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Economia En El Pais


Enviado por   •  4 de Diciembre de 2012  •  1.277 Palabras (6 Páginas)  •  296 Visitas

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Uno de los lugares costeros más populares y hermosos de México, donde por tres costados de su bahía la imponente Sierra Madre del Sur llega hasta la orilla del mar, Acapulco goza de una historia romántica y formidable.

En un inicio, Acapulco fue habitado por grupos primitivos. Descubrimientos recientes han surgido en forma de petroglifos que indican asentamientos aproximadamente del año 3000 a.C. Más tarde, un grupo indígena de linaje Náhuatl y antecesores de los Aztecas, llamados los Nahoa, se establecieron en el área.

"El Lugar de las Cañas" es lo que Acapulco quiere decir en náhuatl (acatl: caña, pul: espeso, denso; co: lugar). Sin embargo hay quienes dicen que significa "en el lugar donde las cañas fueron destruidas" de acuerdo a una leyenda acerca de un príncipe llamado Acatl (caña) quien se enamoró de la princesa Quiahuitl (lluvia). Incapaces de consumar su amor, el príncipe Acatl se disuelve en sus propias lágrimas y se convierte en un estanque de lodo donde crecen las cañas. Para entonces la princesa Quiahuitl se había transformado en una enorme nube errante que una tarde flotaba por la bahía. Al ver a su amado, ella también se condensa en agua y cae aplastando las cañas para morir en el estanque de lodo, junto con el príncipe.

Existe otra leyenda que dice que el primer extranjero que llegó a Acapulco era un monje chino con el nombre de Fa Hsien quien visitó el pequeño poblado en tiempos prehispánicos, alrededor del 417 d.C, mucho antes que Cristóbal Colón hubiera cruzado el Atlántico para descubrir América. De regreso en China, el monje relató sobre el hermoso pueblo que llamó "Ye Pa Ti" o el " Lugar de las Aguas Hermosas". Contó de llegar y encontrar a amigables nativos pertenecientes a la rama de los indios Nahoa, con quienes pudo comunicarse a través de buena voluntad y señas. Le dio a los nativos su primera probada de arroz y a cambio le dieron a él tortillas de maíz, venado seco y cerdo salvaje. Les dejó muestras de vestimentas de seda y aparentemente logró cruzar en varias ocasiones más, trayendo cada vez consigo más artículos para trueque. Esta leyenda habla sobre encuentros y comercio tempranos con la cultura china, pero aunque existe testimonio de esto en varios registros chinos, es poca la evidencia física con la que se cuenta.

Después, llegaron los españoles. Un marinero, enviado por Hernán Cortés para encontrar puertos marítimos adecuados, encontró Acapulco en el día de Santa Lucía y nombró la bahía en honor a la santo. Después de la caída del Imperio Azteca en 1521, Acapulco fue conquistado y el dominio español establecido por Juan Rodríguez de Villafuerte. Los exploradores españoles utilizaron el puerto, que virtualmente es el único puerto natural de aguas profundas al sur de San Francisco, para explorar lo que se conocía como los "Grandes Mares del Sur". El sitio era ideal y por tanto lo convirtieron en un astillero donde se construían barcos con el fin de conquistar más territorios; los barcos que fueron enviados a ayudar a Federico Pizarro en su conquista del Perú fueron construidos allí. No obstante, los asentamientos y colonización española inició hacia 1550 y fue entonces cuando los indígenas Nahoa fueron esclavizados y destituidos de su hogar de más de 1000 años. Fue hasta 1599 cuando el Rey Carlos II de España ascendió a Acapulco a rango de Ciudad.

Poco después, Acapulco se convirtió en un importante centro comercial en la ruta de intercambio entre el Lejano Oriente y España. Varias expediciones zarparon de este puerto en el siglo XVI, como la expedición al Sur Pacífico de Francisco Mendoza en 1532. En 1565, Fray Andrés Urdaneta navegó desde las Filipinas y bajó anclas en la Bahía de Acapulco. Se convirtió en el primer hombre en navegar la ruta que viajaría por más de 200 años la famosa Nao de China o Galeón de Manila. Era ocasión para una gran

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