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El Son De Los Diablos


Enviado por   •  8 de Mayo de 2013  •  2.516 Palabras (11 Páginas)  •  1.047 Visitas

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EL SON DE LOS DIABLOS

INTRODUCCIÓN

Esta danza, expresa “un pedacito de la historia nuestra” pero ya no solamente respecto a nuestra raza nativa, cuyas vicisitudes históricas se expresan de alguna manera en danzas andinas.

A la opresión y la explotación de nuestra raza se agregó la raza negra, las cuales juntaron su expresiones culturales dando origen a una serie de bailes y danzas donde se juntan en simbiosis tanto la cultura andina, la cultura negra e impositivamente la cultura dominante extranjera. Una de estas el SON DE LOS DIABLOS.

ANTECEDENTES, ORIGEN E HISTORIA

José Durand, Fernando Romero y Nicomedes Santa Cruz, grandes investigadores de la herencia Africana en el Perú, encuentran los orígenes del Son de los Diablos tanto en el teatro litúrgico medieval y celebraciones del Corpus Christi en Europa como en antiquísimos ritos africanos donde existe un personaje llamado el “gnanga” o “brujo”. De acuerdo a Nicomedes Santa Cruz fue en este personaje en quienes los colonizadores españoles encontraron inspiración para catequizar a las poblaciones negras de América. La presencia de esta cuadrilla de diablos no es exclusividad ni de Lima ni del Perú. El limeño Son de los Diablos “tiene su equivalente en los lambayecanos diabólicos de Túcume, los liberteños diablos de Huamachuco, los cusqueños diablos (“saqra”) de Paucartambo, en la diablada de Puno y en otras danzas tanto en Perú como en casi toda Latinoamérica”. Y aunque esta danza dejó de ser practicada hace varias décadas en las calles de Lima, es gracias al pintor mulato del siglo XIX Pancho Fierro y sus acuarelas costumbristas, a testimonios de personas que llegaron a presenciar u oyeron hablar de la danza del Son de los Diablos y a adaptaciones teatrales por grupos de folclor que aún podemos imaginar y recrear esta danza en el presente.

SOBRE SUS ORÍGENES.

Roberto Rivas escribe que la aparición de los diablos, tanto en Europa como en el “Nuevo Mundo” coincidía con la fiesta del Corpus Christi, y/o también llamada la celebración del Santísimo Sacramento de la Eucaristía. Esta fiesta apareció en Europa en 1264, diseñada por santo Tomás de Aquino a pedido del Papa Urbano IV, y fue difundida por América con la Conquista en el siglo XVI, alcanzando su apogeo en el siglo XVII. Esta festividad fue concebida como la celebración del Cuerpo de Cristo (cabeza y cuerpo) y ello explica por qué en esta fiesta debían estar presentadas todas las corporaciones, instituciones y autoridades civiles y religiosas de la ciudad, guardando determinado orden jerárquico.

Sus orígenes lo encontramos (paralelamente) tanto en el Teatro Litúrgico Medieval y Cultos Sacramentales, así como en antiquísimos ritos Africanos del Congo, Calabar y la Guinea, sin descontar equivalencias litúrgicas Precolombinas.

Nicomedes Santa Cruz nos dice que en las colonias de América con los negros esclavos e indios sojuzgados y bajo la sutil apariencia de un día de total “libertad”, el dominador invitaba al dominado para que practicara sus más espectaculares danzas ancestrales. El fin que se perseguía era utilizar su cultura “pagana” como encarnación del “mal” y relevar así la sagrada imagen del “bien”, identificando a los primeros con el propio diablo. “El éxito de tan peregrina empresa fue tal, que hasta los propios dominados terminaron en muchos casos por admitirse diablos y aceptar gustosos su papel” (N. Santa Cruz 34). Y aunque la danza de diablos tiene su origen en España, los afro descendientes la fueron haciendo suya. Los negros agrupados barrialmente después de la independencia (1821) y durante los primeros años del siglo XX, vivían en callejones cerca de iglesias, plazas locales y pulperías, lugares donde éstos celebraran diversas fiestas populares. Esta experiencia influenció la formación de la identidad afro peruana (Panfichi) y fue en estos barrios donde se originaron las diferentes cuadrillas del llamado Son de los Diablos.

Denys Cuche (1975) “al igual que en la actualidad, los blancos utilizaban al negro para su diversión. Así en las procesiones religiosas, gran entretenimiento del siglo pasado, los amos “disfrazaban” a sus criadas negras para que el espectáculo fuera más vistoso”. También los ricos blancos pagaban los gastos de disfraces del famoso baile negro “son de los diablos” que acompañaban distintas procesiones y así hacían más felices a sus hijos.

Ya en el siglo XIX, algunas acuarelas del pintor mulato Pancho Fierro (1803-1879) muestran épocas anteriores del “Son”, quizás cuando su aparición coincidía con la Epifanía, Cuasi modo o bien precediendo la Procesión de la infraoctava del Domingo del Corpus.

En tal época se llamaban Diablitos y Fernando Ortiz, el sabio Profesor Cubano, en minuciosos estudios nos dice que fueron los ñañigos del culto Abakúa quienes en la Habana representaron tales mojigangas (vocablo Africano).

Más de un siglo antes del descubrimiento, ya en la península Ibérica, Arabes y Judíos ( como más tarde aquí en el Nuevo Mundo los negros esclavos) fueron encomendados por los cristianos para representar el “Mal”, pero tal parece que los Africanos, enterados del espíritu religioso de estas fiestas, efectuaban ritos equivalentes de su propia religión.

Finalmente, los Diablitos fueron trasladados a las fiestas de “Carnaval” siendo Don Francisco Andrade más conocido como “Churrasco o Ño Biste”, el último diablo mayor que viera Lima, zapateando en la puerta de pulperías y comandado su cuadrilla al estentóreo grito de :

¡Diablo ¡...huuuuuuuh!

Diablo ¡...huuuuuuuh!

Ya en el siglo XIX, quizás por la decadencia del dominio Clerical y el arraigo popular que alcanzaron las Diabladas, o quizás por los cambios consecuentes a la instauración Republicana y la posterior abolición de la esclavitud, lo cierto es que en muchos pueblos de Nuestra América se traslado la aparición de los Diablitos a otras fechas, como el Carnaval o la Fiesta Patronal de cada Pueblo.

El Son de los Diablos desapareció de las fiestas populares callejeras de Lima más no del repertorio musical y danzario costeño peruano. Esto se logró gracias al trabajo difusor de Nicomedes y Victoria Santa Cruz durante los años 1960’s y 1970’s. Dicha danza fue recreada y adaptada para el espacio teatral, y fue difundida por Teatro y Danzas Negro del Perú y posteriormente por el Conjunto Nacional de Folclor, ambas compañías dirigidas por Victoria Santa Cruz. Posteriormente el Son de los Diablos quedó en el esfuerzo de algunos grupos de folclor afro peruano y ha llegado a nuestros días coreografiado y adaptado para el escenario, probablemente un Son de los Diablos muy diferente a aquel bailado en su contexto original .

EL SON DE LOS DIABLOS VUELVE A LAS CALLES DE LIMA.

En el año 1986 un grupo de afro descendientes peruanos asumieron la necesidad de unir a todos los negros del Perú para defender su cultura y tomar una actitud unida frente a la adversidad. Es así como se forma el Movimiento Negro Francisco Congo (MNFC) cuyo objetivo principal es el de rescatar y dar a conocer la tradición cultural negra. El primer paso que da el MNFC es el de retomar el Son de los Diablos y llevarlo nuevamente a las calles de Lima para reivindicar y difundir la ancestral cultura popular negra peruana.

Uno de los miembros iniciadores del MNFC fue Juan Carlos “Juanchi” Vásquez, cuya amistad con el Grupo Cultural Yuyachkani (en lo sucesivo GCY) fue clave en lo que sería el regreso del Son de los Diablos a la celebración del carnaval en las calles de Lima. Con este fin, se convocó a los miembros del MNFC, a bailarines, músicos, actores y amigos. El 30 de enero de 1988 y bajo la dirección de Juanchi Vásquez, comenzaron los ensayos en el patio de la mecánica de uno de los miembros del MNFC. Fueron doce sesiones de trabajo que comenzaban con ejercicios rítmicos como calentamiento, para luego ir aprendiendo cada paso de la coreografía. Ana Correa, actriz integrante del GCY recuerda:

"fueron atardeceres muy hermosos en donde nos juntamos gente negra, zamba, chola, blanca entre 10 y 60 años, todos tratando de aprender lo mejor posible los pasos, la cajita, la quijada, el cajón, la quimba, el sabor. La parte del fondo de la casa agarró una imagen de solar viejo que se completaba con el caño en la esquina del patio. Fue nuestro ‘callejón de un sólo caño’ durante todo el mes de febrero (Correa 1988).

También en Yuyachkani, con la ayuda de los mascareros Silvia Chávez y Jorge Baldeón, se condujo una intensa investigación al igual que un taller de máscaras para los participantes. Fue así como se creó la máscara del Diablo Mayor y aparecieron los demás diablos para aquella comparsa.

Los últimos tres grandes ensayos se realizaron en el Campo de Marte, los dos primeros con ropa de trabajo y máscaras y el último con todo el vestuario completo. El día 27 de febrero fue el Carnaval Negro 1988.

Un cambio interesante que se dio en esta ocasión fue la introducción del cajón a la comparsa del Son de los Diablos. Hubieron aproximadamente cinco cajones, dos o tres guitarras e incontables cajitas y quijadas que se fueron uniendo a la comparsa conforme iba avanzando el desfile.

La comparsa del Son de los Diablos siguió saliendo en años posteriores por diferentes barrios y en fechas diversas, aunque eventualmente volvió a desfallecer la meta de revivirla como la gran celebración del carnaval limeño. El Son de los Diablos surgió localmente en barrios populares como Comas y Villa el Salvador y en otras regiones del país gracias a que integrantes del GCY.

RESEÑA HISTORICA

Género: Es una danza carnavalesca y satírica; aparentemente es religiosa.

Etimología: Son de los diablos se refiere a la expresión musical y dancística de ciertos personajes de triple procedencia:

• De la religión Cristiana: Diablos

• Antiguos ritos y creencias africanos ( Congo, Calabar y La Guinea)

• Del Panteón de la cultura andina: Los Supay.

LOS TERMINOS “SON” Y “DE LOS DIABLOS”

El diccionario de la Real Academia define “son” como “sonido que afecta agradablemente el oído, con especialidad el que se hace con arte”, pudiéndose que como americanismo se aplica a muchas composiciones de música, cantos y bailes, generalmente de carácter popular; pero particularmente de origen africano común entre los negros y de meneos torpes y lascivos, de movimientos y contorneos sensuales.

Se dice de esta denominación en su conjunto, se aplico a un desprendimiento de la mojigansa ya morena que nos vino de España, en la cual aparecían mucho los “diablos” (que en realidad eran gangas osea hechiceros) que los negros introdujeron en las procesiones del culto católico, los cuales se añadieron a los diablos europeos que aparecían ya, en los actos procesionales peninsulares.

CONTENIDO: Debido a su múltiple carácter y precedencia su contenido principal se bifurca:

a) Aparentemente representa el triunfo del demonio ante la muerte durante la Semana Santa.

b) Es una sátira que haciían los negros rebeldes o libertos de los Palenques hacia la Religión dominante y mas bien representaban a sus diablos nativos ( en el Perú) eran muy respetados y queridos: los Supay.

* El Diablo Mayor y su séquito desean llevarse el alma de un hombre, pero la Viuda se resiste.

PERSONAJES:

El Diablo Mayor, personaje especial de esta danza que se caracteriza por estar armado de un látigo así como un lápiz y un cuaderno viejo; este diablo se acerca a los espectadores para mirarlos, tocarlos, olerlos y luego de mover la cola y la cabeza en señal de mal augurio apunta su nombre en la lista de candidatos para el infierno que tiene en el cuaderno en otras ocasiones el diablo mayor, dibujaba en el suelo una cruz, para obligar a los demás demonios a inclinarse ante ésta y besarla utilizando como medio de persuasión su látigo que frota con fuerza en tono amenazador.

Primer capataz y segundo capataz: encabeza el grupo de diablos, en algunas poblaciones los cuentan varias veces antes de entregarlos al "perrero", personaje encargado de velar por su número, orden y evitar la interrupción de personas ajenas, apartándoles con gestos a veces cómicos, como rasgo de diferenciación de estos se puede señalar que el primero de estos cuenta con cuatro cuernos a diferencia del segundo que solamente posee tres.

Diablos: representan el cuerpo de baile subordinado a las órdenes de los capataces, estos se caracterizan y diferencian por solo contar con dos cuernos en su máscara.

La viuda :es el personaje que se resiste y debe pagarle un aguinaldo al diablo mayor ,pero no alcanza ,pidiéndole la misma para que el publico ayude con las prendas u ofrendas al colocarse un pañuelo de colores en el hombro ,envolverá su n donación y lo arrojara al centro del circulo de los diablos hasta que alce la suma luego vendrá la lucha con el arcángel , que sale triunfante y recoge al alma y a la viuda.

VESTUARIO DEL SON DE LOS DIABLOS

La información más completa de cómo fue el vestuario utilizado durante el siglo pasado en la representación del son de los diablos en lima, nos la ofrece el pintor costumbrista Pancho Fierro, quien, en sus acuarelas ha tomado esta danza como tema central, donde se puede apreciar, por ejemplo, al diablo mayor y como está vestido.

1. De toda indumentaria, lo más resaltante es la máscara que le cubre parte del rostro; confeccionada de cartón o papel remojado unida con pegamento. Esta masa sirve para modelar una cara grotesca que representa al demonio; ojos saltones, cachos, orejas de burro, barba o bigote. terminando en un gorro adornado con plumas de colores. También usa una peluca hecha con cola de caballo pintada de rojo.

2. La blusa está confeccionada con tela de algodón, los colores varían de acuerdo al gusto del usuario, en cambio, el diseño si es uniforme: escote redondo con cuello bebe, mangas bombachas recogidas con el codo, llevando una terminación, tanto en el borde de la manga como en el borde del cuello, de tira bordada. La blusa ceñida al cuerpo es recogido en la cintura formando una especie de faldín. Es abierta en la parte posterior.

3. El pantalón como todos los de la época es de influencia española: hasta la media pierna y abierto en la parte final de los lados exteriores de la pierna; también es confeccionada en tela de algodón y el color es siempre en contraste con la blusa y, al igual que esta, tiene como adornos bobos de tira bordada o encaje, los que se colocan en el contorno de la cadera y se ubican también en cada pierna a una distancia de cinco cm, aproximadamente (por lo general llevan hileras). Del final de la pierna sobresale un bobo blanco, también adornado con tira bordada.

4. En los pies, usan medias de color blanco hasta la rodilla. Como calzado llevan zapatillas de soga de color negro con espuelas de plata.

5. En la cintura y sobre la blusa, se colocan una cinta terminada en listón, es de color diferente de la blusa y pantalón.

6. Por otro lado, el diablo mayor lleva un látigo en la mano derecha.

INSTRUMENTOS.

Los instrumentos utilizados eran :el arpa, violin, quijada de burro, la cajita, la guitarra y se sumo a estos instrumentos el cajòn y la guitarra. En la actulidad los instrumentos utilizados son:

• La Quijada de burro.

• La Cajita.

• El Cajón.

• La Guitarra.

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