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CINE DE VIOLENCIA


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2012  •  3.185 Palabras (13 Páginas)  •  399 Visitas

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La violencia y el cine

El cine y la violencia siempre han andado unidos. Desde sus comienzos, el medio cinematográfico ha representado la violencia--recuérdese El nacimiento de una nación o Intolerancia, ambas de Griffith--en su afán por representar a la sociedad.l

La violencia es consustancial al ser humano; en unos produce repulsión y en otros fascina. Las personas somos violentas, mostramos nuestro lado oscuro alguna vez, bien sea por afán de poder, de riqueza, de ambición o por simple venganza. El cine no hace más que reflejar unos comportamientos, unas pautas.

En la década de los 30 surgía el cine de gangsters con personajes tremendamente violentos, bajo una sociedad opresora donde los jóvenes hacían de la violencia una forma de vida. El cien reflejó ese caos, ese imperio de terror que suponían tanto las mafias como el estado, pero casi siempre bajo una mirada moral que provocara la reflexión del espectador. Una película como Scarface, el terror del hampa de Howard Hawks en 1931 contaba el ascenso y caída de un gangster en la época de la ley secam advirtiendo en sus títulos de crédito sobre la plaga que amenazaba a una sociedad en crisis.

Otros autores, casi siempre europeos afincados en EEUU, reflexionaron sobre la violencia, transmitiendo de una forma implícita ese desasosiego en el espectador. Fritz Lang que ya había intentado denunciar ese imperio de terror que amenazaba a Alemania bajo el dominio nazi, dio sus mejores muestras en la industria americana. En una película como Furia (1936) el linchamiento frustrado y posterior venganza de un inocente supone un bofetón a nuestras conciencias, criticando la sinrazón que aupa a una comunidad a tomarse la justicia por su mano empleando métodos violentos. No solo los perdedores, los desclasados hacen de la violencia su armadura.

En esta década este tipo de cine más social, más realista veía la luz bajo una sociedad que había perdido sus valores. Pero otros géneros también se hicieron partícipes de esa sociedad en crisis y así el cine fantástico sorprendió con sus mejores obras donde se reflejaban las frustraciones y los monstruos que atenazaban a las instituciones y a los hombres. Tod Browning haciendo hincapié en la diferencia de unos seres desplazados por la sociedad que se unen para ejercer su venganza transgredía las normas en un film tan magistral como Freaks (La parada de los monstruos, 1932).

El western, género americano por excelencia, es la crónica de una época, la conquista del Oeste, y unas gentes que hicieron uso y abuso de la violencia para sobrevivir. La ley del más fuerte ante un medio hostil era la moneda de cambio legal. Grandes autores supieron captar la esencia de unos pueblos en eterna lucha.

La década de los 40 despertaba con una gran guerra. La sinrazón imperaba en Europe y el cine (panfletos propagandísticos aparte) se hizo eco de una violencia institucionalizada e intrínseca a cualquier conflicto bélico.

Entre tanto en plena guerra y posterior post-guerra surgía un cine que ahondaba más en la psicología de los personajes y versaba sobre una temática referida al crimen y la violencia de una sociedad concreta. El cine de gangsters evolucionaba mostrando el lado más oscuro de las instituciones y las personas.

El último refugio (1941) de Raoul Walsh nos presentaba a un personaje perdedor, perseguido hasta la muerte como si de una fiera se tratara (apodado "perro rabioso Earl") consiguiendo un efecto transgresor con su film.

Un principiante John Houston, que había realizado algunos guiones memorables, realizaba su ópera prima El halcon maltés, donde la ambición y el dinero eran el motor de sus personajes. Unos individuos que no dudaban en matar para conseguir sus objetivos.

El cine volvía a hacerse eco de unos comportamientos violentos aportando en muchos casos una mirada moral, dotando de ambigüedad a cada uno de sus personajes, difuminando la frontera existente entre el bien y el mal. Pero las aproximaciones más sinceras y más provocativas estaban por llegar. La expresión de la violencia más explícita y más cruel que aparecía en la década de los 50 presagiaba la violencia virulenta de los 60

La violencia hacia la mujer en el cine

El cine, desde sus comienzos, ha filmado con mucha dureza la violencia, que se ha visto acrecentada durante las últimas décadas. La violencia filmada contra la mujer refleja una actitud real de la sociedad, un documento fehaciente de la conducta humana y al mismo tiempo una denuncia contra esa misma situación de indefensión psíquica, física y cultural. Si bien es cierto que todo se ha filmado, incluso la justificación de esa violencia, lo más normal es que el cine, con sus duras imágenes en muchas ocasiones, saque a flote una situación para que el espectador por sí mismo extraiga sus propias conclusiones, normalmente negativas al maltrato a la mujer en lo que ser refiere a la violencia física, no tanto, o mucho menos cuando la violencia es sexual o psicológica.

Otras veces, los mismos personajes de la película, defienden a la mujer, o ellas se vengan por sí mismas. El manantial de la doncella (Jungfrukällan, 1960), de Ingmar Bergman, o Sin perdón, (Unforgiven, 1992) de Clint Eastwood, son películas de castigo y venganza hacia quién maltrata a una mujer, en el primer caso una doncella violada y asesinada por unos bandidos, en el segundo caso basada en su totalidad en la venganza de unas mujeres que contratan a un pistolero por unas lesiones brutales producidas a una mujer en un burdel. Una película muy significativa es El color púrpura (The color purple, 1985), de Spielberg, en el que varias mujeres, maltratadas por sus maridos o amantes, van liberándose paulatinamente gracias a su solidaridad, a la educación o a la lectura. En muchos casos es la propia mujer la que hace su propia justicia Thelma y Louise(1991), de Ridley Scott vengándose de los agresores e imponiendo sus propias leyes.

En cuanto a la violencia doméstica, el cine ha reflejado siempre lo que la sociedad de cada época ha vivido. El cine ha aceptado en ocasiones, como la propia sociedad, la figura decorativa o sumisa de la mujer, la dependencia de ella hacia el hombre. En otros casos, la mujer ha sido libre, dominante muchas veces, aventurera otras, malvada en muchas. La mujer en el cine ha tocado todos los papeles.

El cine ha reproducido también el lenguaje sexista, imponiendo la violencia que se transmite a través del lenguaje, cuando se reproducen los comportamientos de una sociedad en la que predomina la cultura y la ley del varón, cuando se presenta a la mujer como simple objeto sexual, expresando la relación de desigualdad entre hombres y mujeres,

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