La música En El Cine
mateus22 de Octubre de 2012
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LA MÚSICA EN EL CINE
La música en el cine
1. Los principios básicos de la música en el cine. De la diégesis a la paráfrasis. La percepción auditiva frente a la percepción visual.
La música es capaz de transformar las imágenes cinematográficas. Les puede conferir carácter épico o trágico, pero también íntimo o trascendental. Acelera la percepción del ritmo y añade fluidez y rapidez. Crea un decorado y nos ayuda a identificar la temática (por ejemplo, el uso de un coro remarca el carácter trágico o épico de la historia). Las claves del uso de la música en el cine que se mantienen en la actualidad nacen en la tradición europea, pero se desarrollaran y popularizaran en el cine americano. Aún así se pueden encontrar diferencias entre ambas cinematografías. Mientras en la americana la música sirve principalmente para crear espectáculo o entretenimiento, en la tradición europea, la música participa en la interiorización de los personajes, siendo un vehículo para revelar sus estados de ánimo y sus pensamientos.
Hay una serie de términos necesarios para comprender el papel de la música en el séptimo arte:
Diégesis. Corresponde a todos los elementos que usamos para contar una historia. La música es parte de ella, aunque no veamos la orquesta que la toca. La música en películas se denomina diegética si lo que suena es parte de lo narrado. De este modo, si uno de los personajes está tocando algún instrumento musical, o reproduce un disco compacto, el sonido resultante es diegético. Pero
cuando la música que escuchamos no está justificada por las imágenes y sabemos que los personajes no son conscientes de que suena, se denomina música extradiegética o incidental.
En ocasiones lo que parece extradiegético se nos revela al final de la escena como diegético para sorprender al espectador. Culturalmente hacemos asociaciones entre unos sonidos, melodías o instrumentos con algunas escenas cinematográficas, como por ejemplo el sonido del arpa con el comienzo de un sueño, que le sirve a Woody Allen para uno de sus gags en Bananas. Otras veces, la música que es diegética en una escena sigue sonando en la escena siguiente, convirtiéndose en extradiegética. En los montajes paralelos, donde se narran dos historias que ocurren a la vez en lugares diferentes, la música que es diegética en una escena puede convertirse en extradiegética en la siguiente, para volver a la escena anterior y ser de nuevo diegética.
Paráfrasis y contrapunto. Llamamos paráfrasis obvia la situación en la que la música nos cuenta lo mismo que las imágenes. Pero si la escena se transforma y continua sonando la misma música, por ejemplo pasando de una escena romántica a una trágica, la música sirve para resaltar el vuelco de la situación, lo que se denomina contrapunto. En ocasiones la música no acompaña lo que expresan los actores, sino que desvela algo que no dicen. Por ejemplo, la conversación de una pareja acompañada de música romántica puede revelar al espectador que el amor surgirá entre los personajes. A esto
se le denomina paráfrasis oculta.
Cambios de significación/expresión. La música puede cambiar totalmente el significado de un diálogo y convertir una escena en cómica, o sensual o terrorífica. Si es cálida, el espectador percibe mejor los elementos cálidos. También ayuda a centrar la atención en los elementos que se mueven con la música, cuando hay varios en pantalla. Por último, las vivencias del espectador contribuyen en el proceso perceptivo de la música y las imágenes y condicionan toda la experiencia.
La persistencia retiniana. La imagen visual se fija en la retina durante una décima de segundo. Cuando el cine comenzó a dar sus primeros pasos, la persistencia retiniana fue el argumento dado para explicar su funcionamiento. Para crear sensación de movimiento, se colocan varias imágenes estáticas y se pasan rápidamente ante los ojos del espectador (24 por segundo en el cine). Este principio fue usado en varios aparatos como el zootropo o la linterna mágica para el entretenimiento. Pero debido a la persistencia retiniana, lo que deberíamos ver serían imágenes borrosas. Hoy se cree que el responsable de la percepción del movimiento es el cerebro, que integra la información que el nervio óptico manda al núcleo geniculado lateral. Los estudios de Hoffman en pacientes con akinetopsia revelaron la presencia de lesiones cerebrales, pero retinas sanas, apoyando esta teoría.
2. El cine mudo y sus músicas. Cómo se acompañaban las películas mudas. Los ritmos visuales y los Cue Sheets.
Es difícil estudiar la música que se usaba en las películas mudas, puesto que era interpretada en directo o iba grabada en un disco, y en cada sala se podía usar una música diferente. Por ello hoy a la hora de reeditar estas películas se puede componer música nueva o elegir música no original en vez de investigar el tipo de música que se tocaba.
Las películas se proyectaban inicialmente en ferias o cabarets. Eran simplemente una curiosidad, un espectáculo, sin sentido artístico ni comercial. La primera proyección pública fue realizada en Berlín en los jardines de Wintergarten, el uno de noviembre de 1895, por los hermanos Skladanowsky. Acompañaron las imágenes con música ligera y popular, con la única finalidad de entretener, y proyectaron las imágenes en una pantalla blanca. El aparato con que registraron las imágenes, su bioscopio, sólo podía registrar 8 imágenes por segundo y las proyecciones eran de mala calidad. Fueron Louis y August Lumière los que crearon un aparato que servía para grabar y proyectar con mucha más calidad, que denominaron cinematógrafo. Tras presentar su invento, lo usaron como espectáculo de pago por primera vez el 28 de diciembre de 1895, en el Salón Indien del Gran Café de París, donde proyectaban películas cortas como La salida de los obreros de la fábrica, El desembarco de los congresistas en Lyon, El desayuno del bebé, El regador regado, La llegada del tren a la estación o los primeros “trucos cinematográficos” en el Derribo del muro. A diferencia de las películas
de los Skladanowsky, en las de los Lumière había planificación, cuidado de la luz y de vestuario, pero seguían careciendo de un hilo narrativo, mostrando únicamente escenas de la vida cotidiana de carácter documental.
Pero su invento se popularizó rápidamente y en Europa y América se proyectaban películas en cafés o pequeños teatros. Para disimular el ruido que hacían las máquinas de proyección y el público, para amenizar a la audiencia y atraer su atención sobre la película, algunos propietarios contrataron a músicos que tocaban el piano. También introducían el ambiente de la película, destacaban detalles y marcaban el ritmo. A veces otros instrumentos acompañaban al piano, como los violines. En ocasiones había una orquesta entera, cuartetos vocales junto a un órgano o el público cantaba. El órgano Wurlitzer, capaz de producir efectos sonoros, era muy útil para crear el ambiente. Los músicos utilizaban ritmos rápidos para las persecuciones, sonidos graves para los momentos de intriga, melodías románticas para las escenas de amor… Por ello, el papel del pianista era decisivo para el éxito de una proyección. Se esperaba que tuvieses capacidad musical y lado cómico, que prestase atención al ritmo de la proyección y suavizara las transiciones. La música usada generalmente era popular, pero también se usaron música clásica e himnos, e incluso jazz y ragtime. En Europa es muy frecuente el uso de composiciones clásicas e incluso músicos clásicos como Satie, Saint- Saëns o Lévy componen música para cine.
El moderno Sherlock Holmes (Sherlock Jr, Buster Keaton, 1924) y El gran espectáculo (The playhouse, Buster Keaton, 1921) son películas de la época donde aparecen proyecciones. En ellas se aprecia como eran los primeros cines y la distribución de la orquesta en el foso acompañando la proyección. En estos cines, el tamaño de la sala obligaba a prescindir del uso exclusivo de pianos y recurrir a orquestas, para las cuales se hacían arreglos similares a los que se hacían para piano.
En Europa surgió la necesidad de que la música tuviera fines expresivos, y por lo tanto de crear una música que acompañara a unas imágenes concretas. Esto ocurrió por primera vez en 1908, fecha en la que el compositor francés Saint- Saëns compuso la primera banda sonora para la película titulada El asesinato del duque de Guisa (La Mort du duc de Guise, Charles le Bargy, 1908). Sin embargo los compositores clásicos no triunfaron componiendo música para las películas. Las grabaciones de la época eran muy malas, la reproducción se hacia en salas que no estaban diseñadas para tal, y la película podía ser modificada antes o después de su estreno, haciendo que se perdiera totalmente la sincronía entre sonido e imagen. En Viaje a la luna (Le Voyage dans la Lune, Georges Méliès, 1902) la música ofrece continuidad y enlaza las diferentes escenas. La música y la escenografía siguen teniendo mucha influencia del cabaret, mostrando números de magia, acrobáticos y mujeres.
En Norteamérica, los productores mandaban instrucciones
o sugerencias a los pianistas con el tipo de música que correspondía a cada escena, denominadas Cue Sheets. A veces eran muy precisas, indicando la composición que debía sonar en determinada escena y otras daban vagas instrucciones, como música romántica o quejumbrosa. Dado que el proyeccionista controlaba la velocidad de las imágenes,
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