Desigualdad En CHile

Aspectos relevantes sobre la disminución de la desigualdad de ingresos en Chile

Enfrentar con éxito el desafío de la desigualdad de ingresos en Chile, recurre como deuda pendiente desde hace ya dos décadas. Tanto más urgente se hace enfrentar esta situación si el marco normativo de los derechos humanos lleva a evaluar el desarrollo de un país conforme a su capacidad para garantizar libertades civiles, democracia política, y derechos económicos y sociales.

Cabe recordar, en este sentido, que los derechos sociales prescriben la obligación de los Estados de garantizar la satisfacción de las necesidades básicas a toda su población. Frente a esto, el desarrollo en Chile debe orientarse de modo tal que los recursos producidos por el país se distribuyan con el objetivo de hacer efectiva para todos la realización de tales derechos y así disminuir la inequidad en los ingresos que perciben las distintas clases sociales.

Antes de iniciar el análisis se debe tener presente que Chile es economía de ingresos medios altos, exhibiendo el PIB per cápita más alto de Latinoamérica, pronosticando que seguirá en la misma posición hasta al menos 2014 (IMF, 2011). De similar manera, Chile lidera el Índice de Desarrollo Humano en la región, ubicándolo en el selecto grupo de países con una tasa muy alta en este indicador (PNUD, 2011).

Inequidad y su impacto en la sociedad

La inequidad tiene un impacto negativo sobre la sociedad en su conjunto. Es decir, cuando el ingreso per cápita promedio de Chile es el más alto de la región y a su vez se encuentra por encima de lo requerido por un individuo para procurar los satisfactores que le permiten realizar sus derechos sociales, el hecho de que un amplio contingente de la población no logre acceder a este conjunto de satisfactores interpela a la sociedad en su conjunto. Datos recientes muestran que "El 10% más rico recibe el 40% de los ingresos autónomos y el 10% más pobre, el 1.7%. En términos de ventiles, las personas pertenecientes al 5% más rico recibían un ingreso autónomo promedio equivalente a 100 veces el del 5% más pobre." (González, pp. 186, 2008). El problema allí es que la concentración de la riqueza y el ingreso atenta contra la posibilidad, para una parte considerable de la población, de alcanzar una calidad de vida decente y ejercer sus legítimos derechos.

Comportamiento de los quintiles de ingresos

Si bien se cuestiona la gran brecha distributiva entre los actores sociales, esta se debe al comportamiento del quintil más adinerado (Contreras, pp.318, 2004). En los últimos años, la pobreza en Chile ha decrecido en forma continua, de igual forma sucede con la tasa de indigencia. Esto indica que existe un desarrollo que se ha mantenido en el tiempo, pero este desarrollo explicado por la porción más pobre de la sociedad llega a resultar nulo en comparación al desarrollo que sostiene la porción más rica. Por ello se hace inminente implementar reformas capaces de modificar la desigualdad existente mediante políticas de corto plazo.

El peso de la educación

Gran parte de la problemática distributiva se explica por la educación. De hecho, la explicación que actualmente es aceptada en Chile, es que atacar la desigualdad supone realizar profundos cambios a la educación pública del país, siendo esta una fuente de origen de la diferencia de ingresos percibidos por los distintos actores sociales (Lehmann y Hinzpeter, pp. 10, 2000). Más aun, la educación explica cerca del 35% de la dispersión salarial, y no menos importante es la experiencia laboral, que ocupa el segundo lugar de importancia en explicar la desigualdad con un 5%. Sumado ambos factores, el capital humano, tanto de educación como de experiencia, explica alrededor de un 40%

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