Salto En El Atlantico

SALTO EN EL ATLÁNTICO

La música venezolana es una de las mejores en el mundo, presenta una riqueza extraordinaria caracterizada por mezclar elementos españoles, africanos e indígenas, típicos de un pueblo eminentemente mestizo. El hecho de la convivencia de variadas razas permite la diversidad de ritmos, sabores y sonidos que nos identifican como venezolanos. Una de las influencias más resaltantes en la cultura venezolana es la de los negros africanos a través de sus hábitos culinarios, algunas palabras y en especial su música de tambor.

Con referencia a lo anterior, en el documental Salto en el Atlántico se presenta una investigación realizada con el fin de conocer los aportes de la cultura africana a la venezolana. Se reinterpreta la vida de los esclavos, sus hábitos y modos de vida; así como la interpretación de la realidad que habla de África, por medio de un trabajo comparativo entre las culturas de algunas etnias de la República Popular del Congo y comunidades de Barlovento, estado Miranda, Venezuela.

Ahora bien, los africanos que llegaron a América en el tiempo de la colonia, en la trata de esclavos, vinieron del centro de África, de la cuenca del río Congo. Fueron hombres y mujeres que cruzaron el Atlántico en contra de su voluntad, migraron forzadamente, pero sin embargo, dejaron sus huellas en estas tierras, instauraron su cultura, dejando una marcada influencia africana en la música y en el baile de tambores.

Principalmente estas manifestaciones se encuentran en las regiones costeras y muy ligadas a las fiestas de San Juan y de San Pedro. No han escapado a cierta mezcla con lo indígena, pero es fácil identificarlas con las regiones de África de donde llegaron, por ejemplo, el Mina, la Curbeta, los Laures, los culos’e puya, integrados por tres tambores: Prima, Cruzao y Pujao, que se complementan con maracas y guaruras. En el Estado Miranda son especialmente importantes las fiestas de San Pedro, en las que se aprecian esta mezcla muy particular. De ese género son los Golpes de Tambor, que se combinan con formas más lentas como el Sangueo. En Zulia, Mérida y Trujillo, en el Sur del Lago de Maracaibo, y ligados a las fiestas de San Benito, se destacan los hermosos y casi solemnes Chimbángueles, a veces llenos de una nostalgia de espacios perdidos, y compuestos por siete tambores: mayor o arriero, respuesta o respondón, cantante, segundo, dos requintas y un media requinta.

Es muy interesante resaltar, la forma como tocan los tambores. Las imágenes que presentan de ambos pueblos tocando el tambor son muy parecidas, las diferencias muy pocas, en Venezuela se toca con dos palos y en el Congo con uno, además de la vestimenta utilizada la cual es muy particular en el Congo. En relación a los bailes estos se realizan en el Congo para una deidad o espíritu en Venezuela para un santo especifico como por ejemplo San Juan.

Se contrastan algunos aspectos de la cultura de ambos pueblos señalando similitudes y dando un origen en común a danzas, instrumentos musicales, vestuarios, el uso de plantas medicinales que utilizan de forma muy parecida los curanderos del Congo y de Venezuela. Dos culturas que al final son una sola.

Cabe destacar que, en este documental se pusieron en contacto comunidades de África con comunidades de América y viceversa, manifestando a la primera la existencia de la América Negra y a la América Negra la existencia de la tierra de sus ancestros. Se observan congoleses viendo a venezolanos realizar actividades muy parecidas a las de ellos y viceversa; venezolanos observando imágenes reunidas en el Congo. Los Congolienses se sienten orgullosos porque invadieron a América con su herencia cultural.

Es de suma importancia reconocer que el pueblo venezolano tiene en su interior al Congo y que las manifestaciones culturales, como la música, lo reflejan. El pueblo venezolano está vinculado históricamente

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