Reseña del niño del pijama de rayas

“el niño del pijama de rayas"

Novela de genero drama escrita por el autor Irlandes John Boyne publicado en enero del 2006. Ganadora de dos Irish Book Awards y finalista del British Book Award. El libro tuvo un éxito total, fueron vendidas más de 6 millones de copias en lo que va el 2018 y ha sido traducido a más de 30 idiomas. El éxito fue tan grande que fue llevado a la pantalla grande en 2008, justo a los 2 años de su estreno en libro. A pesar de las grandes críticas y el tema tan delicado que se toca en el libro como es el holocausto, el autor narra que siempre trato atrapar al público juvenil, pero al igual llamar la atención de adultos.

El libro nos adentra en una época durante la segunda guerra mundial, donde nos hacen enfocarnos en bruno, un niño alemán de 9 años hijo de un militar nazi. El libro se narra desde la perspectiva de bruno, una perspectiva bastante inocente, lo que hace que las cosas se suavicen un poco a pesar de que la historia en su mayoría se desarrolla en un campo de exterminio en la época de holocausto.

El libro comienza con bruno llegando a su casa y se encuentra a María, la criada de la familia, recogiendo las cosas de su habitación, con la noticia que la familia de bruno tiene que mudarse de Berlín debido a que su papá fue ascendido y tienen que irse a vivir al campo de exterminio Auschwitz. Aun con no toda la aprobación de la familia, ellos se con tal de apoyar a su padre deciden mudarse.

Bruno al enterarse de la noticia estaba bastante preocupado debido a que pensaba que lo mandarían a algún lado debido a algún mal comportamiento en los días anteriores. Al hablar con su madre, el seguía bastante nervioso y quería alguna respuesta si en verdad seria mandado a algún lado por portarse mal o solo se cambiarían de casa. Al hablar con su madre, aclaro el punto que se mudarían por el trabajo de su papá.

Aunque Bruno desconocía hasta cierto punto el trabajo de su papá, sabía que era un trabajo muy importante, que su jefe tenía demasiados proyectos importantes para él y que tenía un traje fantástico. Pero desconocía de cierto modo en que trabajaba. Donde su mamá le confirmo que era un trabajo para un hombre muy especial y que se podría ir solo, pero añoraría a su familia y por eso debían apoyarlo.

Bruno parecía bastante triste y nostálgico por toda la mudanza, aun desconocía el punto final de su partida. Estaba preocupado por la casa, el cocinero, la criada por todo en general, pero en especial por la escuela y por sus amigos (Karl, Daniel y Martin) El saber que no estaría por un largo tiempo, el saber que no podría reunirse como él quisiera con ellos y que tal vez perdiera comunicación con ellos.

El pequeño bruno tenía una imaginación enorme y le gustaba mucho el explorar, por eso le costaba tanto desprenderse de la casa, ya que era una casa enorme de 5 plantas y a diferencia de la pequeña casa de campo de 2 plantas a las afueras de Berlín, al pequeño le parecía bastante poco. La casa nueva estaba totalmente aislada de otras, simplemente era una simple casa en medio de la nada.

A pesar de todo la madre de bruno trato de hacerle entender a bruno que todo lo que estaba pasando era para el bien del trabajo del padre, y que al mal tiempo deberían darle una buena cara. Y a pesar de todo esto Bruno seguía insistiendo que debían regresarse a su casa en Berlín y volver todo a la normalidad. Bruno temía de su Padre, temía que él lo reprendería debido a que no quisiera estar en el lugar nuevo.

Al explorar la casa, bruno se encontró con lo que había pensado, que en realidad la casa era fea, fría y poco agradable para ellos. En realidad, no había mucho que explorar y a pesar de que llego a buscar por toda la casa solo llego a encontrar soldados que parecían al servicio de su padre. A lo que María conto, era mejor no meterse con ellos y guardar cierta distancia.

Bruno tenía una hermana 3 años más grande que ella y para estas alturas era su única compañía para cuando quisiera jugar con alguien. A pesar de que no llevaban una relación bastante buena, era la típica hermana mayor que suele ser algo enfadosa con su hermano menor. Y para bruno la mejor opción debió ser dejar a Gretel en Berlín porque siempre había sido un problema, tanto ella como sus amigas.

Bruno y Gretel descubrieron algo que los hizo estar un poco anonadados, por primera vez, lograron ver a personas más allá de los soldados que entraban y salían de la casa y de la servidumbre de la misma. Eran personas comunes, niños, adultos, viejitos, que, para su vista, era el campo de aquella “ciudad” a la que se habían mudado. Para ellos era un sitio bastante feo, pero desde el punto de vista inocente de ellos, podría ser cualquier cosa.

Aunque para Gretel la mejor explicación fue que era un campo y que todo lo que pasaba ahí era normal, para Bruno había todo un mundo por descubrir ahí y había demasiadas aventuras por explorar. Era un lugar tan inmenso y lleno de personas, que le causaba cierta curiosidad, pero a la vez le causaba miedo. Era algo anormal para el que en un “campo” todas las personas fueran vestidas iguales.

Después de unas cuantas semanas después de que Bruno llegara a Auschwitz con su familia y sin ninguna noticia ni tampoco recibir una visita de Karl o Daniel o Martin, el niño decidió que lo mejor que podía hacer era empezar a buscar alguna forma de distraerse, o se volvería loco. Y al parecer se le ocurrió la magnífica idea de hacer un columpio que le abriría un mundo de oportunidades hacia nuevas aventuras.

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