Exploradora Es curioso como dos personas que tienen que estar juntas, no lo hacen hasta que es el momento indicado.

Exploradora

Es curioso como dos personas que tienen que estar juntas, no lo hacen hasta que es el momento indicado. Pueden estar muy cerca el uno del otro, ya saben, en los mismos lugares, como conciertos, cafés, en la escuela, o simplemente pueden vivir en la misma calle pero no lo saben, a pesar de que se lleguen a cruzar de repente por la calle o estén escuchando al mismo artista pero en diferente parte del escenario, no saben que tiempo después tendrán una historia juntos, seguirán yendo a los conciertos pero ahora lo harán juntos, ahora se sentarán juntos en la sala del cine. No lo saben porque eso es lo increíble del destino, de las coincidencias o del futuro, si prefieren llamarle así.

Desde que estaba en la universidad decidí que terminando la carrera me tomaría un año para viajar y ese año había llegado. Decidí que mi viaje sería tipo “mochilazo”, ya saben, viajar en metro, tren, avión, hostales bonitos, conocer gente y sobre todo disfrutar todo lo que pasara, bueno o malo.

Me encanta la música, así que mi viaje estaría repleto de festivales, eso era lo más importante para mí; cantar bailar y conocer esos festivales que sólo veía en fotos cuando estaba en la universidad.

Mi viaje comenzó en marzo, la primera parada fue Austin, en el festival SXSW. Estaba realmente emocionada porque estaría en un festival que dura 20 días, necesitaba que alguien me pellizcara. Durante esos 20 días conocí bandas con nombres que apenas y logras pronunciar, asistí a conferencias increíbles y vi muchísimas películas. ¿qué si terminé cansada? Claro, pero eso apenas comenzaba, cuando el festival terminó sólo tenia pocas semanas para planear mi siguiente parada: Coachella en Indio California, tres días de música, arte, comida deliciosa y fiestas increíbles como Neon Carnival me hacían saltar como niña pequeña. Me convencí de que el viaje sería más divertido en carro y así lo fue, el paisaje era hermoso y encontré todo tipo de cosas en el camino además de que conocí gente increíble, esas que te cuentan historias raras en esas cafeterías que están junto a la carretera. Cuando llegué a california aun faltaba un día para que comenzara Coachella, así que tuve tiempo de descansar y organizar los tres días de festival.

Empezando el festival, o sea el viernes, empecé viendo las obras de arte y ahí conocí a unas chicas increíbles con las que estuve durante los tres días que duró el festival, lo más increíble de todo es que estábamos hospedadas en el mismo hotel, esos tres días juntas fueron los mejores, bailamos, cantamos y nos hicimos buenas amigas, a tal grado que cuando llego el momento de despedirnos lloramos como niñas de prepa. Para mí, eso es lo increíble de la música, su poder para unir gente. Si pudiera describir con una palabra a Coachella, seria: INOLVIDABLE.

Tenia un mes y medio libre para conocer california antes de partir a New York, y eso hice. Estuve en diferentes hoteles, caminé bastante, paseaba en bicicleta y conocí lugares muy bonitos como Santa Mónica, Venice Beach, Beberly Hills, Hollywood Sign (que ni es tan cool como pensaba), LACMA (me tome una foto obviamente), Abott Kinney Blvd, Disney y por si fuera poco me di una escapada a Salvation Mountain(una montaña llena de amor, literalmente).

Ya es junio y siento que el tiempo ha pasado volando, ya estuve en dos estados diferentes y ahora estoy hasta el extremo del país con un clima increíble y con muchas ganas de conocer New York, la verdad no sabía que esperar de Governors Ball porque fue hasta inicios de año que escuche sobre el festival, lo que sí sabia es que iba a ser otra experiencia increíble y que los días que estuviera aquí tenia que aprovecharlos al máximo. Conocí Brooklyn, el MOMA, Central Park, Times Square y todas esas tiendas y lugares hermosos que veía en Gossip Girl y que juré que tenía que conocer. El fin de semana en el que se llevó a cabo el festival volví a ver a una de mis bandas favoritas, Haim y conocí a un fotógrafo con el que tuve unas platicas increíbles y me enseñó varias cosas, me mostro lugares increíbles, lo más cool de todo es que me invitó a vivir con él los días que estuve en New York, que fortuna los que viven en esos departamentos con vistas increíbles, por un tiempo pensé en quedarme ahí, con él, con la fantasía. Él fue uno de esos amores que sabes desde el principio que no va a funcionar pero aun así te arriesgas. Fue el mes más romántico de la vida que cuando tuve que irme, no pude evitar llorar, nos limitamos a abrazarnos. Cuando estaba apunto de abordar, me di la vuelta y sonreí.

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