Conceptualizacion y relacion de conceptos UAMB

Conceptos

Industria de contenido:

Industria protegida por derechos de autor:

Industria Creativa:

Industria creativa se convirtió en una palabra de moda a mediados de los noventa gracias a Tony Blari y su proyecto Cool Britain. En Japón, la palabra industrias creativas es principalmente un término administrativo que el gobierno usa y promueve, especialmente a través del trabajo del Ministerio de Economía, Comercio e Industria (METI). Sin embargo, su definición de Industrias creativas es muy amplia y ambigua, e incluye, junto con la moda, la música, el cine, el diseño o la animación, industrias tan diferentes y diversas como la de cosméticos, muebles, vajillas, joyería, papelería y cuero. Hasta hace muy poco, el Gobierno no intervenía demasiado en las industrias de contenido. Sin embargo, el establecimiento, en junio de 2010, de la “Oficina de Promoción de Industrias Creativas” bajo el Buró de Industrias de Fabricación de METI, señaló un cambio en las estrategias del gobierno hacia el sector creativo, ahora percibido como crucial para el proyecto de rejuvenecimiento y crecimiento económico nacional. Esto está en línea con el proyecto a largo plazo de “Cool Japan,” una estrategia para promoción del turismo en el extranjero, el “poder blando” nacional y el crecimiento económico. Según el gobierno, los ingresos brutos de las industrias creativas en Japón ascienden a 45,2 billones de yenes japoneses. Sin embargo, existe una brecha entre el interés del gobierno en explotar las industrias culturales para aumentar su poder blando en un mercado global, y los intereses de las industrias de contenido en participar en este proyecto, dado que dependen principalmente del mercado interno o del mercado global, pero nicho de mercado subculturales. Para comprender esta brecha, es necesario observar el pasaje histórico de la cultura a las industrias creativas. Según Mouri, hay una diferencia entre el concepto de Adorno y Horkeimer de la industria cultural y las industrias creativas de hoy. Para los filósofos alemanes, la cultura de masas no solo era una nueva industria, sino también un aparato ideológico que penetra en la sociedad a través de los medios y la comunicación de masas. Sin embargo, a diferencia de su industria cultural, las industrias creativas de hoy en día no homogeneizan ni estandarizan la forma de pensar de las personas. “Pensar diferente” no es solo el eslogan de la campaña de Apple, sino un eslogan en todas las industrias. Es la respuesta a los modos de producción posfordistas, desde el papel hegemónico de la fabricación hasta productos inmateriales, información, medios, servicios, comunicación, conocimiento; en una palabra: creatividad. La industria creativa también es una respuesta a la economía de mercado neoliberal que enfatiza la responsabilidad individual en la organización del trabajo. Esto a menudo se traduce en profundas desigualdades en las condiciones de vida de muchas personas involucradas en estas industrias.

Las industrias creativas nos muestran el nuevo papel de los gobiernos en la era de la globalización. A diferencia de China, el gobierno japonés no está tan interesado en difundir ideologías a través de los medios que en obtener beneficios económicos y simbólicos (poder blando) de sus industrias. Uno de los problemas de las industrias creativas es que fácilmente amplía la brecha entre aquellos que ese dedican al trabajo creativo y los que no están dentro de estas industrias. Es muy importante que el gobierno encuentre una forma de redistribuir las ganancias para mantener la producción creativa como sostenible. El otro problema es que, como sugirió Richard Florida, una de las condiciones más importantes para el desarrollo de las industrias creativas es la tolerancia. Las industrias creativas necesitan diversidades de género, etnias e ideologías. Pero el proyecto Cool Japan parece apegarse a la idea de Japón como una nación homogénea, carente de diversidades internas. El proyecto Cool Japan debe enfrentar la tolerancia y la inclusión de las minorías, y el gobierno japonés necesita transformar esto en un proyecto educativo social más amplio, no solo económico como lo es hoy.

Industria:

Según la Real Academia Española de la Lengua, industria puede ser definida como el conjunto de operaciones materiales ejecutadas para la obtención, transformación o transporte de uno o varios productos naturales. También se le conoce como industria a la maña y destreza o artificio para hacer algo, instalación destinada a la industria y la suma o conjunto de las industrias de un mismo o de varios géneros, de todo un país o parte de él (industria agrícola, industria mexicana, etc.).

Creatividad: 

Según la Real Academia Española de la lengua, la creatividad se define como la facultad de crear; capacidad de creación. Sin embargo, a lo largo de la historia, diversos profesionales relacionados con la creatividad o el pensamiento creativo, han formulado otras definiciones con mayor extensión. Por tanto puede la creatividad definirse como un proceso para formar ideas o hipótesis, verificarlas y comunicar los resultados, suponiendo que el producto sea algo nuevo (Thurstone 1952); capacidad para encontrar relaciones entre ideas antes no relacionadas y que se manifiestan en forma de nuevos esquemas, experiencias o productos nuevos (Parne 1962); es uno de los medios principales que tiene el ser humano para ser libre de los grilletes, no sólo de sus respuestas condicionadas, sino también de sus decisiones habituales (Arieti 1976); es la habilidad de formar nuevas combinaciones de ideas para llenar una necesidad (Halpern 1984); capacidad y actitud para generar ideas nuevas y comunicarlas (De la Torre 1991).

Industria Creativa:

El Departamento de Cultura, Medios y Deporte (DCMS, 1998) define a las industrias creativas como “aquellas actividades que tienen su origen en la creatividad, habilidad y talento individual, que cuentan a su vez con un potencial de riqueza y creación de empleo a través de la generación y explotación de propiedad intelectual.”

Las industrias creativas datan de los 90’s (Australia, Reino Unido), llegando como un nuevo concepto el cual se mostraba como inclusivo y brillante. A su vez, una economía creativa se entendía como un impulsador hacia la innovación, el cambio tecnológico y como ventaja comparativa para el desarrollo de los negocios.

El Centro de Comercio Internacional (o ITC por sus siglas en inglés) pretende apoyar el fomento de la artesanía, las artes visuales y la música en países en desarrollo y países en transición aportando al sector la dimensión empresarial y la prestación de asistencia técnica para fomentar oportunidades de comercio y mejorar las capacidades de los productores para exportar.

Al mismo tiempo que trabaja directamente con artesanos, artistas y músicos, incluyendo sus creaciones en cadenas de valor nacional e internacional para incrementar sus beneficios, el ITC mejora los servicios que las asociaciones del sector prestan a sus clientes y fomenta la integración de las industrias creativas en las estrategias nacionales de desarrollo del comercio.

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