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Gobernar El Mercado

24 de Marzo de 2014

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GONZALO DANIEL MARTNER

GOBERNAR EL MERCADO

Las Nuevas Fronteras del Estado en el Siglo XXI

© LOM Ediciones

Primera Edición, Noviembre 1999

Registro de Propiedad Intelectual Nº 111.349

I.S.B.N: 956 282 239 7

Diseño, Composición y Diagramación:

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Impreso en los talleres de LOM

Maturana 9, Santiago

Fono: 6722236 Fax: 6730915

Impreso en Santiago de Chile.

III. Los Estados Nación en la globalización de la economía

“ Si se produce la declinación de los Estados, no será el resultado fatal de una inflexible lógica estructural. En sí misma, la lógica económica de la mundialización hace mas difícil para los estados el ejercicio de su poder económico. Aumenta también los rendimientos potenciales de sus acciones cuando están bien concebidas, así como el costo de la competencia”.

Peter Evans

¿Qué rol juegan en el mundo contemporáneo los Estados Nación frente a la fuerza de la globalización de la economía en materia de intercambios de bienes y servicios, inversiones directas y movimientos de capitales? La diná¬mica de la economía global establece restricciones a su actuar soberano cuyo análisis es indispensable a la hora de analizar el rol económico de los gobier¬nos, como se ha hecho en los dos capítulos previos sin considerar este aspecto de la vida económica actual. Incluso, autores como Manuel Castells sostienen que 1a capacidad instrumental del estado nación resulta decisivamente debi¬litada por la globalización de las principales actividades económicas, por la globalización de los medios y la comunicación electrónica y por la globaliza¬ción de la delincuencia", a lo que se agrega la emergencia de las identidades comunitarias, con la consecuencia para el Estado nacional de perder su poder, aunque "no su influencia” 43. Una mirada histórica es útil para situar esta re¬flexión en un contexto más amplio, que en especial evidencia que no se trata de una situación completamente inédita ni lleva necesariamente a la impoten¬cia de los gobiernos y de las democracias 44.

En primer lugar, contrariamente a las hipótesis convencionales, la dinámica económica a escala internacional no se remite históricamente a la existencia de una eventual repartición óptima de las actividades producti¬vas de acuerdo a las dotaciones nacionales de factores de producción, sino más bien su estructuración por un sistema productivo dominante, capaz de fijar por un período determinado las reglas de funcionamiento del siste¬ma internacional. La liberalización de los intercambios y el rol de divisa que ocupa la moneda de la economía dominante no constituyen un factor previo a la homogeneización del espacio mundial, sino son más bien la consecuencia del proceso a través del cual una economía desarrolla su pre¬dominio en un grado suficiente como para permitirle organizar la puesta en correspondencia de los espacios nacionales heterogéneos en ausencia de mecanismos institucionales supranacionales capaces de asegurar una regulación global 45 . Ello supone entonces no concebir las relaciones econó¬micas internacionales como relaciones entre espacios económicos indepen¬dientes en los cuales las condiciones generales de la producción son inmó¬viles, sino por el contrario adoptar la hipótesis de la difusión entre las na¬ciones de las condiciones generales de producción 46.

43 Manuel Castells, La era de la información. El poder de la identidad.. Siglo Veintiuno Editores, México. 1999, pp. 271 272.

44 Parte de los temas aquí tratados han sido desarrollados en Gonzalo D. Martner, "Globalismo y economía mundial”, en Paradojas de un mundo en transición, Secretaría de Relaciones Exteriores. México, 1993.

45 Michel Aglietta, «La notion de monnaie internationale et les problémes monétaires européens dans une perspective historique», Revue Economique, 30, 5, 1979.

46 Charles Albert Michalet, "De l’échange international a l’économie mondiale: une nouvelle problématique”, en J. L. Reiffers (ed.). Economie et Finances Internationales, Dunod, Paris, 1982.

Internacionalización y mundialización

Una primera etapa es la que se extendió durante el siglo XIX hasta fines de la segunda guerra mundial y puede definirse como la de internacionalización a partir de Estados Nación con aún fuerte soberanía de su política económica (en materia monetaria, cambiaría y arancelaria) y un creciente intercambio internacional de productos.

Cabe subrayar, siguiendo a Summers, que la etapa previa a la prime¬ra guerra mundial incluyó una fuerte integración económica internacional, al punto que la proporción del comercio en el producto para muchos países, incluyendo EE.UU., es más o menos la misma en 1890 que la preva¬leciente en 1990. Más aún, el siglo XX no ha visto flujos netos de capital corno la escala británica de 7% del PIB de fines del siglo XIX. El pasaporte, y su consecuente inhibición de los flujos migratorios, son una invención del siglo 20 47. Los años 1914 1950 fueron, sin embargo, testigos de una vir¬tual desintegración de la economía internacional, fruto de la primera gue¬rra mundial, de la crisis de los años 1930 y su secuela de proteccionismo, y luego de la segunda guerra mundial.

La mundialización puede entenderse como un proceso posterior a esta etapa, que cubrió el período post segunda guerra mundial hasta los años setenta y se caracterizó por la rapidez sin precedentes del crecimiento en los países industrializados, una prolongada liberalización de las relaciones comerciales internacionales y un vasto movimiento de expansión mundial del capital y de difusión del régimen de acumulación intensiva generado en Estados Unidos, proceso sobre el cual se apoyó de modo decisivo la emergencia de dicho país como potencia hegemónica mundial.

Este proceso no se desarrolló de manera lineal y tendió a aumentar el fraccionamiento jerarquizado del espacio mundial. En Estados Unidos se logró poner en marcha un régimen de acumulación (el "fordismo") fun¬dado en la transformación simultánea de las condiciones de la producción y del consumo, capaz de imponerse a su vez más allá de sus fronteras a través de la movilidad internacional del capital productivo. Del orden de 6051, de la inversión internacional fue realizada entre 1945 y 1975 por fir¬mas norteamericanas.

Aunque el modelo de consumo norteamericano se difundió masiva¬mente, las normas de producción que le otorgaron coherencia fueron, en cambio, desigualmente internacionalizadas en las diversas economías na¬cionales. En realidad, esta difusión se llevó a cabo en un número limitado de países que constituyeron la zona más evolucionada y más compleja de la economía mundial. A ello se agregó la también desigual difusión de los mecanismos de regulación propios del régimen de acumulación intensivo, a saber la constitución de grupos industriales y financieros capaces de con-quistar poderes de mercado crecientes, el establecimiento de procedimientos de negociación colectiva y de transferencias sociales que normaron la evolución de los ingresos salariales reales de parte significativa de la de¬manda global, y finalmente en la constitución de un sistema bancario je-rarquizado. La reproducción de la relación salarial fue internacionalmente heterogénea así como la de los mecanismos institucionales de regulación macroeconómica con las conocidas diferencias en sus modalidades especí¬ficas entre el modelo "rhenano" y el "anglosajón"48.

47 Lawrence H. Summers, "Distinguished lecture on economics in goverment: reflections on managing global integration”, The Journal of Economic Perspectives, 13, 2, 1999.

48 Ver al respecto Michel Albert. Capitalisme contre capitalisme, Seuil, Paris, 199 1.

El carácter dispar de los crecimientos nacionales no se vinculó, en con¬secuencia, a una especialización definida en relación a las dotaciones factoria¬les, sino midió más bien la eficacia con la cual cada economía adhirió al régi¬men de crecimiento dominante, movilizando sus recursos y transformando su mercado interno, el que sigue siendo decisivo en EE.UU. y Europa.

Dos factores explican el rol del comercio exterior como amplificador o inhibidor de la productividad inicial de los sistemas productivos nacio¬nales. El primero pone en juego el efecto de dimensión de los mercados, es decir el grado de control del mercado interno así como la expansión de los mercados internacionales disponibles. El segundo dice relación con la di¬ferenciación de la rentabilidad entre el sector no sujeto al comercio y el sector internacionalizado. Este último, involucrado en la confrontación competitiva internacional, encuentra en los mercados externos ya sea opor¬tunidades de márgenes superiores, ya sea se expone a una fuerte restric¬ción, según capitalice o sufra los efectos de un crecimiento de la producti¬vidad más o menos rápido que las normas internacionales. Esta diferencia¬ción de las ganancias tiene un crucial impacto sobre la orientación de la formación de capital.

De este modo se consolidó en este siglo la heterogeneidad al interior de los sistemas productivos y entre éstos, es decir su incorporación

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