Ensayo sobre Por eso estamos como estamos
dsandovalpeEnsayo12 de Diciembre de 2015
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“Quien no conoce su historia está condenado a repetir sus errores" Napoleón Bonaparte
Carlos Elizondo Mayer- Serra escribe Por eso estamos como estamos, un libro de análisis objetivo de la economía política, a través de la historia, un México que nació quebrado, un México con crecimiento mediocre, un libro que corrobora ese viejo vínculo entre el poder del Estado frente a los privilegios.
EL autor hace énfasis en que necesitamos un Estado que sea capaz de imponer efectivamente la legalidad, que tenga la fuerza para combatir los privilegios, capaz de retomar la senda del reformismo, que se levante por encima de los intereses parciales, un Estado que haga efectivos los derechos y exija el cumplimiento de las obligaciones. Solo un Estado fuerte, no dictador ni autoritario, podrá transformar el país de los privilegios en una nación de derechos que premia el mérito y se aviva en competencia.
En este ensayo he tomado algunas ideas del autor, no pretendo hacer un resumen de su libro, por lo que me he dado a la tarea de dar mi opinión y algunas anécdotas, de un México en el que estoy convencida, de que “Si la ociosidad es la madre de todos los males, la corrupción es la abuela.”
Existen infinidad de problemas históricos que repetimos sexenio tras sexenio, México ha puesto en marcha una versión del juego Monopoly, en el que participan pocos jugadores, gobierno, empresarios y sindicatos que compran y venden, privilegios, empresas y gente, toman decisiones que beneficien a cada uno de ellos sin importar el futuro, en el que las rentas son tan altas que tarde o temprano estos jugadores cobraran a los otros dos, serán impagables; pero los ciudadanos somos espectadores que vemos el juego y no nos damos cuenta que los bienes y servicios con los que ellos juegan son nuestro patrimonio, nuestro país y nuestro propio futuro.
Pero veamos los puntos que nos han llevado a esta mediocridad a través de nuestra historia.
Empezando por el crecimiento económico, en una democracia, lo que se busca es incrementar el bienestar ciudadano a través del crecimiento para medir el desempeño de los gobiernos, de ahí podemos decir que en México, el despeño del Estado ha sido pésimo, ya que el objetivo económico no se ha cumplido, crecer es producir más bienes y servicios, los ciudadanos no vemos incrementado nuestro poder adquisitivo.
Si bien el autor nos da varias recetas de crecimiento económico como por ejemplo más inversión, considero que lo más importante no es la inversión sino en que se invierte, hay proyectos que se ven bien, que visten mucho, pero que no producen nada, la inversión debe estar basada en la esperanza de consumo futuro, inversión en educación, en proyectos productivos, con inversión en tecnología que permitan mayor productividad y mercados más integrados con competencia sana, proyectos de prevención de enfermedades los cuales permitirán menos gasto y gente más productiva, que permitan que los ciudadanos lo sientan en su bolsillo, que se incremente su ingreso; desafortunadamente las empresas se dedican más a ver en cómo no pagar impuestos y tener privilegios y el gobierno en como poder obtener más poder.
Pero no existen recetas únicas, ni acuerdo entre lo teórico y lo práctico sobre qué hace posible el crecimiento, se debe encontrar una fórmula en la que la política funcione mejor para cada sociedad, ya que su cultura, la distribución del poder, su historia, son factores que determinan los ingredientes de un crecimiento, si fuera fácil habría puros países desarrollados.
Hablemos ahora de las instituciones.
Las instituciones sólidas ayudan a mitigar el riesgo para la inversión, pero concuerdo con el autor en que las instituciones se desmoronan por estímulos y castigos que envuelven la actividad política y económica: los empresarios monopolistas, los grandes sindicatos, las burocracias de los partidos. Las reglas del juego político (las escritas y las otras) les otorgan ventajas descomunales: los colocan por encima de la ley y los resguardan de la amenaza de la competencia.
Su alegoría en la que explica que:”… las instituciones son el cauce del río que condiciona el paso del agua en un sentido y con cierta velocidad: propician algunas conductas y evitan otras, imponen limites a ciertos actores y ciertas prácticas reducen la incertidumbre, estabilizan las expectativas y canalizan o estancan los conflictos; como cuando no funcionan, como en el caso de una presa, el agua se puede desbordar y destruir todo a su paso”, creo que es la explicación exacta de la función que tienen las instituciones en el modelo de mercado mixto en el que estamos inmersos, pero como se dice comúnmente somos arquitectos de nuestro propio destino, y las instituciones que hoy tenemos son consecuencia de los malos cimientos y el pésimo mantenimiento que se les ha dado, e históricamente cualquier proceso de reforma a las instituciones es una amenaza para los que se benefician de ellas, beneficios que son las herencias más preciadas de grupos de poder.
En un mundo de competencias como el nuestro, contar con instituciones inadecuadas es mucho más costoso que en el pasado, ya que los países con las mejores instituciones pueden ir desplazando a aquellos que tienen otras que no promueven el mérito y el esfuerzo. La competencia es global (Carlos Elizondo)
Se dice que la sociedad mexicana somos flojos pero trabajamos más horas que otros países y producimos menos, he observado que somos poco productivos, el tener un horario de trabajo tan extendido hace que la gente vaya procrastinando sus actividades para cumplir un horario y después tengan tantas tareas pendientes que no hacen lo que tienen que hacer para crecer, desde ahí tenemos un atraso.
La desigualdad dice el autor es un es un terreno fértil para el cambio, pero al igual que otros problemas tienen orígenes históricos, iniciando por la sumisión por la conquista de España, una élite que controlaba las riquezas, después una independencia que no logró crear Estados estables e iguales, una revolución que no hace una repartición equitativa de las tierras, por consecuencia una mala asignación de recursos al campo y de ahí tomar como agente de cambio al sector agrario, con el que empezó a negociar votos y apoyo político, encontrando el camino fácil para dar privilegios y caldo de cultivo de la corrupción.
Pero México ha dejado de ser un país mayormente agrícola, pero la desigualdad y el camino de los privilegios y la corrupción también crecieron y se adaptaron a los nuevos sectores productivos, como son empresas y sindicatos.
Me llamo la atención y me hizo reflexionar cuando Carlos Elizondo menciona que somos un país racista, sobre todo con los indígenas, es increíble cómo hemos comprado la idea de que ser blanco es sinónimo de pertenecer a una mejor clase social, todavía recuerdo en un viaje de regreso de Europa cuando un grupo de aproximadamente 15 españoles me platicaba que venía a trabajar a México, porque es su país no había trabajo, y les pregunte que si ya tenían una oferta de trabajo y me respondieron que no, pero que México prefiere contratar extranjeros sobre todo europeos porque son blancos y más guapos, al Mexicano le da pena su propia raza, me quede muda porque en el fondo sabía que era verdad. De aquí concuerdo en que la combinación de desigualdad, racismo y clasismo lleva a la sociedad donde los desfavorecidos acumulan una gran cantidad de resentimientos y agravios que luego se expresan de formas violentas, en actos criminales como secuestros y los narcotraficantes han encontrado en estos sectores a su fuerza de trabajo.
Muchos han emigrado buscando mejor calidad de vida y aunque igual de difícil ha sido su vida, han aportado a la economía del país con las remesas.
Hasta hoy el Estado ha sido incapaz de forjar una sociedad que reparta mejor la riqueza y que haga que el crecimiento sea sostenido, la democracia ha provocado que sea un país menos de desigual, tenemos que reconocer los puntos buenos que también hemos tenido, como por ejemplo más servicios de salud, épocas de estabilidad financiera, apertura económica y cambios demográficos, creando programas como Oportunidades programa en el que no estuve de acuerdo ya que la gente no producía nada, creo que el gobierno ha entendido el concepto de –no les des pescado, enséñalos a pescar- y el programa se ha convertido en Prospera, en que les enseña y apoya con un oficio; ese es el suelo fértil que se debe sembrar para que se coseche en el largo plazo; pero si no aprovechamos estas coyunturas no veremos ese crecimiento sostenido que nos permita llegar a ser un país desarrollado.
Por lo que respecta la clase media, creo que lejos de ser el equilibrio en la economía es la clase más afectada, porque con sus sueños de querer ser clase alta, gasta lo que no tiene y termina acercándose a la clase baja por que no gana lo que gasta.
La clase media termina siendo más mediocre porque al pobre cuando tiene hambre se rebela y en su crisis saca fuerzas para luchar, en cambio la clase media solo se queja y no hace nada, o es de ahí donde surge la clase burócrata y sindicalista que busca colocarse en puestos medios en el gobierno, donde siente aires de poder y hace robo hormiga o burocracia que frena el avance y termina siendo el cáncer de las instituciones ya que obtienen plazas de sindicato y toman tan en serio su papel en el que si su contrato no lo especifica no mueven un dedo más, pero saben que si se les exige una huelga, marcha o paro, serán los que mejor lleven la camiseta.
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