Doce Hombres En Pugna

La esencia de la película es mostrar un proceso deliberativo, el que en un comienzo semejaba ser un caso cerrado. Una tarea fácil, rápida y de veredictos unánimes debido a las pruebas, testigos y antecedentes que hacían evidente la culpabilidad del condenado en el crimen.

Comienza el altercado cuando uno de los 12 jurados, personaje de carácter fuerte y persuasivo, manifiesta un voto contrario al de todos los demás; no culpable. Esto lo hace no porque crea en la inocencia del acusado, sino para promover una discusión donde se expongan evidencias concretas para poder dictaminar fehacientemente un veredicto justo. Aquí comienza a liderar un didáctico proceso de duda razonable en la sentencia final del grupo mediante una acalorada disputa, logrando que se expongan nuevos y válidos argumentos, que en el transcurso de la película causan cambios en los fallos de los otros participantes y nuevos altercados.

Al comienzo, los jurados no comprenden que exista alguien opositor a sus resoluciones y le piden a éste que explique el porqué del desacuerdo con la mayoría. En su respuesta, pide a los demás miembros que comenten las razones de la culpabilidad del acusado. El primero en responder dice no saber y no poder explicarlo, simplemente era culpable. En este punto se identifica poca seriedad e importancia en el manejo del caso y el interés de un juicio fácil y rápido. El jurado pretendía condenar a pena de muerte a una persona, sólo porque las circunstancias indicaban ser el ejecutor del asesinato sin analizar previamente y en profundidad las pruebas y evidencias del caso. Luego de manifestarse una duda razonable entre los miembros, el proceso deliberativo se vuelve denso y acalorado.

Es congruente plantearse el tema de la ejecución de los derechos humanos en lo anteriormente expuesto, ya que lo que estaba en tela de juicio era la vida de una persona, tomándose el jurado con ligereza el dictamen de si el acusado debía morir.

Destacamos la dificultad de deliberar correctamente y de tomar decisiones. Para algunos asumir que sus propios puntos de vista no eran absolutos generaba alteraciones, tratando de imponerse unos sobre otros, según sus distintas arbitrariedades y limitaciones; psicológicas, educativas, caracterológicas, etc. evidenciándose las diferentes personalidades de los involucrados que no se conocían entre ellos, lo que dificultaba más aún el proceso.

Estos 12 hombres representan sus respectivas opiniones de acuerdo a su forma de ser. Distinguimos a un líder, a un observador, un indeciso, un inseguro, una persona firme en sus creencias, otra neutra, una persona violenta, avasalladora e imponedora, otra intimidante, dentro de otros. De esta manera, la película examina los prejuicios personales, sus sesgos perceptuales y debilidades, indiferencia, ira, los rasgos de personalidad y diferencias culturales que amenazan con

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