta que como hemos venido diciendo desde el principio somos libres de decidir lo que hemos de hacer con nuestra vida. Pero él hablaba del ¿por qué decidimos hacer las cosas?

El decía que la libertad partía de tres motivaciones o principios fundamentales, es decir que si hacíamos algo lo haríamos simplemente porque nos daba la gana de hacerlo a lo que llamó capricho o simplemente porque nos lo impusiera una ley o sencillamente porque era una costumbre.

Pero da igual sea por capricho, costumbre o ley igual siempre podemos decir sí o no al momento de actuar pues no porque sea una costumbre estamos obligados o hacer algo, sobre todo si no es conveniente para nosotros, igual sucede con las leyes y los caprichos y a esto es que, eso a lo que él se refirió como Pepe Grillo llamo conciencia.

De allí en adelante es que decidimos que hemos de hacer con nuestra vida. De hecho eso era lo más fundamental de la Ética para Amador, decidir bien con respecto a la vida. Es decir ¿Por qué no?

Claro que es posible llevar una buena vida, pero ¿Qué es una buena vida?

Fernando Savater la define como “buena vida entre seres humanos o de lo contrario puede que sea vida pero no será buena ni humana” (p.72)

Así que para que a Amador le funcionara la ética o sea “el instinto racional de cómo vivir mejor” (p.71) debía recordar primeramente que él era humano, por eso debía pensar con detenimiento y a fondo que es lo que realmente quería, de lo contrario más que darse la buena vida perdería su independencia, o sea solo hay que saber cómo vivir y para ello debemos estar seguros de lo que realmente queremos, por algo Savater hablaba de que en ocasiones lo que es a nuestros ojos deseable no es realmente lo que apetece en el momento

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