Análisis de la película Un Padre No Tan Padre

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ANÁLISIS:

Con solo apenas iniciar la película, nos damos cuenta de uno de los personajes principales, Don Servando Manuel Guadalupe Villegas de la Garza, un señor malhumorado al cual no lo quiere ni su propio hijo y cuyo hijo no sabe de la existencia de su abuelo. Nos relatan que el señor Villegas fue echado del asilo donde se hospedaba debido a problemas financieros así que se decide ir a vivir con uno de sus hijo, cual única opción tiene a su último hijo Francisco Villegas.

Tan pronto que llegan a la casa nos podemos dar cuenta de los problemas que tiene Don Servando, todas las ideas de antaño que se carga, siendo un homofóbico a tal punto que a uno de los enfermeros del asilo casi le rompe una costilla e insulta a los compañeros de hogar de Francisco poniéndoles un mote, “muerde almohadas”, a un cubano le dice “negro”, diciendo que el nombre de René es de “puñal”, aún teniendo la idea de que su hijo debe casarse porque así es la costumbre, etc.

El señor Villegas no respeta a la gente en general, dándoselas de altanero ya que aparentemente tuvo una vida de pudiente, creyéndose con la autoridad de cortarle el pelo a su hijo a pesar de ya estar en la edad adulta. Inclusive mandó a llamar a un padre del pueblo para “guiar al camino correcto” a los habitantes de la casa ya que siguiendo sus principios, no considera que estén en lo correcto, opina que tienen un estilo de vida hippie el cual no le gusta en lo más mínimo, metiéndose sin disimulo en la vida de cada uno de los residentes del hogar de Alma, la pareja romántica de Francisco.

Después de unos acontecimientos desagradables causados por Don Servando, después de que quemó en invernadero de marihuana de uno de los habitantes de la casa, se dio cuenta que cometió un error muy grave, ya que esa marihuana era para sus dolores porque tiene cáncer de páncreas, de ahí en adelante Don Villegas se va dando cuenta de sus fallos cometidos dentro de esa casa, así que da un cambio repentino y poco a poco se va disculpando a su manera con los que les hizo algún daño, inclusive empeñando un reloj que parecía ser muy valioso para él.

El desenlace de la historia es muy emotivo porque uno se da cuenta de que no es fácil cambiar de la noche a la mañana y menos para un señor de la tercera edad, llegando a llevarse bien con todos los residentes a los que antes tenía en mala estima.

RESOLUCIONES PACÍFICAS:

Sinceramente encuentro demasiado difícil que una persona como él se pueda enderezar o corregir a una edad tan avanzada y que ya tenga sus valores y principios bien definidos. Siendo así mi opinión respecto al tema, las siguientes son las resoluciones que tendrían por lo menos algún efecto mínimo en el cambio de su actitud:

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