Desarrollo Economico
poldarck6 de Octubre de 2013
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DESARROLLO GLOCAL
1. ANTECEDENTES
1.1. ORIGEN
Glocalización es un término que nace de la mezcla entre globalización y localización y que se desarrolló inicialmente en la década de 1980 dentro de las prácticas comerciales de Japón. El concepto procede del término japonés "dochakuka" (derivada de dochaku, “el que vive en su propia tierra”) y se trata originariamente del principio agrario de adaptar las técnicas de la finca que uno posee a las condiciones locales, pero que también ha sido adoptado en el ámbito japonés de los negocios para la localización global, una visión global adoptada a las condiciones locales, más específicamente, los términos “glocal” y “glocalización” llegaron a formar parte de la jerga de los negocios durante los años ochenta, si bien el principal lugar de origen fuera de hecho Japón, un país que durante muchísimo tiempo ha cultivado rigurosamente el significado espacio-cultural de su propio país, y donde los aspectos generales de su relación entre lo particular y lo universal han recibido históricamente una atención casi obsesiva.
Se reconoce a Roland Robertson como el principal cultor y difusor del concepto “Glocal”, se trata de un término que plantea una propuesta de interpretación de muchos aspectos de la realidad, en los que opera como una fuerte influencia, la interacción entre las dinámicas globales y locales. Aunque todo parece indicar que el término inicial fue el de “Glocalización”, desarrollado por los japoneses con fines de desarrollo de estrategias de marketing, posteriormente se ha asentado como una categoría de análisis territorial, sociológica y política.
La necesidad de introducir con firmeza en la teoría social el concepto de glocalización surge de diferentes consideraciones. Gran parte del discurso sobre la globalización ha tendido a asumir que se trata de un proceso superador de lo local, incluyendo aquí a lo local a gran escala tal y como se ha manifestado en los diversos nacionalismos étnicos surgidos recientemente en varios lugares del mundo. Tal interpretación descuida dos cosas:
Primero, que la extensión de lo que se tiene por local se ha construido en gran parte sobre una base que va mas allá de lo local (translocal) o que lo supera (superlocal). En otras palabras, buena parte de la promoción de lo local se hace desde arriba o desde fuera. Mucho de lo que se declara a menudo como local no es sino la expresión de lo local en forma de recetas generalizadas de la localidad. Incluso en los casos en los que no parece estar operando una receta concreta como en algunas de las formas más agresivas del nacionalismo contemporáneo se halla actuando sigilosamente, podríamos afirmar, un factor translocal. Sencillamente, las afirmaciones contemporáneas de la etnicidad y/o la nacionalidad tienen lugar dentro de los términos globales de identidad y particularidad.
En segundo lugar, mientras que se ha prestado en estos asuntos en creciente interés a las consideraciones espaciales y se ha dado una mayor atención a los estrechos vínculos entre las dimensiones espaciales y temporales de la vida humana, esas consideraciones apenas han tenido impacto, al menos hasta la fecha, en el debate acerca de la globalización y sus materias afines. Más en particular, se ha hecho poco esfuerzo en conectar la discusión en tiempo-espacio con el problemático asunto del universalismo particularismo. El interés por la posmodernidad ha implicado prestar a su vez gran atención a la supuesta debilidad dentro de la corriente principal en lo que atañe al “tiempo universal”, avanzando la pretensión de que se tenía que atender mucho más a la “particularidad espacial”. Pero a pesar de que algunos serios esfuerzos por resistir esta tendencia ha persistido la contradicción entre universalismo y particularismo (en línea con las caracterizaciones hechas en el viejo debate acerca de la modernización social en los años cincuenta y sesenta). En esa época el énfasis en las cuestiones espaciales se hizo frecuentemente a costa de una disminución de las consideraciones de carácter temporal.
La idea de establecer un Sistema Integración Glocal surge a partir de la necesidad del diseño de Políticas Públicas capaces de superar categorías como Privado-Público, Nacional-Internacional, territorial-universal para entrar en una única categoría que establezca el equilibrio a partir de una solución de compromiso entre lo Local y lo Global: la Glocalización.
2. MARCO CONCEPTUAL
2.1. DEFINICION
Podemos definir la glocalización desde una perspectiva económica o cultural:
Como término económico se refiere a la persona, grupo, división, unidad, organización o comunidad que está dispuesta y es capaz de "pensar globalmente y actuar localmente". El concepto implica que la empresa se adapte a las peculiaridades de cada entorno, diferenciando sus producciones en función de las demandas locales.
A nivel cultural, según Antonio Bolívar, Catedrático de Didáctica y Organización Escolar de la Universidad de Granada, glocalización es la mezcla que se da entre los elementos locales y particulares con los mundializados. Supone que en un mundo global, en el que asistimos a una progresiva supresión de las fronteras a nivel económico, político y social, se incrementa la existencia de barreras culturales, generadas por las personas que defienden sus tradiciones de la globalización cultural.
Roland Robertson es quizá uno de los primeros sociólogos en haber examinado el fenómeno social de la globalización. Sin embargo, es quizá uno de los menos conocidos de los sociólogos contemporáneos trabajando en el tema.
El pensamiento de Robertson sobre la globalización es un intento de entender las maneras en las que lo global y lo local interactúan para producir una "cultura global".
2.2. EVOLUCIÓN
Robertson, a diferencia de otros, sugiere que el proceso de globalización es anterior a la modernidad y a las sociedades modernas. Sin embargo, está de acuerdo con otros en que la modernidad proporciona un impulso añadido a los procesos de globalización.
De manera parecida a los esquemas funcionalistas de Rostow, Kerr y otros autores, Robertson sugiere que se puede trazar una serie de etapas en el desarrollo de la globalización.
La etapa germinal: esta representa el inicio de la modernidad, que Robertson sugiere entre 1400 y 1750
La "etapa del despegue": representa los inicios, entre 1875 y 1925, y se forma el germen de los cuatro puntos de referencia de la globalización.
La "etapa de la incertidumbre": la etapa actual y para Robertson la más importante, aunque solo sea porque hemos entrado en un periodo de la historia humana en la cual todas las barreras a la globalización han quedado erosionadas. Es también la etapa de la globalización reflexiva, globalización para sí.
Robertson define la globalización como un concepto "que se refiere tanto a la compresión del mundo y a la intensificación del mundo como un todo".
El avance de la globalización, sugiere Robertson, adquirió gran ímpetu por el nacimiento del Estado-nación europeo. Este ímpetu tiene dos aspectos y también es paradójico. Por un lado el estado-nación es responsable por la difusión de la idea de una sociedad nacional. Aquí Robertson señala el hecho de que el Estado-nación debe erosionar las formas "locales" de lealtad y sus comunidades para que él mismo –el Estado-nación- sea la autoridad soberana en su territorio y sobre su población. Así, los mercados locales, los feudos, son socavados por la nueva autoridad de la "nación" como comunidad.
Sin embargo, y por la otra parte, el estado-nación tiene "externalidades" con las cuales forma relaciones. Claramente, aquí se implicarán otros estados-naciones así como aquellas comunidades pre-modernas que todavía existan. Aquí, el estado-nación necesariamente tendrá que formar alianzas, relacionarse en intercambios; e ir a la guerra con otros estados-nación y comunidades. Robertson sugiere que aquí están los comienzos del "sistema de estados" y el desarrollo de las "relaciones internacionales" entre los estados que cada vez se encuentran más formalizados y sistematizados, sea en forma de acuerdos de negocio o de alianzas militares. Esto es muy importante, dice Robertson, para los comienzos de la idea de una "conciencia global".
Todo este proceso de desarrollo del la conciencia global lleva su tiempo y no ha sido hasta el cambio del siglo pasado que esta conciencia ha avanzado de manera significativa hasta llegar a la etapa de despegue.
En este periodo toma lugar una intensificación de la conciencia de lo global. Los individuos desarrollan una conciencia que trata del mundo como un todo. De hecho, el sentido individual de uno mismo será uno que esté de manera creciente basado en este conocimiento de lo global. Tal conciencia implicará "la relativización" del propio individuo y la perspectiva nacional. Esta conciencia requiere de nosotros que pensemos globalmente.
Robertson sugiere que en el "despegue" de esta globalización cultural, hay cuatro partes componentes
1. Individualización: hacia ciudadano del mundo, desde su definición como miembro de una comunidad concreta y cerrada.
2. Societalización: crecientemente los estados como parte del sistema internacional de estados y por tanto deben tomar como referencia los derechos humanos globales
3. internacionalización: estados deben ceder parte de su soberanía.
4. humanización: derechos humanos individuales por
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