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Como Detectar El Fraude En La Contabilidad De Las Empresas


Enviado por   •  18 de Mayo de 2014  •  1.583 Palabras (7 Páginas)  •  535 Visitas

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Cómo detectar el fraude en la contabilidad de las empresas

Almudena Vigil.- La mayoría de los delitos económicos se cometen a través de sociedades. De ahí que ser capaz de detectar irregularidades en las cuentas de las empresas sea una tarea crucial a la hora de identificar fraudes. Más en tiempos de crisis, en los que se puede caer en la tentación de maquillar los datos financieros con diversos fines como, por ejemplo, evitar responsabilizarse de impagos o eludir el abono de dividendos a los socios. Se trata de un tipo de actuaciones más frecuentes de lo que pueda parecer y que conlleva consecuencias para un amplio abanico de afectados, desde los proveedores hasta los propios socios de la compañía o los empleados.

Para la investigación de las alteraciones de la contabilidad de la empresa se puede partir de las tres cuentas anuales básicas, fundamentalmente del balance, la cuenta de pérdidas y ganancias y la memoria. Con este fin, es posible acudir a los registros mercantiles o de la propiedad, consultar los ficheros de morosidad, o incluso comprobar en la Dirección General de Tráfico datos sobre vehículos a nombre de la empresa.

Para ir un paso más allá en la averiguación de movimientos sospechosos, aquellos que sean parte interesada, como trabajadores o socios, pueden obtener más información de la compañía. Los socios tienen reconocido el derecho de información en el artículo 93 d. de la Ley de Sociedades de Capital. En cuanto a los empleados, según el artículo 64 del Estatuto de los Trabajadores, los empresarios tienen obligación de proporcionar a los representantes de los trabajadores la misma información contable a la que tengan acceso los socios.

Modelo de análisis

La detección de una contabilidad fraudulenta pasa por comprobar unos puntos muy concretos que pueden alertar sobre posibles fraudes en la misma. Una sencilla regla para localizarlos es partir de la denominada ‘sistemática ABCDEF’ diseñada y explicada por el abogado, economista y administrador concursal Pedro Juez en el libro ‘Operaciones fraudulentas a través de sociedades’.

De acuerdo a la misma, unas cuentas societarias correctas deberían ser Ajustadas (A) a la realidad, es decir que tanto lo que se describe en el activo –los bienes y derechos- como en el pasivo –las deudas- sean las que son en realidad, con Balances (B) en partidas claras y bien valoradas, con Consistencia (C) es decir sin partidas ilógicas, como cifras muy relevantes de deudores o acreedores en empresas con nulos ingresos o actividad, con aplicación correcta de deterioros (D) y provisiones, es decir, con reflejo de la imagen fiel de la empresa, disminuyendo el valor de todos aquellos bienes que hayan sufrido mermas o pérdidas, con evolución (E) lógica a lo largo del tiempo y sin falsedades (F) tanto respecto a quien realmente administra y/o tiene la responsabilidad patrimonial.

El quebrantamiento de cada uno de estos puntos originaría la tipología de las prácticas fraudulentas más habituales. Así el incumplimiento de la A (Ajustadas) y/o de la C (Consistentes) da lugar a las prácticas más burdas o toscas donde el balance es falso ya que no existen realmente ni los bienes y derechos que se detallan en el activo –que suelen ser muchos menos- ni las deudas con terceros -que suelen ser muchas más. Esto son los famosos “agujeros” que los auditores o los administradores concursales detectan al comprobar que la diferencia entre lo que tiene la sociedad y lo que debe realmente es mucho mayor que lo declarado en las cuentas de la misma.

Por otra parte, el quebrantamiento de la (B) y/o de la (D ) da lugar a los denominados métodos económicos donde el activo se sustancia en bienes intangibles o participaciones de valor muy inferior al declarado en las cuentas y sobre los que no se ha aplicado –debiendo hacerlo de acuerdo al Plan Contable- deterioro alguno, tales como participaciones en empresas que tienen mucho menor valor real que el que consta en el balance y que no se han deteriorado, o deudores o acreedores de empresas vinculadas que ni se pagan ni se dispone de liquidez para hacerlo y a pesar de eso no se provisionan tal y como marca el principio contable de prudencia valorativa.

A su vez, el incumplimiento de la E (Evolución lógica) y/o de la F (Falsedades) daría lugar a los denominados métodos del jurista o del “divide y vencerás” en los que se crean múltiples empresas y sociedades vinculadas y/o encubiertas con testaferros con el único objetivo de desdibujar la responsabilidad patrimonial o con la simple finalidad de que no se sepa quién es el verdadero propietario de los bienes. Cualquier operación de blanqueo de capitales tiene que pasar por el quebrantamiento de la F (Falsedad) y encubrir mediante testaferros o sociedades en paraísos fiscales quién se esconde realmente detrás de una determinada sociedad.

Por último, una evolución ilógica con márgenes de ventas, salarios o rentabilidades que oscilan de manera espectacular de un ejercicio a otro suelen

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