Alteración de la homeostasis en el sistema nervioso y endocrino

ALTERACIÓN DE LA HOMEOSTASIS EN EL

SISTEMA NERVIOSO Y ENDOCRINO

INTRODUCCIÓN

La homeostasis es un proceso fundamental en la biología que se refiere al equilibrio dinámico que los organismos mantienen en su entorno interno para asegurar su supervivencia y funcionamiento óptimo en el cuerpo humano a pesar de los cambios externos. Tanto el sistema nervioso como el endocrino desempeñan roles críticos en la regulación de la homeostasis. Sin embargo, en ocasiones, diversos factores pueden conducir a alteraciones en estos sistemas lo que hace también una alteración en la homeostasis, interrumpiendo el equilibrio y dando lugar a condiciones patológicas graves para la salud. En este ensayo se explora las alteraciones de la homeostasis en el sistema nervioso y endocrino.

El sistema nervioso controla vitalmente todas las actividades del cuerpo y el sistema endocrino secreta hormonas que regulan estas actividades. Al funcionar juntos, los sistemas de órganos proporcionan a las células del organismo todas las sustancias que necesitan y eliminan sus desechos; además mantienen la temperatura, el pH y otras condiciones en los niveles correctos para mantener los procesos vitales de los órganos. Cuando estos sistemas fallan, ya sea debido a lesiones, enfermedades o trastornos, se pueden producir alteraciones significativas en la homeostasis.

Por ejemplo, en el sistema nervioso se presentan lesiones en la médula espinal pueden interrumpir la comunicación entre el cerebro y el resto del cuerpo, lo que lleva a la pérdida de funciones motoras y sensoriales. En casos más graves, esto puede dar lugar a la parálisis, lo que dificulta que el cuerpo regule adecuadamente su posición, temperatura corporal, ritmo cardíaco y la presión arterial. Las enfermedades neurodegenerativas, como el Parkinson y el Alzheimer, también afectan el sistema nervioso y, por lo tanto, la homeostasis. En el Parkinson, la falta de dopamina afecta la coordinación de los movimientos, mientras que, en el Alzheimer, la acumulación de placas de proteína interfiere con las funciones cognitivas normales; donde estos pueden afectar la memoria, el movimiento y las funciones cognitivas, desequilibrando la homeostasis neurológica. También se puede generar la desregulación del estrés donde este nerviosismo sea crónico; puede alterar el equilibrio de hormonas como el cortisol y la adrenalina, lo que afecta la respuesta al estrés y esto hace que pueda contribuir a problemas cardiovasculares y metabólicos.

Cuando el sistema endocrino presenta disfunciones, ya sea por hipersecreción (exceso de hormonas) o hiposecreción (deficiencia de hormonas), la homeostasis puede verse gravemente afectada. Un ejemplo común es la diabetes mellitus, una enfermedad crónica Tanto la diabetes tipo 1 como el tipo 2 implican una disfunción en la regulación de la glucosa en sangre debido a la incapacidad del páncreas para producir insulina en cantidades suficientes o por la resistencia del cuerpo a los efectos de la insulina. Esto conduce a una elevación persistente de los niveles de glucosa en sangre, perturbando la homeostasis metabólica, glucémica y generando complicaciones en diversos sistemas, como los vasos sanguíneos, hiperglucemia crónica, los riñones y el sistema nervioso. Asimismo, la disfunción de la glándula tiroides puede resultar en trastornos como el hipotiroidismo o el hipertiroidismo. En el hipotiroidismo, la producción insuficiente de hormonas tiroideas reduce la tasa metabólica, causando fatiga, aumento de peso y problemas de concentración. Por otro lado, el hipertiroidismo, caracterizado por una sobreproducción de hormonas tiroideas, acelera el metabolismo y puede llevar a síntomas como pérdida de peso, irritabilidad y ritmo cardíaco elevado; como consecuencia a la homeostasis puede afectar el metabolismo, la temperatura corporal y el ritmo cardíaco.

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