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Analisis de la imagen film Holy Motors


Enviado por   •  7 de Noviembre de 2017  •  Ensayos  •  6.643 Palabras (27 Páginas)  •  448 Visitas

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Santiago Arias Hincapie Análisis de la imagen Jueves de 7 a 9

Escuela de Artes y Letras.

HOLY MOTORS

Holy Motors es una película de 2012 escrita y dirigida por Leos Carax. Está protagonizada por Denis Lavant y Édith Scob.

El film inicia con una secuencia de imágenes de un hombre corriendo de lado a lado mientras se presentan los nombres de los actores. La secuencia de imágenes aquí presentada es de Jules Marey, nada más y nada menos que el mismo hombre que presentó las primeras imágenes en movimiento, el más remoto inicio del cine.

A continuación sigue una escena un tanto extraña; una sala de cine, grande y llena, en la oscuridad de la proyección. El público visto de frente, todos parecen estar dormidos, están totalmente. ¿Qué sucede? ¿Qué ven? ¿Están aburridos? ¿O están impactados? ¿Nos observaban? ¿Somos nosotros su película?

Después de las secuencias de Marey y los títulos iniciales, la primera imagen que se proyecta, vemos a un Leos Carax que se despierta en la habitación de un hotel cercano a un aeropuerto. Le despierta un sonido extraño: sirenas de barcos y gaviotas que no se sabe de donde provienen le hacen pegar el oído a la pared. Una de las paredes, decorada con un papel pintado que representa a un bosque parece ser el origen de tan extraños sonidos. La pared, esconde, efectivamente, una cerradura, en cuya llave se introduce el dedo índice de nuestro director. Una vez que éste recorre un corto pasillo, abre una puerta y se encuentra sobre la platea del cine, donde están sentados inmóviles espectadores, observando la pantalla de cine de donde provenían los sonidos.

Por uno de los pasillos avanza caminando un niño pequeño, desnudo e inocente, en tanto varios perros avanzan silenciosamente hasta la pantalla. En primer plano se presenta a un gran danés.

El director mira hacia la pantalla. La escena cambia radicalmente.

Las últimas sirenas de los barcos al partir desde el muelle nos presentan a una niña de unos 5 o 6 años, mirando desanimada a través de una ventana de un edificio. ¿O es la ventana la de un camarote desde donde zarpa un barco con destino a no se sabe dónde? Nadie tiene por qué saberlo, pero la niña en cuestión es Nastya, hija del director y de Katerina Gobuleva. Hasta este punto siento que ninguna de las escenas ya mencionadas son esenciales para la comprensión de la trama.


Adentrándonos como tal a la película nos encontramos con la aparición en escena de Monsieur Oscar, protagonista de la película, interpretado por Denis Lavant. Nos encontramos en un barrio de lujo: de unos de sus chalets, empieza caminando nuestro protagonista, impecablemente vestido, acompañado por un automóvil negro que lo sigue a sus espaldas muy lentamente. Nuestro protagonista se despide los niños y dando los buenos días a los vigilantes y a sus guardaespaldas. Aparentemente, nos encontramos ante un importante banquero, que es recibido en la puerta de una gigantesca limusina blanca por Céline, su chófer y asistenta personal, interpretada por Édith Scob.

Lo primero que nuestro "hombre de negocios" pregunta a Céline mientras fuma un tabaco es cuantas citas tiene el día de hoy. "Nueve, monsieur Oscar. Tiene el primer expediente a su lado". Para ser una película a la que han acusado de carecer de guión, este detalle no está mal. Yo diría más bien, todo lo contrario, está perfectamente estructurada desde el punto de vista narrativo, y concretamente este detalle sirve para despejar algunas dudas que pueden surgir una vez que se haya terminado de ver la película. Un pequeño rompecabezas inicia, y creo que poco a poco, todas la piezas terminarán encajando.

Mientras Oscar ojea el primer expediente, recibe una llamada en el móvil. Oscar mira su reloj, y procede a colocarse un auricular inalámbrico en su oreja. Es Serge, que quiere preguntarle un par de cosas. Oscar y Serge aprovechan la llamada para hablar de su seguridad: "¿Qué quieres? Somos los cabezas de turco de la miseria. Eso es lo que hoy en día excita a la gente", le dice Oscar a Serge. La empresa de seguridad les indica que ya no sólo les basta con llevar guardaespaldas, sino que ellos también deben ir armados. Aprovechan para quedar a cenar por la noche en Fouquet's. Este diálogo es, como algunos ya se habrán imaginado, bastante relevante.

La casa del banquero es, en realidad, la Villa Paul Poiret, que se encuentra situada en Mézy-sur-Seine. Obra inconclusa del arquitecto Robert Mallet- Stevens, es un bello ejemplo de la arquitectura de entreguerras, como lo sería Villa Saboye, edificada por Le Corbusier en Poisssy, cerca de ahí, unos años mas tarde. El edificio es blanco, de hormigón, construido a base de formas cúbicas, y tiene 800 metros cuadrados de superficie habitable. El vestíbulo, habitación principal de la villa llega hasta los siete metros de altura y tiene dos grandes ventanales que se elevan hasta el techo.. Construida entre 1924 y 1925, por encargo de Paul Poiret, se encuentra ubicada en un parque de cinco hectáreas. Su propietario, sin embargo, nunca llegó a vivir en ella y la casa sólo fue habitada por su encargado, en espera de la conclusión del proyecto, que nunca llegaría, ya que este se declaró en quiebra en 1926. Paul Poiret vendió la villa en 1930 a la actriz Elvira Popescu, que, a su vez, le encargó una reforma al arquitecto Paul Boyer en 1932, distorsionando el proyecto original. Añadió ventanas de forma circular. (https://es.wikipedia.org/wiki/Villa_Paul_Poiret)

Superado el prólogo, pues, en esta primera parte todo parece mas o menos coherente: un plano de los guardaespaldas siguiendo a la limusina, Oscar medio dormido en su interior, Hasta que la música (la música es fundamental en esta película) nos cambia de tercio: se trata de la Marcha Fúnebre para Cuarteto de Cuerda nº 15 de Shostakovich, interpretada


sólo con un piano. Esta pieza, interpretada de esta forma, juega un papel fundamental en la película porque marca los momentos de fin y comienzo de cita.

Repentinamente, algo extraño pasa, monsieur Oscar se quita la chaqueta, recoge una peluca gris y enciende las luces de un espejo que está en la parte de atrás de la limusina y que hasta entonces no se nos había enseñado. Oscar comienza a peinar la peluca con tranquilidad.

La limusina entra a la ciudad, seguido por el coche de los guardaespaldas, aparcando ambos autos delante de un puente.

Los dos guardaespaldas y Céline se bajan de su respectivo coche y ayudan a salir del interior de la limusina a un transformado Oscar en una vieja mendiga jorobada y tullida.

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