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CONTRATAR POR ACTITUD O POR HABILIDADES TÉCNICAS


Enviado por   •  18 de Enero de 2023  •  Ensayos  •  2.022 Palabras (9 Páginas)  •  75 Visitas

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[pic 1]Universidad del Azuay

Facultad de Filosofía, Letras y Ciencias de la Educación

Escuela de Turismo

CONTRATAR POR ACTITUD O POR HABILIDADES TÉCNICAS

Autores:

Javier Nieves Nieves; Jefferson Moscoso Serrano; Gabriela Zúñiga Brito.

Cuenca – Ecuador

2019

INTRODUCCIÓN

El siguiente ensayo tiene como finalidad el análisis de dos características muy importantes dentro del ámbito laboral y otras actividades en donde el ser humano es el protagonista en las habilidades técnicas (aptitudes) y la actitud; además de conocer la diferencia entre estas dos cualidades.

Para ello, indagaremos en los significados de cada una entendiendo que es aptitud y actitud. En primer lugar tenemos a la aptitud, referida a la capacidad de conocimiento y destrezas de una persona; en segundo lugar tenemos a la actitud, se refiere a las manifestaciones con respecto al estado de ánimo que tomamos ante determinadas situaciones o circunstancias.  

Las diferentes habilidades muestran en una persona la capacidad para realizar una acción, sin embargo, necesita ser entrenada para que pueda desarrollar diferentes actividades de una manera potencial. Cuando entramos a trabajar en un nuevo empleo, o nos integramos en un grupo de nuevos amigos, adoptamos, de forma automática, una actitud prudente y positiva. En esos momentos, comprendemos que lo básico es la actitud a mantener (de respeto, por ejemplo), y sobre la misma se podrán edificar las aptitudes. Las aptitudes se construyen sobre los cimientos de las actitudes, es decir necesitamos cada una de ellas  para realizar de una manera positiva diferentes acciones.

El ser humano desde temprana edad, pasando por la adolescencia y la juventud va formando actitudes. Sin embargo, en la cotidianidad solo se atiende mucho más a las aptitudes, a las capacidades, a las habilidades, todo esto examinando que serán las definitivas y decisivas.

En la actualidad, las máquinas como ya empiezan a distinguirse, estas reemplazan los trabajos, más mecánicos y rutinarios, es posible que la frase “Yo contrato por actitud y entreno para las habilidades técnicas” se transforme en algo más habitual entre los empresarios delas distintas empresas, pues cada vez que una persona ejerza su puesto de trabajo frente a una máquina, este tendrá que tener una actitud relevante en querer aprender, en ser puntual, aseado e incluso llevar una buena actitud en los momentos laborales, claro que esto depende mucho de los que están a cargo de la empresa, como un brindar un buen salario, cuidado médico en los empleados, días libres para no estresar demasiado a los trabajadores y dar reconocimientos respecto a sus trabajos bien hechos.

Habilidades técnicas o actitudes

Habilidades técnicas o Aptitudes: Capacidad de una persona para efectuar apropiadamente una acción, está relacionada con la inteligencia y con las habilidades tanto innatas como adquiridas, como resultado de un proceso de aprendizaje.

La Actitud: Es el comportamiento que emplea una persona para realizar un trabajo o una tarea específica. (Giménez, 2015)

Como una opción, parecería  que las aptitudes son las más importantes, ya que dan a la posesión de ciertos conocimientos indispensables para realizar una actividad determinada. Obviamente que para trabajar en cualquier puesto es necesario una serie de habilidades aprendidas a lo largo de la formación que cada persona tiene.

Se da el caso que existen ciertas personas capaces de combinar aptitudes y obtener verdaderas facultades que le convertirán en el candidato idóneo para ciertos puestos de trabajo. Sin embargo, la actitud frente al trabajo es lo que diferencia a un profesional de otro. La actitud en la mayoría de ocasiones es algo innato, forma parte de la personalidad y de la manera de ser de las personas.

Entonces, ambas son importantes sobresaliendo la actitud. No cabe duda que se necesita habilidades y conocimientos para desarrollar cualquier trabajo, pero  lo que finalmente hace decidir por un candidato a la hora de contratar a alguien es su actitud, su predisposición al trabajo, su capacidad por afrontar situaciones, su manera incluso de concebir la vida y de relacionarse con las personas.

En una ponencia de Marcos Urarte (Director General del Grupo Pharos), referida a la competitividad en las empresas, mencionó que las organizaciones suelen contratar a las personas por lo que saben, no por cómo son. Más tarde si se les despide, el motivo es: por cómo son. (Universitario con trabajo, 2018)

La situación actual, lo que se ha denominado cambio de época, ha provocado afortunadamente, un significativo e importante cambio en el mundo laboral. Las empresas han comenzado a valorar a la Persona, no solo por lo inteligente que puede ser, por su formación y experiencia, sino por otros conceptos ligados a diversas habilidades recogidas dentro del término denominado: Inteligencia Emocional, que hace referencia a la forma sobre cómo nos relacionamos con nosotros mismos y con los demás.

Donde se puede llegar a considerar que los aspectos ligados a la formación y a la experiencia, podrían pasar a un segundo plano respecto a la Inteligencia Emocional, en cuando a identificar el rendimiento laboral de una persona.

En definitiva, la inteligencia emocional, cada vez está teniendo más importancia en la empresa.

Daniel Goleman (Psicólogo autor del best-seller Inteligencia Emocional libro cabecera), dice que: “la importancia de saber manejar este concepto en la organización, va a permitir calcular las posibilidades de éxito de un individuo con mayor precisión que si sólo evaluaran su coeficiente intelectual. Un aspecto clave cuando contar con los mejores profesionales, cada vez es más importante para sobrevivir en el actual entorno económico”. (Universitario con trabajo, 2018)

Este autor pone una referencia a un ejemplo sobre el desempeño profesional de antiguos compañeros de colegio, en el que se demostró lo siguiente:

“El mejor de la clase, con un alto grado de coeficiente intelectual, ha resultado tener un éxito laboral inferior a otro alumno que era un estudiante promedio. La diferencia entre ellos radica en que el segundo es capaz, no sólo de controlar sus propias emociones, sino también de influir positivamente en los grupos de trabajo. Todos quieren trabajar con él”. (Universitario con trabajo, 2018)

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